Autorretrato de un mundo en decadencia

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Valeria Bruni Tedeschi, guionista, directora y protagonista de “Un castillo en Italia”.

Foto: Gentileza CDI Films

Laura Osti

Louise Rossi Levi tiene 43 años, es una mujer soltera, sin hijos y con una familia materna que no está pasando por un buen momento.

Louise era actriz de cine, pero decidió abandonar la actuación. Se la ve un poco aturdida y perturbada emocionalmente, en una visita a un convento ubicado en algún lugar de la campiña francesa, que recibe turistas. No se sabe por qué está ahí, pero se la ve apurada por regresar a París, donde reside.

En el trayecto a la estación de tren, se cruza con un joven, Nathan, también actor, que ha hecho un alto en la filmación de su última película y salió a pasear por el campo. Él la reconoce y quiere tener sus datos para obtener una cita. El encuentro es un poco absurdo. Louise está muy nerviosa y Nathan parece un muchacho que anda sin rumbo por la vida.

Poco a poco, Valeria Bruni Tedeschi, guionista, directora y protagonista de “Un castillo en Italia”, irá revelando las circunstancias por las que atraviesa el personaje. En una historia dramática pero con marcados rasgos de comedia, la hermana de Carla Bruni, ex primera dama de Francia, desarrolla aspectos autobiográficos que tienen que ver con sucesos que afectaron a su propia familia.

Louise está preocupada porque ella, su madre y su hermano Ludovic, muy probablemente tendrán que deshacerse del castillo familiar, ubicado en el norte de Italia, dado que la industria familiar ha quebrado y las finanzas se han complicado. A este panorama, hay que sumar la enfermedad de su hermano, a quien quiere entrañablemente. Ludovic padece de sida, en un estadio avanzado.

La historia se divide en tres estaciones: Invierno, Primavera y Verano, pues lo que quería precisamente Bruni Tedeschi es “hablar del paso del tiempo”.

Mientras la salud de Ludovic se va deteriorando rápidamente, Louise y su madre tienen que decidir qué hacer con los bienes patrimoniales. El sentido común les aconseja vender y subastar todo, pero los afectos y el apego a la historia familiar juegan en contra.

Por otra parte, la protagonista también está ansiosa por su propia situación, ya que se encuentra en una edad crítica y empieza a desesperarse por tener hijos, aunque no tiene pareja, una angustia típicamente femenina. En ese contexto, a pesar de las resistencias iniciales, finalmente comienza una relación amorosa con Nathan, que es bastante menor que ella y en principio no parece representar el sostén que está necesitando.

A grandes rasgos, Bruni Tedeschi utiliza su propia experiencia vital para retratar una crisis que afecta a muchas familias europeas, protagonistas y testigos de la caída de un mundo que fue esplendoroso y que hoy está atravesando una irremediable decadencia. Eso tiene que ver no sólo con aspectos económicos sino también con la tradición cultural del Viejo Mundo, conservada gracias a los esfuerzos de una burguesía que hoy se ve obligada a deshacerse de su patrimonio, el que suele ser adquirido por capitales exógenos, provenientes de Rusia y de China, por ejemplo. Son muchas heridas difíciles de sobrellevar para Louise, que mira el futuro con incertidumbre y temor.

La historia está narrada de un modo un tanto caótico, a manera de espejo del estado emocional de la protagonista que a veces recuerda a las mujeres retratadas por el español Pedro Almodóvar, aunque con algunos rasgos un poco más aristocráticos.

Valeria Bruni Tedeschi sale airosa de esta aventura, con una propuesta entretenida y con un cuidado formal y visual que le aporta un encanto especial. A las virtudes como guionista y directora, hay que resaltar sus cualidades como actriz. Pero entre todos sus aciertos y detalles sugestivos, se destaca uno particularmente: el haber confiado el papel de la madre en la ficción a su propia madre en la vida real, Marisa Borini, una actriz con una presencia contundente y un rostro muy expresivo, quien se hace cargo del papel más difícil y a la vez más fuerte del film.

muy buena

Un castillo en Italia

  • Un Château en Italie, Francia/2013 / Dirección: Valeria Bruni-Tedeschi / Guión: Valeria Bruni-Tedeschi, Agnès De Sacy y Noemie Lvovsky / Fotografía: Jeanne Lapoire / Edición: Laure Gardette y Francesca Calvelli / Diseño de producción: Emmanuelle Duplay / Elenco: Valeria Bruni-Tedeschi, Louis Garrel, Filippo Timi, Marisa Borini, Xavier Beauvois, Céline Sallette, Andre Wilms /
  • Duración: 104 minutos / Calificación: apta para mayores de 16 años / Se exhibe en el Cine América.