Rol de las nuevas y viejas estructuras

España vota en un nuevo escenario político

  • ¿Qué pasará con el Partido Popular y el Partido Socialista, fuerzas políticas tradicionales de España?, ¿Serán Podemos y Ciudadanos reales alternativas para alternarse en el poder? Las elecciones municipales mostrarán qué puede ocurrir a fin de año en los comicios generales.
España vota en un nuevo escenario político

Se preparan boletas en muchos municipios con vistas a las elecciones del domingo. Foto: Agencia EFE

 

Ana Lázaro

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Más de 35 millones de españoles están llamados a votar el domingo en unas elecciones municipales y regionales que se celebran en un escenario político inédito con dos partidos emergentes en auge y que están consideradas la prueba definitiva antes de los comicios generales previstos a final de año.

Según los sondeos, Podemos y Ciudadanos lograrán representación por primera vez en Ejecutivos regionales y en decenas de ayuntamientos en los que, durante más de 30 años, han gobernado de forma alterna el conservador Partido Popular (PP), de Mariano Rajoy, y el Partido Socialista (PSOE).

El foco estará puesto en las dos formaciones emergentes, que en pocos meses han revolucionado las encuestas. Tanto el partido de izquierda Podemos, considerado “hermano” del Syriza griego de Alexis Tsipras, como el centrista Ciudadanos, surgido en 2006 en la región de Cataluña, afrontan su primera jornada electoral a nivel nacional.

La incógnita es si obtendrán apoyo suficiente en las urnas para desbancar a los partidos tradicionales o si entrarán en las instituciones a través de pactos y coaliciones de gobierno, lo cual parece lo más probable.

Las encuestas apuntan a que el PP, que actualmente gobierna en España y en 10 de las 13 regiones que celebran elecciones el domingo, podría perder la mayoría absoluta en dos de sus feudos más importantes: Madrid y la Comunidad Valenciana, en los que la formación conservadora gobierna desde hace 20 años.

El partido acusa los más de tres años de legislatura del PP en el gobierno central, marcados por la crisis económica, los recortes, las políticas de austeridad y los escándalos de corrupción, como se pudo ver recientemente en los comicios celebrados en la región de Andalucía, donde perdió 17 escaños.

Otras fuerzas

Si Podemos amenaza con “robar” votos al PSOE y a Izquierda Unida (IU), tercer grupo político en el Parlamento nacional, Ciudadanos es la pesadilla del partido de Rajoy. No solo de cara a las elecciones del domingo sino también en las próximas generales.

El PSOE, en medio de una crisis sin precedente y reforzado solo en parte por su victoria sin mayoría absoluta en la región de Andalucía, tampoco lo tiene fácil el domingo, aunque podría reconquistar a través de pactos postelectorales algunas de las regiones que perdió en 2011, como Castilla La Mancha y Extremadura.

Según la prensa española, ha habido un acercamiento reciente de Ciudadanos y Podemos a los socialistas, liderados por Pedro Sánchez, que solo cierran la puerta a posibles alianzas con su adversario histórico, el PP, y con la coalición independentista Bildu en las regiones del País Vasco y Navarra (norte).

El empuje de las fuerzas políticas emergentes deja atrás en los sondeos a dos formaciones representadas actualmente en el Parlamento español: Izquierda Unida (IU) y la centrista Unión, Progreso y Democracia (UPyD). Ambas han atravesado crisis internas en los últimos meses y temen una fuga de votos a Podemos y Ciudadanos.

Las elecciones regionales se celebran en 13 de las 17 comunidades autónomas de España, en todas menos en las llamadas comunidades históricas: Andalucía, que votó el pasado 22 de marzo, Cataluña, Galicia y País Vasco.

En Cataluña, las municipales se convertirán en una especie de primera vuelta de las regionales previstas el 27 de septiembre, que pretenden convertirse en un plebiscito en medio del proceso independentista impulsado por el gobierno regional de Artur Mas.

En los comicios municipales, donde se elegirán los alcaldes de 8.122 municipios de todo el país, buena parte de la atención estará puesta en Madrid y Barcelona.

La capital de España lleva 24 años gobernada por el PP, que espera revalidar su mandato con Esperanza Aguirre como cabeza de lista, una de las políticas más fuertes y polémicas de la formación conservadora. Sin embargo, en las últimas semanas, la candidatura de Ahora Madrid, plataforma política integrada por miembros de Podemos y otros partidos de izquierdas, ganó terreno en los sondeos, encabezada por la ex jueza Manuela Carmena, de 71 años.

La situación es similar en Barcelona, donde Ada Colau, impulsora del movimiento antidesahucios en España y líder de la plataforma Barcelona En Comú, podría desbancar al candidato nacionalista catalán Xavier Trias (CiU) y ponerse al frente del ayuntamiento de la capital de la región de Cataluña (noreste).

Los datos demuestran que el partido que gana los comicios municipales y regionales vence también en las elecciones generales. En esta ocasión, sin un claro ganador en las encuestas y con un tablero político más fragmentado que nunca, el foco estará puesto en los pactos postelectorales, que podrían marcar el camino a La Moncloa.

Los grandes temas

  • Empleo, sanidad y educación, vivienda, corrupción y fiscalidad son algunos de los temas que más preocupan a los ciudadanos españoles. A continuación, algunas propuestas de los principales partidos de cara a las elecciones municipales y regionales:

- Empleo: Es la mayor preocupación de los españoles, según las encuestas. Ante una de las tasas de paro más altas de la Unión Europea (UE), de más del 23 por ciento, el gobernante Partido Popular (PP) del presidente del gobierno Mariano Rajoy apuesta por poner en marcha programas de emprendimiento para fomentar el autoempleo y un plan para incentivar el trabajo entre los jóvenes. El partido Socialista (PSOE), el más importante de la oposición en España, se compromete a derogar la reforma laboral aprobada por el gobierno del PP en 2012, que facilitó y abarató el despido, y aboga por una subida paulatina del salario mínimo, de los 648 euros actuales a los 900 euros en 2025.

Podemos, el partido de izquierdas considerado ‘hermano‘ del griego Syriza, defiende la jornada laboral de 35 horas frente a la de 40 y destaca la necesidad de “detener la caída de los salarios”. El partido Ciudadanos, con vocación de centro, se centra en favorecer la competitividad de las empresas, impulsar la creación de nuevas, modernizar el tejido productivo, abaratar la contratación y eliminar los contratos temporales.

- Corrupción: Es la segunda preocupación de los ciudadanos, según los sondeos más recientes, y está en el centro de buena parte de los discursos políticos. En los últimos años, decenas de casos y tramas de corrupción han golpeado a partidos, instituciones, bancos y empresas. Para luchar contra lo que muchos denominan ‘lacra‘ en España, el PP propone reforzar la transparencia, las ‘medidas de buen gobierno‘ y la rendición de cuentas de los representantes públicos, con un control de su patrimonio.

Tanto PP como PSOE prometen que los condenados por corrupción restituirán lo robado a las arcas públicas. Los socialistas proponen, además, poner en marcha un portal de transparencia y planes de prevención. Podemos aboga por que los cargos regionales declaren mensualmente los gastos relacionados con el ejercicio de su función, así como la creación de un fichero de condenados por corrupción, mientras que Ciudadanos propone prohibir las donaciones de empresas a partidos y la condonación de créditos bancarios, así como la publicación de las cuentas.

¿El fin de la estabilidad?

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La irrupción de nuevos partidos ha dado un vuelco al mapa político español: el bipartidismo se abre ahora hacia un modelo pluripartidista en el que, según las encuestas, cuatro fuerzas políticas optan a gobernar en las instituciones españolas tras la cita electoral del domingo.

La campaña de estos comicios municipales y regionales se recordará como una de las más competitivas e inciertas en la historia reciente del país, ante la prueba definitiva para un sistema que durante más de 30 años ha marcado las reglas de la política española, con una alternancia de dos partidos en el gobierno: el Partido Socialista (PSOE) y el conservador Partido Popular (PP), del actual presidente del gobierno Mariano Rajoy.

Mientras las formaciones emergentes Podemos y Ciudadanos apelaron estos días a la ilusión y al cambio, las tradicionales hacían un llamamiento a la estabilidad y advertían de los riesgos de un escenario con gobiernos sin una mayoría clara.

“(Ese escenario) No es necesariamente malo”, reflexiona en conversación con dpa Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid y ex presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas de España.

“Una de las grandes virtudes del sistema político español ha sido hasta ahora la estabilidad y la gobernabilidad, pero después de la crisis de legitimidad que surgió como consecuencia de la crisis económica (...), yo creo que los nuevos partidos han contribuido a recuperar para la política a sectores sociales que habían perdido la esperanza de verse representados por los grandes partidos”, señala.

La única duda es, según el politólogo, si será posible gobernar en un sistema “tetrapartidista” en el que todo apunta a que el PP y el PSOE tendrán que compartir cabeza de cartel con los partidos emergentes, el centrista Ciudadanos y Podemos, considerado “hermano” del griego Syriza de Alexis Tsipras.

El intenso calendario electoral español arrancó el pasado 22 de marzo con comicios en la región de Andalucía (sur), donde el triunfo sin mayoría absoluta del PSOE, que gobierna allí desde hace 30 años, y la ausencia de una alternativa de gobierno, mantiene a la región “bloqueada” ante la imposibilidad de formar gobierno.

Los principales partidos de la oposición en el Parlamento andaluz -el conservador PP, Podemos y Ciudadanos- frustraron en tres ocasiones la investidura de la candidata socialista, Susana Díaz, como presidenta de Andalucía.

Por las encuestas se intuye un posible “castigo” de los ciudadanos a los partidos tradicionales en un contexto de crisis económica, descrédito institucional y estallido de casos de corrupción, pero no se puede vaticinar si la pérdida de votos será leve o estrepitosa, ni si quiera si tendrá lugar en todo el territorio español.