Jordi Borja en el Colegio de Arquitectos de Santa Fe

“El espacio público ha sido una conquista de la ciudadanía”

Desde una perspectiva política, económica, urbanística y social fue definido el concepto de espacio público en una conferencia a cargo del catalán Jordi Borja. Un interesante aporte a la luz de las transformaciones proyectadas y realizadas en nuestra ciudad, y en los principales centros urbanos del país y del mundo.

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El espacio público tiene una importante relación con la democracia política porque es allí donde se forjan las opiniones, aspiraciones, demandas, reivindicaciones y denuncias, y es donde la gente se expresa a favor o en contra del poder. En las fotos, distintas manifestaciones ciudadanas en plazas de México, Buenos Aires y Santa Fe. Fotos: Archivo El Litoral

 

Nancy Balza

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Jordi Borja es geógrafo y urbanista catalán, docente, político, autor de textos influyentes en el ámbito académico y profesional, y conocedor de ciudades europeas y americanas. Reconocido, entre otras facetas, por su protagonismo en la transformación urbana y la descentralización administrativa y política de Barcelona, experiencia que sirvió de modelo a todo el mundo, estuvo en Santa Fe a fines de abril para ofrecer una conferencia magistral sobre “El espacio público en este nuevo siglo”. La actividad fue organizada por el Colegio de Arquitectos de Santa Fe que de esta manera dio continuidad al ciclo iniciado el año pasado con la jornada sobre Movilidad Urbana y Espacio Público.

Profesor emérito de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) donde preside el comité académico del Programa de Gestión de la Ciudad, Borja ofreció un marco conceptual sobre el tema que lo trajo a Santa Fe y sobre el que profundizó desde la teoría en sus libros, y en la práctica desde su gestión. “La ciudad es el espacio público” expuso ante una sala colmada como para iniciar la charla en la que combinó definiciones, citas de arquitectos y urbanistas, anécdotas recogidas en su paso por tantos centros urbanos, imágenes de un antes y un después en aquellos sitios donde se materializaron cambios significativos y opiniones de profundo contenido político.

Como muestra, una de sus definiciones: “El espacio público se hizo inicialmente contra los ciudadanos, es el espacio del poder donde están la iglesia, los militares, el gobierno político, el gobierno colonial y el mercado. Es decir que el espacio público nace como espacio de poder y al poder no le gusta la gente en la calle”.

“El espacio público ha sido una conquista de la ciudadanía”, expuso más adelante y a modo de ejemplo mencionó El Zócalo, la plaza principal de la ciudad de México, que “durante muchos años fue un espacio restringido a la ciudadanía, por donde podían pasar autos y gente pero no se permitían concentraciones, hasta que en los ‘90 hubo una irrupción de los sectores populares”.

Volviendo a su tierra, España, y a un contexto que conoce bien, sostuvo que “el poder político de la dictadura prohibía la concentración de las personas”. Sin embargo, con democracia también se producen limitaciones y es así como “en espacios públicos que a veces estaban ocupados por personas, se eliminaron los bancos para que la gente no se pudiera reunir o establecer”. “El poder político -insistió- es un enemigo del espacio público o quiere un espacio público controlado socialmente”.

Para Borja la ciudad tiene que favorecer la movilidad peatonal y en esto es importante “facilitar y crear entornos: no es lo mismo andar a pie con gente, con comercios que hacerlo siguiendo muros. A veces los que se llaman espacios públicos son espacios lacónicos, que no te dicen nada”.

Así como la política no siempre ha jugado a favor tampoco lo ha hecho la economía: “El poder económico tiene una noción excluyente del espacio público (...). El comercio pequeño o medio es un elemento fundamental para la vida urbana”, dijo y en ese punto citó el caso de La Rambla, en Barcelona, cada vez más destinada a turistas con lo que “se han ido expulsando a los ciudadanos del lugar”.

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Jordi Borja, reconocido urbanista y geógrafo catalán, estuvo en Santa Fe y ofreció una conferencia magistral sobre “El espacio público en este nuevo siglo”.

Foto: Guillermo Di Salvatore

Democracia, movilidad y relaciones

Borja planteó tres cuestiones vinculadas con el concepto inicial. Primero, que el espacio público tiene una importante relación con la democracia política porque es allí donde se forjan las opiniones, aspiraciones, demandas, reivindicaciones y denuncias, y es donde la gente se expresa a favor o en contra del poder. En segundo lugar, consideró que hay una crisis del espacio público cuyos enemigos son la movilidad, basada en el automóvil, y el miedo, basado en una producción mediática de la inseguridad. Y en tercer lugar, sostuvo que hay una cultura de reconquista del espacio público, un concepto que está de moda; en este punto apeló a la responsabilidad de los profesionales “porque muchas veces, sobre todo los arquitectos, tienen una formación muy basada en la construcción de objetos y si quieren pensar como urbanistas tienen que pensar las relaciones”.

La polivalencia -que admita varios usos y poblaciones-, la capacidad de evolucionar -para lo que habrá que tener en cuenta su mantenimiento- y la accesibilidad -enfocada, no tanto en la delincuencia sino en la generación de entornos seguros y a salvo, por ejemplo, de una circulación vehícular muy rápida- fueron otros conceptos desarrollados por el urbanista en el marco de la charla. Allí criticó la especulación que muchas veces “se come” el espacio público, calificó de “aberración urbana” a los barrios cerrados, y advirtió que “los profesionales del urbanismo y la arquitectura en muchos casos agravan los problemas”, para concluir en que “el urbanismo es una dimensión de la política”, tal como él mismo la concibe y la practica.

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Insumos para el debate

  • Movilidad y espacio público son los tópicos que abordó el Colegio de Arquitectos de Santa Fe en las conferencias organizadas en noviembre de 2014 y en abril último, respectivamente, con la participación de referentes de trayectoria internacional.

El ciclo continuará, muy probablemente, con el tema de la densificación, un concepto que habilita interesantes debates y que se vincula de manera directa con los dos temas abordados hasta ahora. Así lo anticipó el presidente de la entidad, Arq. Marcelo Molina, quien señaló que desde fines de 2013 se empezó a trabajar desde el Colegio a partir de algunas decisiones que se tomaron en la ciudad y que involucran la gestión del espacio público, entre ellas la intervención sobre el Parque Alberti y el anuncio de las obras en Plaza San Martín, además del funcionamiento de la Comisión de Seguimiento del Reglamento de Ordenamiento Urbano.

“Entendimos que una de las maneras de participar era generando un espacio de debate sobre la problemática del espacio público porque es específicamente allí donde las identidades colectivas se construyen”. Y “como una labor profundamente política, en el sentido griego del término, la ciudadanía debía participar y tomar conocimiento y si había opiniones tratar de que sean propositivas y que enriquecieran el debate”.

“La intención -insistió Molina- es crear conciencia, dar nuestra opinión y marcar, en el marco de la propuesta y del tono medido, las divergencias”.

Como se dijo, la densidad urbana es otro de los aspectos previstos en este ciclo. Citando palabras del reconocido César Pelli, Molina sostuvo que “una ciudad de alta densidad es una ciudad más democrática, en el sentido que da mayor accesibilidad a las áreas centrales que es donde se concentran normalmente los servicios, con la posibilidad de acceder al trabajo a pie o en bicicleta, a la vez que da intensidad de uso a los espacios públicos”, con lo que se garantiza un mejor diseño e infraestructura, control social y, en consecuencia, mayor calidad.

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Flavio Raina

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“En nuestras ciudades, hay mucha gente que no es reconocida, que es invisible, despreciada o sospechosa; los inmigrantes en Europa, los jóvenes en algunos casos, los desempleados, los pobres. Pero forman parte de la historia de siempre: los sectores vulnerables que muchas veces son los más inofensivos, son considerados peligrosos”.

“No entiendo cómo se ponen en el espacio público estatuas de militares: sean buenos o malos, libertadores o anti pero es gente que se ha dedicado a matar”.

“Una de las condiciones para que sea un buen espacio público es que sea ordenador de lo construido, porque muchas veces, sobre todo los arquitectos, tienen una formación muy basada en la construcción de objetos. Pero si quieren pensar como urbanistas tienen que pensar las relaciones”.

“Si hacés una plaza para jugar, pero rodeada de circulación más o menos rápida, no es segura. Las mujeres muchas veces se dan más cuenta que los hombres de esto porque piensan también en los viejos y los niños. Es muy importante introducir una visión feminista de la ciudad: aumentaría mucho la calidad de vida”. Jordi Borja. Urbanista y geógrafo catalán,

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