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En la ciudad crecen las alternativas para consumir verduras agroecológicas

  • Son movimientos que promueven la producción, consumo y venta de verduras agroecológicas en la ciudad y zona. Crean granjas, se capacitan y comparten la experiencia y el conocimiento. “Nuestra intención es que entre todos recuperemos la agricultura en la que se habla de salud, vida, cultura e identidad”, dice un productor.
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Apuesta. La producción de esta verdura sin agroquímicos es más riesgosa porque puede ser atacada por insectos. El beneficio se encuentra en el sabor y calidad.

Foto: Gentileza Desvío a la Raíz

 

Nicolás Loyarte

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En los últimos años, se produjo en el área metropolitana de Santa Fe una proliferación de ferias de frutas y verduras orgánicas y agroecológicas, que marcan un cambio de hábitos de consumo de los ciudadanos, pero que además tienen un trasfondo que va más allá, y tiene que ver con un giro hacia la recuperación de una forma de producción que se vio afectada por los circuitos de producción industrial. Esta modalidad de producción en pequeñas huertas que funcionan en forma cooperativa -en algunos casos de manera informal- apunta también “a recuperar el oficio y la sabiduría ancestral del labriego. En Santa Fe, hay familias que dejaron de producir, hijos que no vieron a sus padres cultivar, y esas familias no recuerdan cuándo ni por qué dejaron de hacerlo”, reflexiona Jeremías Chauque, un productor rural y músico que junto a su compañera, Aluminé Martínez, decidió hace 8 años atrás abandonar la ciudad para mudarse al campo, e impulsó la reactivación de las chacras en Desvío Arijón. “Para que una familia vuelva a creer tenés que hacer todo un proceso que contempla charlas, alegrías y penas, hasta que por fin la gente se anima a producir, hay que volver a sembrar la semilla”, parafrasea Jeremías, hijo del músico de origen mapuche Rubén Patagonia y padre de Neyen (10) y Liwen (8).

Desvío a la raíz

Las cerca de 20 familias conforman desde hace ya 3 años la feria campesina Desvío a la Raíz, que todos los viernes trae su producción semanal de verduras libres de agroquímicos a su punto de venta en la ciudad de Santa Fe. La modalidad funciona con un pedido de los clientes -unas 130 familias- a través de su perfil en la red social en Internet Facebook. Allí se enteran de la oferta semanal, hacen el pedido y luego lo pasan a retirar por un punto itinerante, que ahora está en barrio Roma.

“En Desvío no hay contratos, tenemos la palabra. Los precios se acuerdan entre todas las familias y tienen un sentido. Cada familia recibe la mayor ganancia por su trabajo”, explica Jeremías, y profundiza: “Nuestra intención es que entre todos recuperemos la agricultura en la que se habla de salud, vida, cultura e identidad. Y si hablamos de vida es imposible que podamos hablar de agroquimicos”. Esta idea se está expendiendo a otras localidades de la provincia, desde donde los convocan para brindar asesoramiento para iniciar el proyecto. “No les llevamos nuestra producción. Redoblamos la apuesta y les decimos que salgan a buscar sus espacios, que produzcan y armen una feria; nosotros acompañamos el proceso”.

En la Costa

Otra experiencia similar es la de los vecinos de Colastiné Norte. Con un programa del Inta, desde el Centro de Salud provincial ubicado en Las Guindas s/n ofrecen a los pacientes semillas y los capacitan para que cultiven la tierra y se alimenten de su huerta. También promocionan el intercambio de la producción entre vecinos. “Ésta es también una modalidad de prevención de la salud”, argumenta la psicóloga del centro de salud Carla Roussillón. El proyecto que contempla, además, un taller de nutrición se inició en la primavera del año pasado con la entrega de las primeras semillas a unas 30 familias y esta temporada de otoño ya entregaron las bolsas a 100.

Agroecología

En Callejón Roca al 1800 hay un predio rural denominado La Verdecita. Allí, funciona una granja agroecológica, “que engloba lo orgánico”, aclara Chabela Zanutigh, miembro del proyecto que también es asistido por el Inta. Esta chacra de unas dos hectáreas produce verduras para el consumo interno y otras que luego son ofrecidas a la venta en la feria que funciona todos los sábados en el Mercado Progreso ubicado en Balcarce al 1600, en barrio Candioti Sur. “Empezamos a pulmón en 2003 y es nuestro sentido de la vida, porque contempla una manera diferente de vivir”, se afirma en sus palabras Chabela, y dice: “Lo principal es cuidar la tierra”.

En La Verdecita, funciona una escuela en la que especialistas dictan sus conocimientos sobre “la crianza de animales sin vacunas, producción natural de alimentos y cómo hacer para que la tierra funcione como un sistema vivo, sin necesidad de ponerle agroquímicos -cuenta Chabela-. Nuestra mayor preocupación es que el cinturón hortícola de Santa Fe se fue abajo por malas políticas. Quedan muy pocos pequeños productores, en su mayoría hermanos bolivianos en tierras en comodato; ésa es una enorme dificultad para poder pasar a un sistema agroecológico: nadie puede cuidar la tierra si en dos años te la sacan”.

“Nosotros conformamos un consorcio integrado por unos 100 productores frutihortícolas del norte del departamento La Capital y avanzamos con la idea de que puedan tener un punto de venta sin intermediarios. Al ser una venta directa, el productor detecta la demanda del consumidor y enfoca su proceso para que la estratégica de resultado. Así, la mayoría no ingresa al mercado sino que le vende al que pasa a buscar la verdura”, explica Chabela sobre la modalidad comercial, y ejemplifica sobre la demanda: “Quienes producen huevos de campo los venden en media hora, porque son muy buscados”.

Mercado frutihortícola

Días atrás estuvo en la ciudad de Santa Fe el ministro de Agricultura de la Nación Carlos Casamiquela. El funcionario refirió que aportará $ 3,5 millones en distintos planes que incluyen la continuidad de los programas de media sombra y para instalar riego por goteo. “Son proyectos para recuperar la capacidad de producción de alimentos” con criterios de calidad. Y para que los productores tengan cómo llegar a los consumidores con beneficios mutuos. Además, se firmó un convenio con el presidente de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe, Guillermo Beckmann, para la construcción de un Nuevo Mercado Popular de Productores Frutihortícolas. En este nuevo mercado que funcionará en Recreo, los quinteros venderán su producción de forma directa a los consumidores, sin intermediarios y con mejores precios.

 

El dato

¿Orgánica o agroecológica?

La verdura orgánica se produce bajo un conjunto de procedimientos que evitan el uso de productos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales. Y la agroecología es una disciplina que frente a la agronomía convencional se basa en la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles.

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La Verdecita. En el Mercado Progreso funciona una feria de pequeños productores del cordón frutihortícola de la ciudad.

Foto: Archivo El Litoral

No es más barato

Las verduras que se producen en estas pequeñas huertas no son más baratas que las que se pueden comprar en cualquier verdulería de la ciudad. Además, muchas veces el aspecto visual de las verduras sin agroquímicos puede ser menos atractivo a los ojos, y hasta pueden tener gusanos (es normal). El beneficio está en la calidad, la sanidad y en el sabor de la verdura agroecológica.

El dato

Cambio rural

En La Verdecita adhirieron a un programa del Inta denominado Cambio Rural. Con esta iniciativa llevada a cabo junto a especialistas del instituto, buscan agregar valor a todo lo que producen, al realizarlo con buenas prácticas y obtener así un certificado. El proyecto está en vigencia y tiene una duración de 3 años. 10 productoras se dedican a los diferentes procesos de producción en busca de la calidad y sanidad del producto.