Jefe de Policía a la Legislatura

  • Ahora como gobernador electo, Miguel Lifschitz ratificó sus promesas de campaña respecto de cómo enfrentar el delito. Repitió que someterá al jefe de la Policía a la opinión de la Legislatura y subrayó su visión crítica sobre la reforma policial que eliminó jerarquías en los mandos medios.

Volvió a decir que la ley vigente contó con el consenso del actual oficialismo (que era oposición cuando se votó) y que se debe recuperarse la carrera en la fuerza.

La reforma de la ley de personal policial, aprobada en 2006, durante el último gobierno del justicialismo, contó con el apoyo del Frente Progresista, Cívico y Social.

Según sus críticos, relajó la disciplina y afectó la cadena de mandos. Si bien el próximo gobernador no fue tan tajante, y no se expresó en esos términos, sí dejó entrever que un jefe policial que goce de “un amplio acuerdo de los sectores políticos” podrá imponer mejor sus directivas.

Subrayó que “no voy a modificar derechos adquiridos: en conjunto tenemos que hacer cambios que apunten a lo que todos queremos, una buena policía. Tenemos muy buena gente allí que hay que rescatar, respetar y valorarla”.

Ante una pregunta, negó que la seguridad sea “el tema número uno” de su futura gestión, porque “tengo en mente muchos temas número uno”, pero admitió que es el que exige una solución “más compleja” y constituye “el desafío más difícil”.