Perspectivas optimistas

Industria del mueble factura por encima de los $ 5 mil millones

Los empresarios del sector dicen abastecer toda la demanda local del sector minorista.

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El informe destaca la solidez de esta industria, con buenos niveles de inversión. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

De la Redacción de El Litoral

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Télam

La industria del mueble en Argentina. que mantendrá durante el corriente año un crecimiento sostenido en su facturación y nivel de empleo, confía en consolidar a la producción local en el abastecimiento del 100 por ciento de la demanda del mercado interno, según se destacó en el marco de la Feria Internacional del Mueble que se realizó en la ciudad de Córdoba.

“Estamos en un momento de la industria en que tiene un espacio dentro de la economía con una facturación que este año superará los 5.000 millones de pesos y de mucha mano de obra intensiva, lo que le permitió incrementar en un 50 por ciento sus planteles en la última década”, afirmó Gustavo Viano, presidente del Comité Ejecutivo de Fimar.

La Feria desarrolló hasta este fin de semana la octava edición del encuentro de la industria del equipamiento argentino que ocupó unos 10.000 metros cuadrados para la exposición de los principales referentes del sector mobiliario.

En ese contexto, Viano destacó el proceso de recuperación del sector a partir de 2003 que “permitió en 2008 una transformación productiva y, desde 2010, abastecer toda la demanda del mercado local con productos de fabricación nacional mediante la sustitución de importaciones”.

“Hoy, se puede afirmar que todo lo que vende el sector minorista del mueble es de producción nacional. Ya casi no se advierten muebles de Brasil o de China que en otras épocas entraban sin restricciones de importación”, aseveró.

“Tenemos industrias de mayor envergadura, sólidas, de gran cantidad de personal que reconvirtieron su tecnología, que tomaron la decisión de invertir en marcas, canales de comercialización y servicios de posventa”, planteó el titular de Fimar y actual presidente de la Agencia Desarrollo Económico de la Ciudad de Córdoba (Adec).

Este crecimiento de la última década para el sector mueblero permitió “incrementar los planteles productivos en un promedio del 50 por ciento”, explicó Viano al agregar que la facturación para este año “estará por encima de los 5.000 millones de pesos”.

El sector está integrado -de acuerdo con estimaciones de Viano- por unas 500 empresas que emplean un promedio de 40 operarios, lo que conforma una actividad que emplea a 20.000 operarios de manera directa.

La localización de las plantas también es reflejo de la crisis vivida en la década del 90 por los muebleros, ya que las importaciones de productos chinos y brasileños transformaron las fábricas del conurbano bonaerense en importadores, en un proceso que pudo ser sobrellevado de mejor manera por las instalaciones de la zona centro del país, la que hoy concentra el 70 por ciento de las plantas.

A pesar de la recuperación del mercado interno, las fábricas de muebles mantienen “una capacidad ociosa que permite pensar en un desarrollo futuro, ya no sólo en términos de volúmenes de producción sino también en la capacidad de creación de productos que genera un alto valor agregado”.

Esto conllevó la necesidad de salir de la tradición por el típico mueble de algarrobo como símbolo de calidad y entender que el pino -que es forestable y renovable- debía mejorar en su calidad para ser aplicado masivamente en la construcción de mobiliario, aplicado a la construcción de mobiliario, además de incorporar la multimaterialidad con la llegada de plásticos, metales, poliuretanos y telas.

En este sentido, Viano advirtió que si bien “el mercado mobiliario creció en calidad, aún está lejos de algunos estándares de otros países”, y resaltó que el mueble argentino comienza a ser reconocido “por la calidad de su trabajo, de sus maderas y terminaciones que permitió ganar en diseño y producto final”.

Sobre los potenciales peligros que enfrenta el sector, el directivo dijo que la industria “está preparada en calidad, pero no en el aspecto de competitividad” al señalar que “más allá del tipo de cambio, también hay que entender que la cadena de valor tiene algunos costos de no competencia y carece de la escala comercial necesaria como para salir a exportar”.

La feria que culminó ayer en Córdoba no sólo marca la tendencia de la industria para los próximos doce meses -con lanzamientos y nuevos diseños de productos-, sino que es esperada como una oportunidad de abrir mercados externos en la región, lo que se ratifica con la presencia de varios grandes comercializadores.

La foresto-industrial

La cadena foresto-industrial posee un potencial por desarrollar. Tuvo una recuperación tras la caída de la década del 90 del siglo pasado, cuando perdió 2.000 establecimientos. Los desafíos pasan por incrementar las hectáreas de los bosques implantados y mejorar la preservación de los nativos, como asimismo generar una demanda de maderas que sustituyan las importaciones de productos terminados y permitan elevar las exportaciones.

Un informe publicado en la web de la Región Centro, señala que la producción argentina de maderas con destino fabril se origina en las plantaciones forestales. Esto pese a que las superficies de las mismas representaron, con 1,2 millones de hectáreas, apenas el 4% de las de los 27 millones de los bosques nativos.

“El sector tiene necesidad de expandir no sólo la superficie forestada, sino en la generación de productos. Somos un país de balanza deficitaria en términos forestales. Tendríamos, si queremos, capacidad para exportar, así como lo están haciendo Uruguay y Chile. Ahora, contribuimos en una mínima proporción”, opinó la ingeniera agrónoma Diana Díaz, de la Estación Experimental Concordia, Centro Regional Entre Ríos del Inta, cuando se refirió a las perspectivas en el Encuentro del Programa Nacional Forestal y Proyectos Regionales con Enfoque Territorial de la Región Pampeana.

Propuso como objetivo “agregarle valor en origen” y, como la madera es muy voluminosa, habitualmente las industrias se ubican cerca de las plantaciones. Esto implica que, si el agregado de valor se hace en la zona, promueve las economías regionales. Tenemos que pensar en manufacturas con ese agregado, que son las que más rinden a los productores y a las regiones. Incluso, se habla de productos de ingeniería que combinan maderas aserradas con tableros para una construcción más rápida, más adecuados y de mayor calidad. Lo importante es identificar toda la cadena para certificar plantaciones de áreas manejadas en forma sustentable”, subrayó.