De domingo a domingo

Ni oficialistas ni opositores tocan los temas de fondo

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“Si no lo hace el Estado no lo hace nadie”, expresó la presidente al inaugurar el Centro Cultural Kirchner, en el que se gastaron tres mil millones de pesos. Foto: DyN

 

En tanto la vida de los ciudadanos avanza por carriles diferentes a todo aquello que se observa en la campaña, fruto del divorcio de buena parte de la dirigencia con la realidad, hubo por estos días frenéticos posicionamientos dentro de la política, comenzando por la hiperactividad del gobierno nacional, tarea en la que la presidente Cristina Fernández ha jugado desembozadamente a mostrarse como la dominadora de todo el escenario.

Como en aquella célebre tetralogía de Lawrence Durrell en la que cada uno veía una misma situación o calibraba los hechos con cristales diferentes, El cuarteto de Alejandría de estas pampas sigue peleando posiciones jugando a un internismo de vuelo bajo como único objetivo: Scioli-Randazzo y Macri-Massa están buscando hoy, antes que otra cosa, la eliminación de su potencial rival a como dé lugar.

Pese a los problemas que tienen muchas franjas de la sociedad, todos ellos, sin excepción, privilegian lo que llaman el “armado”, mientras el gobierno se mete en las paritarias y provoca reacciones en los gremios que llevan a promesas de paros inminentes.

La Semana de Mayo del kirchnerismo es un buen ejemplo de todos esos tironeos. Bajo el aura de sacar a la calle hechos patrióticos o culturales, por estos días, el Gobierno mezcla parámetros históricos de todos los argentinos con una pretendida nueva epopeya, mientras celebra de un modo más bien fastuoso sus doce años en el poder, lo que para los opositores más duros resulta ser un patético réquiem de despedida.

Los disfraces del patrioterismo

Las mayores críticas al oficialismo pasan por el preciso guión adoptado y por el oportunismo de las temáticas utilizadas para los festejos, junto al montaje de toda una escenografía destinada antes que a otra cosa al lucimiento personal y a mostrar la fortaleza política de la presidente.

Las furibundas críticas formales del otro lado hacia las múltiples cadenas nacionales son parte de la misma situación. Los militantes K suelen decir sobre quienes no están de acuerdo con todas estas muestras de hegemonía y de vitalidad que “es un problema de ellos” y tienen razón, pero también se nota un cierto dejo de provocación, porque lo que no se puede escindir es que se están transitando tiempos electorales.

Lo cierto es que todo lo que se haga o se diga por estos días tiene tufillo a campaña, por más que los derechos humanos o los Ferrocarriles Argentinos o el sable de José San Martín o el homenaje a Néstor Kirchner en nombre de la cultura o aún la mismísima fecha patria, sean cuestiones más que sensibles para el grueso de la población, ya que tienen entidad por sí mismos. En cada uno de los actos que se hicieron hasta el momento -y aún falta el del 25 de Mayo en la Plaza- la presidente no sólo dejó frases para la interpretación, sino que fue contundente en algunas cosas que hacen a su concepción particular de la historia de lo sucedido en esta docena de años kirchneristas.

Fueron todas exposiciones autorreferenciales de logros más o menos verificables, aunque otros no, lo que para su concepción no parece ser tan importante, tanto como que quienes la escuchan le crean. Y también hizo múltiples bajadas de línea ideológicas sobre el llamado “proyecto”.

La Iglesia pide debate, no farándula

En tanto, algunas voces propositivas (de la Iglesia sobre el “compromiso electoral” y del Foro de Convergencia Empresarial sobre “el rol del Estado”) y otras con advertencias se han alzado con mensajes más reflexivos o con relevamientos y estudios (de la UCA sobre drogas y del Cippec sobre niñez y pobreza). Es importante repasar algunos de sus puntos salientes:

* Iglesia: reiteró un documento anterior en el que exhortaba a la ciudadanía a elegir gobernantes, no como el resultado del marketing ni por su imagen mediática, sino mediante un ejercicio responsable de evaluación. Y a los candidatos les pedía que hagan conocer con “claridad y detalle lo que se proponen impulsar y realizar”.

También estimaron “indispensable” que se organicen debates serios y a fondo donde se puedan confrontar propuestas y proyectos y, en esa línea, criticaron la “farandulización” de la política.

* Foro: a pedido de los candidatos, los empresarios de más de 60 cámaras dieron a conocer su visión sobre el rol del Estado “bajo el actual marco constitucional” y dejaron en claro que buscan fortalecerlo y que no inhiba al sector privado. Primero, dijeron que “Estado y gobierno no son sinónimos” y luego, advirtieron que “la ciudadanía no debe permitir que los gobiernos -sean nacional, provinciales y municipales- se apropien del Estado”.

El titular de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA), Claudio Cesario, explicó que el Documento expuso “lo que hay que hacer, que no es ni más ni menos que lo que dicen la Constitución y las leyes, para que la Argentina genere condiciones de inversión”.

* UCA: un estudio comprobó que entre 2010 y 2014, la venta de drogas en los barrios se incrementó 50%, sobre todo en aquellos con situaciones de vulnerabilidad social. Una comparación determinó también que el registro de la venta de drogas es mayor en los lugares donde falta presencia policial, en los que creció de 39% a 54% en igual período. También se indicó que dicha evolución tuvo un incremento abrupto entre 2010 y 2011, para experimentar luego un aumento constante.

Randazzo y el “proyecto manco”

Al inaugurar un moderno Centro Cultural, en el edificio donde funcionó desde 1928 el Correo Central, henchida de orgullo, expresó: “Esto no lo puede hacer la inversión privada. Si no lo hace el Estado no lo hace nadie”, disparó. En otro orden, también Florencio Randazzo había caminado al borde de la cornisa hablando del “proyecto manco”, provocando las risotadas cuasi discriminatorias de los intelectuales de Carta Abierta. “Quiero escuchar a los hombres y mujeres de mi espacio político y a los hombres y las mujeres de los otros hablar de estas cosas, no de pavadas ni haciendo pantomimas”, expresó para todo aquel al que le quepa el sayo.

Scioli acusó recibo y se kirchnerizó rápidamente y como escuchó que la presidente dijo que Kicillof es su mano derecha mandó a alabarlo. Otros piensan que Cristina sólo trata de darle aire a Randazzo para que le gane a Scioli, por otra parte la opción que más le apetece a Mauricio Macri. La otra puja, que es la interna de la oposición, es la aparente necesidad de Sergio Massa de subirse al tren amarillo del PRO y allí está presente el juego de desgaste que tiene que soportar mientras las encuestas dejaron de sonreírle.

Hay todavía tiempo hasta el 20 de junio, pero es evidente que si el massismo ingresa a la coalición de modo directo habrá ruido con la UCR y con Elisa Carrió, cosa que el jefe de Gobierno porteño quiere evitar. Mientras tanto, en los armados provinciales que se vienen haciendo, en Mendoza, Córdoba, Jujuy, Tucumán y el Chaco, por ejemplo, los opositores se han encolumnado directa o indirectamente detrás del candidato radical, ya que está claro que Macri le ha dejado las provincias a la UCR, salvo en Santa Fe y por ahora, Buenos Aires.

Como se observa, la hojarasca sigue tapando lo importante: sin propuestas concretas, hoy todo se dirime en el mundo de la dialéctica, mientras los políticos gastan energías recalculando de modo permanente su posición, a partir de las mediciones de imagen e intención de voto para ver cómo presentarse mejor.

Y en tanto el gobierno se gastó tres mil millones de pesos en el Centro Cultural Kirchner, sigue habiendo chicos pobres y la droga se enseñorea. Es todo cuestión de fijar prioridades.

Por Hugo E. Grimaldi

(DyN)

Bajo el aura de sacar a la calle hechos patrióticos, por estos días el gobierno mezcla parámetros históricos con una pretendida nueva epopeya, mientras celebra de un modo más bien fastuoso sus doce años en el poder.