Pulsos de la política provincial

El 14 de junio se eligen los gobernantes

Por Darío H. Schueri

 

La etapa de preclasificación electoral provincial de candidatos denominada Paso (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) se produjo el 19 de abril. El domingo 14 de junio próximo, la ciudadanía elegirá a quienes gobernarán sus destinos y administrarán la hacienda pública en los venideros cuatro años (o dos si se trata de Comisiones Comunales).

El gobernador Bonfatti puso en debate la conveniencia de la selección previa de candidatos que inmiscuye a la ciudadanía en la vida de los partidos políticos, como así también la segmentación de categorías (con su indiscriminada participación de candidatos) que presenta la actual boleta única, convirtiendo el acto eleccionario en cinco procesos que se consuman en uno solo.

El precandidato y actual diputado nacional radical Mario Barletta hablaba del cambio de la “democracia de los partidos por la democracia de los candidatos”, mientras que su correligionario y actual diputado provincial, Santiago Mascheroni, hace tiempo presentó un proyecto de modificación de la actual boleta única que busca asemejarla a la de la provincia de Córdoba, donde todas las categorías están en una misma línea, como si fuese la vieja sábana, pero con casilleros para subdividir el voto por categorías.

Corregir el sistema electoral será, muy probablemente, una tarea para la Legislatura que entrará en funciones a partir del próximo 10 de diciembre, y que no tendrá cambios significativos en la Cámara de Senadores, debido a que la mayoría renovará sus bancas. Pero mostrará otro mosaico político en Diputados, donde más de la mitad de los actuales inquilinos se irá a su casa. Y es ahí donde probablemente cambie la actual relación de fuerzas, ya que más de la mitad de los inquilinos se irá a su casa.

Así las cosas, con muchos menos candidatos que en las Paso (en la categoría gobernador se redujo exactamente a la mitad el número de postulantes, y respecto de las candidaturas a integrar la Cámara de Diputados sólo quedaron siete listas de diputados), el 14 de junio se podrá comprobar, por ejemplo, si las primarias fueron utilizadas por la sociedad como eficaz herramienta política, o como mera especulación lúdica electoral porque -erróneamente- “no eran válidas”.

Si tomamos como cierta la primera interpretación electoral del 19 de abril (el voto “tarjeta amarilla”), la intención fue rápidamente advertida por los gobernantes en uno de los temas acuciantes para el oficialismo: la inseguridad. Rápidamente se movieron los hasta ahora duros resortes nacionales para que Gendarmería desembarque en las principales ciudades de la provincia; mientras el ministro Lamberto anunciaba la puesta en vigencia de la Policía de Acción Táctica, cuerpo de elite “que apunta a desarrollar tareas específicas en barrios priorizados de las ciudades de Santa Fe y Rosario”.

En materia de obra pública, el gobernador asistió al intendente Corral con anuncios y licitaciones de relegados trabajos en materia de desagües que, en términos electorales, le costó serios dolores de cabeza al oficialismo local el pasado 19 de abril. Sin contar el magnificente “Acuerdo Capital” que Miguel Lifschitz firmó con José Corral, comprometiéndose a realizar una serie de emprendimientos, en beneficio de esta capital si llegara al gobierno.

Mario Barletta dejó de lado sus chicanas al socialismo y se cuadró ante la provocadora oferta de su correligionario Jorge Boasso para ser el ministro de Educación de Miguel Torres del Sel: “En este momento trabajamos para alcanzar un tercer período del Frente Progresista”, definió, y le recomendó al PRO aguardar el resultado del 14 de junio, antes de andar ofreciendo cargos.

La desastrosa performance del socialismo en Rosario y Santa Fe lo llevó a firmar onerosos pagarés de acuerdos políticos para achicar la brecha que separa a Miguel Lifschitz del candidato del PRO, Miguel del Sel, que, conforme aseguran, no es de 160 mil votos, sino la mitad.

Una vez equilibrado políticamente con sus socios Santa Fe y Rosario, donde Del Sel perforó las trincheras oficialistas, el FPCyS comenzó a desplegar una intensiva acción táctica en los departamentos junto al radicalismo militante y el apoyo logístico de la artillería pesada en manos del propio gobernador Bonfatti, quien camina los territorios junto al candidato a gobernador.

De manera paralela se trabaja junto a los gremios estatales que no verían con buenos ojos un triunfo del PRO; y se intenta convencer con recursos mediáticos a la ciudadanía independiente (que será en definitiva la que consagre al nuevo gobernador) de la necesidad de “continuar con el cambio”, recurriendo a una línea discursiva con argumentos de gestión que consoliden el “voto racional” por sobre el “voto emocional” de su principal contrincante.

En el campamento del PRO, Miguel Torres del Sel reserva los ímpetus para la noche del 14 de junio y le pide a la tropa redoblar los esfuerzos, porque “todavía no ganamos nada, muchachos”, arenga.

Sin dejar de entusiasmarse por la cercanía del podio, máxime cuando el propio Carlos Reutemann lo acompañará la semana que viene en una gira por el norte provincial, Del Sel no quiere gastar por adelantado: “Yo que soy el más conocido y podría hacer la plancha me mato caminando la provincia, cómo no lo van a hacer los demás”, apura, mientras aclara que no será gobernador para “privatizar ni bajar sueldos”, y se mantiene fiel al manual de estilo del PRO diseñado por Durán Barba, el asesor de Macri: “No importa hablar de propuestas, importa emocionar a la gente”, aunque allí inmediatamente expliquen que las propuestas están siendo diseñadas por los equipos técnicos.

Precisamente Reutemann (quien definitivamente no será vice de Mauricio Macri), confía en el triunfo del ex actor quien, según deslizó ante sus íntimos, “le ganará a la prensa paga y al tándem socialista-kirchnerista”. Toda una señal de quien hizo una virtud de sus gestos.

Omar Perotti debe lidiar con las incesantes operaciones políticas que lo involucran poco menos que en el papel de partner del socialismo “para que no gane Macri en Santa Fe”. Sobre todo después de haber participado e intermediado activamente ante Sergio Berni para la llegada de Gendarmería a la provincia. “Eso es absurdo -se enoja-. Torres del Sel llegó a su techo y nosotros seguimos creciendo. El socialismo enfrenta el final de ciclo y el peronismo volverá a gobernar la provincia”, se entusiasma.

Las elecciones nacionales no pueden obviar a la provincia de Santa Fe, tercer distrito electoral después de Buenos Aires y Córdoba. Mauricio Macri tiene la extraordinaria posibilidad de festejar el primer triunfo del PRO fuera de Capital Federal la noche del domingo 14 de junio, y de danzar junto a Miguel del Sel en el puerto local a diez días del cierre de listas. El mismo local donde la semana pasada el ruralismo confederado en CRA llevó a cabo su congreso nacional con un fuerte aroma PRO que invadía el ambiente. Del Sel pasó a saludar.

Ganar Santa Fe es un handicap que no le quiere conceder su principal oponente Daniel Scioli (no sabemos las intenciones de Randazzo ni de Massa), hoy primero en las encuestas santafesinas de ese sector. De allí que Perotti confía en el decidido apoyo del gobernador bonaerense -aunque más no sea en defensa propia- en el tramo final de su campaña. Por ahora Scioli manda a su esposa Carina Rabolini para que lo acompañe en actos y alabe las virtudes políticas del rafaelino.

Sergio Massa está decidido a recuperar el centro del ring corriendo el riesgo en una interna con el experimentado púgil cordobés José Manuel de la Sota (cuyos términos se debatirán en una cumbre el 30 de mayo), quien este fin de semana desembarcó en San Justo y Rafaela y está armando el entramado provincial. Por ahora cuenta con el apoyo de Oscar “Cachi” Martínez, su candidato a gobernador.

Eduardo Buzzi, contrincante de Martínez en las Paso, aguarda que Sergio Massa lo convoque para ser su primer diputado provincial, mientras le envía señales al socialismo de que podría serle de gran utilidad su presencia en el interior provincial explicando entre sus votantes por qué Del Sel no debería ser gobernador. Evidentemente las comunicaciones en la Argentina son un desastre.

El escaso tiempo que queda se vivirá a puro nerviosismo en la política santafesina, con un dato curioso: ya no son los políticos quienes indagan, ansiosos, por encuestas y pareceres. Es la propia ciudadanía la que desea saber “quién va a ganar”, como si no dependiese de su voluntad.

Ahora es la propia ciudadanía la que desea saber “quién va a ganar”, como si no dependiese de su voluntad.