Esperan una multitud en la ceremonia

Monseñor Romero inicia el camino de la santidad

El prelado salvadoreño, asesinado de un balazo en el corazón mientras celebraba misa el 24 de marzo de 1980, será beatificado el sábado en la plaza mayor de El Salvador por un enviado del Papa Francisco. Su muerte fue obra de un escuadrón de la muerte.

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La plaza mayor de la capital salvadoreña será el escenario de la ceremonia de beatificación de quien ya es reconocido como “San Romero de América”.

Foto: Agencia EFE

 

Juan José Dalton

Agencia DPA

La Iglesia católica y el gobierno de El Salvador anunciaron que todo está listo para que el próximo sábado sea beatificado monseñor Oscar Arnulfo Romero, en una gigantesca ceremonia a la que se espera acudan unas 300.000 personas, tanto salvadoreños como delegados extranjeros.

La ceremonia central, que tendrá lugar en la plaza del Salvador del Mundo, será presidida por el enviado especial del Papa Francisco y del Vaticano, el cardenal italiano Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Amato tendrá a su cargo la homilía de beatificación del ya popularmente conocido como “San Romero de América”, destacado defensor de los pobres y de las víctimas de violaciones a los derechos humanos en la década de 1970.

Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, nacido el 15 de agosto de 1917 en la empobrecida Ciudad Barrios de la provincia de San Miguel, al este de San Salvador, fue asesinado por un escuadrón de la muerte de ultraderecha el 24 de marzo de 1980, cuando oficiaba una misa en memoria de una difunta.

Una bala certera y explosiva, calibre 22, le destrozó el corazón. El disparo lo hizo un francotirador contratado por el grupo que comandaba el ya fallecido mayor Roberto D’Aubuisson, según consta en la investigación de la Comisión de la Verdad, auspiciada por Naciones Unidas (ONU), en 1993. D’Aubuisson fundó en 1983 el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que fue el partido de gobierno entre 1989 y 2009.

Romero fue nombrado al frente del arzobispado cuando el país era “una bomba de tiempo”, en la antesala de la guerra civil que duró 12 años y dejó más de 70.000 muertos, 8.000 desaparecidos y un millón de refugiados.

El religioso era conocido como “la voz de los sin voz”: sus homilías domingo a domingo se habían convertido en espacios de denuncias acerca de la grave violación a los derechos humanos que practicaban las fuerzas oficiales y las guerrillas insurgentes.

El Vaticano, después de investigaciones que duraron más de dos décadas, declaró la muerte como un “asesinato sacrílego” contra un miembro ejemplar de la Iglesia y por lo tanto, en febrero pasado Romero fue declarado “mártir” y su martirio allanó el camino para su beatificación.

Tras la beatificación de Romero, el primer salvadoreño que recibe dicha condición, el Vaticano iniciará el proceso de canonización para convertirlo en santo, gracias a que el año pasado el Papa Francisco “desbloqueó” el proceso, que se había estancado por la polémica en algunas altas esferas vaticanas, que veían el crimen enmarcado en la violencia de la guerra civil salvadoreña (1980-1992).

Se calcula que unos 2.000 policías y 45.000 socorristas voluntarios resguardarán la seguridad de la ceremonia de beatificación de Romero. Por su parte, monseñor Rafael Urrutia explicó que la Iglesia salvadoreña lleva cuatro meses preparando el evento, que no tiene precedentes en la historia local y será cubierto por unos 400 periodistas.