al mArgen de la crónica

Cazafantasmas cariocas

Hollywood los dio a conocer en la década de los 80 con “Ghostbusters”, y, tres décadas después del lanzamiento de la taquillera comedia sobrenatural, los Cazafantasmas han traspasado la gran pantalla en Brasil para instalarse en la vida real.

Como hicieran Dan Aykroyd, Harold Ramis, Ernie Hudson y Bill Murray en el clásico estadounidense, los brasileños Joao Tochetto y Rosa María Jaques -cazafantasmas de profesión- dedican su tiempo a perseguir a los espectros y devolverlos al más allá.

“Nuestra función es limpiar los lugares y devolverles la tranquilidad que necesitan”, comenta Jaques, de 66 años, quien se define así misma como “vidente, sensitiva y telépata”.

Armado con más de 20 equipos, entre termómetros, cámaras de visión nocturna y aparatos electromágneticos, el matrimonio recorre desde hace más de una década todo el país en busca de fenómenos sobrenaturales, un trabajo que en los últimos meses ha ganado repercusión en algunos medios de comunicación brasileños.

A diferencia de Estados Unidos, desde donde hace décadas existen asociaciones de cazafantasmas, Tochetto y Jaques dicen ser los primeros profesionales con estas características en el gigante latinoamericano.

“Somos los únicos y primeros cazafantasmas de Brasil”, destaca Tochetto, quien en los últimos cuatro años y medio se ha encargado de añadir mercadotecnia al trabajo de su esposa. Al más puro estilo hollywoodiense, pero sin la banda sonora de “Who you gonna call?”, los “ghostbusters” brasileños acuden a sus citas con el más allá acompañados por su coche cazafantasma, un Volkswagen Parati de color negro decorado con calaveras que deja desconcertados tanto a creyentes como a escépticos.