Triste empate de Colón en Garupá

Hicieron llorar a la pelota

  • El partido fue malo, plagado de imprecisiones y con un tiempo para cada uno a la hora de repartirse las pocas chances de peligro. Sabaleros y Colectiveros se cargaron una mochila gigantesca de dudas para el futuro.
Hicieron llorar a la pelota

El único que quiso

Cristian Guanca encara con pelota dominada al campo rival, mientras un pelotón sigue de cerca sus movimientos, entre ellos Bíttolo, que cuida su espalda. El ex Chacarita volvió a ser el más destacado en la pobre ofensiva sabalera.

Foto: Gentileza Facundo Correa - Diario El Territorio de Misiones

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Misiones)

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Dejar al desnudo tamañas limitaciones debe convertirse en una preocupación, más allá del resultado. En este caso, haber empatado de visitante con Crucero del Norte no es para vanagloriarse y ni siquiera sirve para rescatarlo como algo verdaderamente importante, ubicándolo por encima de la actuación del equipo. Aun ganando, el concepto tampoco habría cambiado. Quizás, el semblante del hincha sí, porque el hincha quiere que su equipo gane siempre y pone esa condición por encima de cualquier otra. Pero con una mínima vara de exigencia que se pueda utilizar para medir rendimientos, esto de Colón no alcanza para nada. Salvo que se quiera utilizar como excusa la gran cantidad de lesionados, varios de ellos (Romero, Ledesma y Llama) con fundamentos naturales para manejar la pelota y hacer que algo diferente y claro surja de sus botines.

Es cierto que sin Romero, Ledesma y Llama, más David Ramírez en el banco y entrando diez minutos, es poco lo que puede esperarse al momento de manejar la pelota. Garnier, Poblete y Ballini no son jugadores que vayan a aportar juego; y así fue. Para colmo de males, los tres —sobre todo Garnier— se llenaron de imprecisiones, pases mal dados, pelotas regaladas al contrario y pases cortos o a dividir. El único que se quiso escapar de esa obnubilación general para generar algo de fútbol, fue Cristian Guanca. El único. Del resto sólo se pudo esperar poco y nada.

El partido era ganable y nadie lo entendió de esa manera. Ni siquiera cuando el primer tiempo lo había mostrado —a Colón— más incisivo que el rival. Mientras Crucero no llegó nunca al arco de Broun, Colón tuvo tres situaciones claras y dos de ellas estuvieron en los pies de Cristian García y Alario, los delanteros que venían de marcar y ganarse la posibilidad de seguir juntos, luego del partido con Rafaela. Antes que ellos, siempre con Guanca como armador y abastecedor, había sido Garnier el encargado de desperdiciar una buena situación con un pelotazo cruzado que no supo definir.

Dos esquemas similares, poquitas virtudes y un cúmulo de errores y desaciertos, fueron un sello distintivo. Quizás Colón se haya acomodado un poco mejor en el primer tiempo, mientras que Crucero sacó algo de ventaja en el segundo. Las ocasiones que Colón tuvo en la parte inicial, pasaron a ser propiedad de Crucero del Norte en el complemento. Se repartieron todo, pero lo que es peor, coincidieron en la cantidad casi obscena de pelotas mal jugadas, a dividir o directamente a regalársela al adversario.

Ni Ballini, ni Poblete ni Garnier tienen la capacidad suficiente para armar juego. Bajo ese concepto, sólo alguna pincelada de Guanca podía provocar algo de estética y claridad al ataque de Colón, porque viendo el escaso aporte del resto y contagiado por una realidad que se repite desde hace tiempo, los defensores sabaleros tienen una marcada tendencia a tirar pelotazos desde la extrema defensa, convirtiendo a Alario y Cristian García a dos hombres predestinados a ser apuntados desde muchos metros para que se peinen la pelota o concilien algún encuentro que, convengamos, anoche se hizo tan esporádico como imperceptible.

Era muy ganable este partido, quizás como no se presente otro igual, al menos jugando de visitante. Sin embargo, Colón no tuvo ideas y pareció faltarle ambición a todos, empezando por el técnico y siguiendo por los jugadores adentro de la cancha. En el caso del técnico, confundido y debiendo tapar baches y agujeros permanentemente por culpa de la obscena cantidad de lesionados. ¿A qué juega Colón?, ¿cómo pretende

Deportes_ Colón / EL LITORAL / [email protected]

síntesis

Crucero 0

Colón 0

Cancha: Crucero del Norte.

Arbitro: Mariano González

Crucero del Norte: Ramírez; Pérez, Barraza, Bareyro y Cabrera; Monserrat, Vázquez, Olmedo, Fileppi; Cólzera y Ernesto Alvarez. A.S.: Caffa. Estuvieron en el banco: Lechner, Lamas y Caballero. D.T.: M. Salinas.

Colón: Broun; Castillo, Conti, Lazzaroni y Bíttolo; Garnier, Poblete, Ballini y Guanca; Alario y Cristian García. A.S.: Mehring. Estuvieron en el banco: Landa, Cuevas y Becerra. D.T.: J. López.

Cambios: en el segundo tiempo, a los 19 m Nicolás Martínez (CN) por Fileppi; a los 24 m Chironi (CN) por Monserrat; a los 28 m Villarruel (C) por Cristian García; a los 32 m Avalos (CN) por Cólzera; a los 36 m Ramírez (C) por Guanca y a los 44 m Eguren (C) por Poblete.

Amonestados: en Colón, Castillo y Lazzaroni.

 
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Más marca que juego

Monserrat avanza con el balón, mientras salen en su cruce Ballini y Bíttolo. Colón gana en orden defensivo pero cede mucho en creación de juego. Las posibilidades con tantos lesionados para Javier López quizás son las que están a la vista. Foto: Gentileza Facundo Correa - Diario El Territorio de Misiones

jugar Colón?, son preguntas que hoy no tienen una respuesta rotunda porque Javier López ha tenido que cambiar esquemas y probar, muchas veces sobre la marcha. Si la idea es ser ofensivo y salir a buscar protagonismo, esto va en detrimento y contradice lo que se observa en la disposición táctica del equipo, los hombres elegidos y los cambios que se realizan. Un equipo ofensivo no puede prescindir en un partido absolutamente ganable de alguien que saque una jugada clara y limpia del mediocampo, como puede ser David Ramírez. No se le pide a Javier López que lo tire a la cancha como titular si no lo ve del todo bien o con capacidad para aguantar, pero en un partido como éste, ¿por qué no pensar en el Mago Ramírez para que juegue al menos 20 o 25 minutos y no menos de diez como le tocó?

Aburrieron mucho, se equivocaron un montón, no hubo triangulaciones, ni paredes, ni encuentros fructíferos. El partido dejó poco y nada para rescatar desde las cosas positivas, pero mucho para analizar y corregir desde lo negativo. Los protagonistas directos no lo vieron tan así. Ojalá no sea un punto de partida equivocado en la búsqueda de la mejora. Colón necesita autocrítica y mucha claridad para entender cómo se debe jugar, sacándole un jugo que hoy falta a un plantel que está limitado y lleno de problemas físicos.

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Acomodando la zaga

Franco Lazzaroni cierra ante la presencia de Álvarez. El fondo fue la mejor línea de Colón ayer en Misiones, aunque el “2” tuvo una actuación con altibajos.

Foto: Gentileza Facundo Correa - Diario El Territorio de Misiones

análisis

Víctor Wolheim (*)

Hay que jugar mejor

El partido fue trabado y este campo de juego no ayuda, no se puede jugar con el pasto tan alto. Me parece que eso conspiró contra Colón porque ellos entrenan todos los días en esta cancha. Vine especialmente porque quería saludar a dos amigos con los cuales compartí el plantel de Colón en el 88-89, como son el Bicho Godano y Javier López.

Ese fue un año espectacular y en mi larga carrera como profesional, el año que estuve en Colón fue el mejor de todos. Todavía recuerdo el trago amargo de quedarme afuera en los dos clásicos de la final con Unión. Me expulsaron mal contra Lanús en la semifinal y me dio mucha bronca quedarme afuera de esas finales porque quería ayudar desde adentro a mis compañeros.

Volviendo al presente, entiendo que Colón tiene que mejorar, hay un par de jugadores interesantes como Guanca, que me pareció muy buen jugador. Hace doce años que vivo en Misiones, tengo una empresita, hago de todo un poco y despunto el vicio jugando al fútbol.

(*) Fue jugador de Colón en el equipo que armó Horacio Harguindeguy en la temporada 88-89, compañero en ese plantel de Godano y Javier López.

21.10

del lunes

Es el día y hora del partido que jugarán Defensa y Justicia con Colón en Florencio Varela. Estos rivales no se enfrentan desde hace 20 años. Colón militó en Primera durante ese tiempo, mientras que Defensa ascendió a mediados del año pasado, justamente en el momento en que se produjo el descenso sabalero.

bajo la lupa

BROUN (6).- Le tapó un mano a mano a Alvarez en el segundo tiempo. Esa jugada y el palo fueron clave para que Colón mantenga el cero en su arco.

CASTILLO (5).- Escaso aporte con la pelota, trató de no dar ventajas en la marca.

CONTI (6).- Figurita repetida. Es el jugador que le da solidez y regularidad al sector defensivo. No falló casi nunca.

LAZZARONI (5).- Arrancó bien pero después no tuvo estabilidad. Se resbaló mucho y eso complicó su actuación.

BÍTTOLO (6).- Otro de los que, con muy poco, pudieron escaparse del molde. Trató de empujar, sobre todo en el segundo tiempo.

GARNIER (4).- Parece mentira que un jugador pueda equivocarse tanto con la pelota. Mucho despliegue pero de nada sirve si se cae en tantas imprecisiones.

POBLETE (4).- Otro que le puso ganas y nada más. No aportó sorpresa y cometió errores en el manejo de la pelota.

BALLINI (4).- Un poco de orden apenas. Estuvo atento a los movimientos de Cólzera, que no fue un punta neto sino que buscó jugar como un enganche a sus espaldas.

GUANCA (6).- Fue el más claro con la pelota. Le puso un pase-gol a Cristian García que tapó bien Ramírez en el primer tiempo.

GARCÍA (4).- Tuvo un mano a mano y después dio la impresión de ir cayéndose progresivamente producto de las exigencias de la cancha.

ALARIO (4).- Definió mal en el mano a mano que tuvo, tirándole una “masita” a Ramírez. Se volcó por el sector que marcaba Barraza y le ganó pocas veces.

VILLARRUEL (4).- No encontró posición en la cancha, alternándose como volante o delantero. Se esperaba un poco más de él. No cambió nada de la historia.

RAMÍREZ.- Debió entrar un rato antes y no faltando tan poco tiempo. Escasa participación en el juego.

EGUREN.- Apenas cuatro o cinco minutos en la cancha, sólo con el tiempo suficiente para lanzarse en una jugada de ataque que no trajo problemas para la defensa local.