Uniformes

Uniformes

Ya nos hemos referido a los uniformes escolares y a la cruel y decisiva batalla por dos centímetros más o menos en el largo de la pollera, pero ahora le toca el turno a los uniformes laborales, porque, a menos que trabajes en una aerolínea de primer nivel, te van a enchufar un trajecito trucho o unas camisas de segunda. Voy a confeccionar esta nota a medida... que vayan pasando los renglones...

 

TEXTOS. NÉSTOR FENOGLIO ([email protected]). DIBUJO. LUIS DLUGOSZEWSKI ([email protected]).

...porque una cosa son los uniformes escolares y la pulseada feroz por ganar o restarle centímetros a la pollera con tablas; y otra muy distinta es que de golpe en tu trabajo propongan para todo el personal un sentador uniforme (sentador, porque no querés ni pararte...) que divide aguas y genera polémicas varias. Desde yo no me pongo eso ni a palos hasta quiero una camisa para cada día, y toda la gama intermedia.

En los trabajos donde ya hay más de cinco personas, la sola sugerencia (sí, en general las sugerencias, en las empresas, las hace su gerencia: cuec cuec y cuec) de que allí mismo van a aterrizar uniformes para lograr homogeneizar (todas las palabras y justificaciones que sigan son igual de espantosas), unificar, potenciar y todas las ar que quieran la imagen de la marca, pues, generarán una primera y rotunda polémica y división.

Están los que se niegan lisa y llanamente; los que adhieren y los tibios que adhieren o niegan críticamente. Es decir, blanco, negro y todos los grises que son justamente los colores bases de los uniformes del mundo, más el azul...

Ya sigo con esto (el de las posturas de cada uno ante la propuesta), pero no quiero dejar pasar el hecho de que la propuesta del uniforme sugiere además tácitamente que vos así como estás o sos, no representás un carajo la imagen de la empresa. A lo mejor eso no te quita el sueño pero bien podrías preguntarte uainot, a ver. ¿Por qué no? Y que la empresa a la que concurrís se merece otra imagen y no el mosaico que mal aportan lantonia, elpepe, lajuli y vos. Y que lo mejor será que todos esos sean esos, pero en un uniforme que le dé consistencia, seriedad e incluso, (aunque es difícil), elegancia y hasta (casi imposible) glamour a la empresa que los contiene. Y que te recontra por las dudas.

La discusión primera es uniforme sí o no, y puede ser una discusión bizantina si la decisión está ya tomada. Pero hay que plantearla igual. Tenés gente que espontáneamente te dice: buenísimo, tengo que dejar de preocuparme por cómo me visto o de decidir qué ropa me pongo todas las mañanas. Y tenés los otros, que mascullan que hace rato que dejaron la escuela y que mejor gasten esa plata para mejorar los baños o darte un buen refrigerio.

Pero supongamos que está zanjada ya esa cuestión y el uniforme se viene igual. Una forma de marcar la cancha es que de golpe ya aparezca un balín o un sastre o alguien que tome nota de las medidas corporales de los señores empleados de la empresa u organización. Otra guerra: Marita, por ejemplo, tiene cosquillas en la cintura; y hay un montón de cancheros que quieren tener posta posta la medida de los bustos de la encargada de sección.

Puede existir y hay de hecho una apertura respecto de qué tipo de uniforme, y cómo viene la mano para mujeres y varones. Ahí arranca la segunda etapa que ya no es negación sino negociación (suenan parecido, pero no es lo mismo) y es más caótica todavía por cuanto nos ponemos a confrontar con nuestro propio cuerpo y expectativas, cosas que ya están suficientemente resueltas con nuestra pilcha personal (ya sabemos qué nos queda mal o bien, elegimos, descartamos, etc.) pero que entran en colisión (aunque hay algunas colisiones en las que no entra ningún uniforme estándar, discúlpenme que se los diga así) con un uniforme, que no es elástico ni permite variaciones: tiene uni forme, lo siento.

Ahí ya somos peor que nuestras hijas negociando con el largo de la pollera, porque tenés desde la que va a acortarla o alargarla, entallarla o personalizarla, hasta el canchero que quiere cinco camisas porque él se cambia todos los días...

La discusión recién empieza. Espero sus aportes mis chiquitos y chiquitas y la seguimos la semana que viene. Pero les aclaro que del uniforme no zafan ni a gancho y no me importa que estén (ustedes o los uniformes) mal o bien confeccionados. Ahora van a saber cuántos pares son tres botines...