al margen de la crónica

Y comieron perdices...

Uno de los grandes “culebrones” de la vida social y política de Alemania sumó hoy un inesperado capítulo: el ex presidente Christian Wulff y su glamorosa mujer, Bettina, pusieron fin a su separación de hace dos años y vuelven a ser pareja.

Así lo confirmó el abogado del ex mandatario, aunque sin dar más detalles y pidiendo respeto a la intimidad de la familia. La revista femenina “Bunte” había adelantado el regreso de la popular pareja casada en 2008.

El ex presidente de 55 años y su mujer de 41 centraron la atención de la prensa alemana desde que el político de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel llegó a la presidencia en 2010.

Jóvenes, ambiciosos y bien relacionados, ambos simbolizaron una historia de éxito que sufrió un giro drástico en 2012 cuando Christian tuvo que renunciar a la presidencia por un caso de presunto cohecho apenas 20 meses después de asumir el cargo.

Meses más tarde, Bettina publicó unas memorias tituladas “Más allá del protocolo”, en el que repasaba su experiencia como primera dama y se quejaba de la falta de comprensión de su marido por los problemas emocionales que le produjo estar en el foco de los medios.

Rubia y con un tatuaje en el brazo, la ex primera dama también tuvo que combatir los rumores que le asignaban un pasado como dama de compañía y llegó a denunciar a Google porque el buscador sugería frases como “luz roja” al comenzar a escribir su nombre.

Su separación llegó a principios de 2013, con Wulff afrontando el juicio por el presunto cohecho. El político parecía tocar fondo, pero en febrero de 2014 fue absuelto en su mediático juicio y comenzó desde entonces a rearmar su vida.

Si la caída había culminado con el abandono de Bettina, el ascenso lo hizo con su recuperación y cerró hoy el círculo de una novela que marcó los últimos años de la política alemana.