A plena luz

Desvalijaron dos casas en barrio Esmeralda

Están ubicadas en Callejón el Sable al 2500 y en 25 de Mayo al 9400. En ambos casos, los ladrones aprovecharon la ausencia de los moradores para ingresar.

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“Además de la pérdida material, tenés que afrontar todo el costo emocional... saber que delincuentes estuvieron en tu casa”, dijeron Carolina Zeiter y Ariel Monutti, las víctimas. Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Fue un martes de terror para dos vecinos de barrio Esmeralda (en la zona norte de la ciudad). El motivo está más que claro: sus viviendas fueron desvalijadas por delincuentes que actuaron con suma celeridad y a plena luz del día.

No se salvó ni la maceta

* Ariel Monutti es comerciante y reside en 25 de Mayo al 9400.

“Ayer a la mañana, cerca de las 9, salí a trabajar como todos los días. Pero al llegar al mediodía me encontré con la sorpresa: mi casa estaba toda dada vuelta. Los ladrones me llevaron dos televisores LCD de 32 pulgadas, igual cantidad de Notebooks; prendas de vestir, teléfonos celulares y dinero en efectivo”, dijo con lógica amargura en diálogo con este diario.

“Me di cuenta que (los ladrones) entraron por los fondos de la casa. También salieron por allí. Y en su faena hicieron mucho daño. Me destrozaron todo. Es evidente que vinieron preparados, eso es seguro. Supongo que debieron utilizar algún vehículo para cargar y llevarse todo. Hasta una maceta me dieron vuelta. A mí jamas se me hubiese ocurrido guardar dinero dentro de una maceta”, reflexionó.

Un descuido fatal

* Carolina Zeiter vive en Callejón El Sable a la altura del 2500.

Consultada sobre lo ocurrido, la mujer relató que “yo estaba en mi casa con un plomero que había venido a hacer un trabajo. Cuando el hombre terminó salí a devolver una escalera que me había prestado un vecino. Y después seguí camino a comprar el pan. Pero tuve la imprudencia de dejar la puerta entreabierta y sin llave. Cuando regresé vi que la puerta estaba totalmente abierta y había pisadas de barro. Entré y quise tomar el teléfono que había dejado sobre la mesa pero no lo encontré. Seguí mirando y me di cuenta de que faltaba una garrafa, algo de ropa, mis documentos, y todavía no sé qué más, porque aún sigo revisando.

“Todo ocurrió en unos 15 minutos, es decir que los rufianes fueron sumamente rápidos”.

Más adelante la mujer recordó que los anteriores ocupantes de la casa también vivieron “horas amargas” a causa de la delincuencia.

“Antes que nosotros estuvo un señor mayor, al que le entraron a robar dos veces. En una oportunidad le pegaron y lo dejaron atado en el baño. Después vino a vivir una chica que un día se encontró con ladrones dentro de la casa. Quedó aterrada y se terminó mudando”.

Sin dormir

Tanto Ariel como Carolina se mostraron preocupados porque “ambos hechos ocurrieron a plena luz del día”.

Los dos afirmaron que no son los únicos a quienes les han robado en los últimos tiempos y que la comisaría con distrito en la zona tiene sólo un patrullero y pocos policías como para cubrir las necesidades de seguridad del barrio. Aseguraron también que de vez en cuando se los ve recorrer las calles, pero que precisan más presencia de la policía.

Entre las consecuencias que dejaron ambos hechos las víctimas refirieron que “por el momento no pienso reponer nada. No tengo los medios. Además del daño económico tenés que afrontar todo lo emocional. Saber que delincuentes estuvieron adentro de tu casa, que vieron tus cosas”.

“Anoche no puede dormir. Escuchás cualquier ruido y te despertás. Después de algo así te cuesta conciliar el sueño”, sentenciaron.