En memoria de rosario Vera Peñaloza

Día de los Jardines de Infantes

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Por Susana Alassio de Gainza (*)

“Los niños son los mensajes vivientes que enviamos a un tiempo que no hemos de ver” (Neils Potsman).

“La educación infantil, una promesa de futuro” (Myers Robert).

“... las condiciones están dadas como nunca para el cambio social... la ciencia, el arte, nos inspiran una nueva forma de pensar, convierten a la educación en un órgano maestro... que abre una nueva oportunidad al alcance de la infancia” (Gabriel García Márquez).

Estas citas son expresiones elocuentes del significado de la educación inicial. Si incluso consideramos las diferentes teorías, desde Freud, Piaget, Gardner, deduciremos que contamos con suficientes conclusiones para demostrar que desde la concepción, hasta los primeros seis años de vida, sucede una cantidad de fenómenos fundamentales para el desarrollo bio, psico, social del hombre.

Pero hoy, la realidad nos impone una mirada determinante: considerar a la educación infantil, principio y valor fundamental, como forma de inversión para el futuro humano.

Son tiempos de profundos cambios que invitan a transformar concepciones y a inventar “una nueva manera de mirar, comprender y estar en el mundo. De afrontar el reto y construir la institución para el futuro”. Dejar de ser sólo una preocupación por una etapa de la vida, para constituirse en el núcleo fundamental de toda política integrada. Extender la mirada hacia las condiciones del entorno que la afectan desde el nacimiento: nutrición, salud, acceso a servicios básicos -agua potable, vivienda digna-, es decir, esperanza de vida.

Hoy el jardín de infantes deja de ser una ilusión. Es concretamente el principio, el espacio, en el que el abrazo entre familia e institución educativa comienza a diseñar el futuro humano, partiendo de un origen social y de la apropiación de las nuevas formas que van señalando los caminos para custodiar el diseño humano del hombre y la sociedad.

Rosario Vera Peñaloza, la “maestra de la Patria”, dejó con su obra un mensaje esperanzador. Sus postulados señalaron con claridad que la voluntad de la sociedad civil y el Estado, deben aspirar a una vida digna en un clima de libertad, justicia social, solidaridad, en la búsqueda de una patria mejor. Sosteniendo este postulado impregnó su “credo patriótico” en el que rinde ella misma un homenaje a nosotros, los docentes, cuando expresa: “Creo en el magisterio argentino y en su obra, a ellos les corresponde formar las generaciones futuras...”.

En el año 1971, se realizó en nuestra ciudad un congreso de la Unión Nacional de Asociaciones de Nivel Inicial (Unadeni), con la asistencia de unos 2 mil docentes de los jardines de infantes de todo el país. En él se reconoció la obra de Rosario Vera Peñaloza, y decidiendo honrarla se propuso el día de su fallecimiento -28 de mayo- como el Día de los Jardines de Infantes. (*) Integrante del Nucleamiento de Supervisores Jubilados