Una actuación desteñida del mejor jugador del mundo...

Messi jugó sin encanto

Pasó muchos momentos inactivo, despreocupándose del juego y perdiendo sistemáticamente contra los defensores chilenos.

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Así jugó. Enojado por la marca rival pero sin rebelarse.

Como fastidioso y a desgano, perdido muchas veces en la intrascendencia, sin buscar entrar en el circuito de juego, fue un espectador del partido en la mayor parte del mismo. Foto: EFE

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Santiago de Chile)

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No duerme Chile. Son ya las 2 de la mañana de este domingo de gloria para este pueblo, ávido de un logro deportivo. “Argentino, argentino, qué amargado se te ve, Messi no tiene los huevos, que tiene Gary Medel”, cantan. Es que no sólo son campeones, sino que lo son habiéndole ganado a la Argentina de Messi. No pasa por una cuestión testicular, en el fútbol no es sólo poner y meter, hay que saber jugar. Y Messi juega como nadie en esta tierra, de eso no caben dudas. Pero algo le pasa cuando llega la hora de ponerse la camiseta de la selección, sobre todo en estas instancias límite. ¿Qué es?, nadie lo sabe. Ni él mismo, que debe ser el primer interesado en hacer con la celeste y blanca de la selección parte o todo lo que deslumbra con su habilidad inigualable cuando se pone la blaugrana del Barcelona.

Cuesta entender que un jugador que ha tenido, en casi 60 partidos disputados a lo largo del año, un promedio de casi un gol por partido, apenas haya marcado uno y de penal en seis partidos de este torneo con la selección. Que tuvo partidos notables, no hay dudas. Contra Paraguay participó en cinco de los seis goles y fue, con Di María y Pastore, figura indiscutida de un triunfo que nos dio un indicio de que algo bueno podía llegar a pasar en esta gran final ante los chilenos.

Sin embargo, en el partido más trascendente y cuando todos esperaban que por fin se diera el gran día de Messi, se arrastró por la cancha, con ausencias preocupantes y que no se sabe bien a qué responden. Como en el segundo tiempo ante Jamaica, Messi fue una pintura adentro de la cancha. No sólo lo marcaron bien, sino que él hizo poco y nada, ni siquiera con algo de rebeldía para tratar de imponerse a una situación que lo tornaba cada vez más intrascendente e impotente.

Cuesta entender cómo en jugadores de esta incomparable calidad técnica, pueden ocurrir cosas, en una final, como lo de Messi ante los chilenos. Arrancó con ganas, pero de a poco se fue opacando hasta caer en las tinieblas de un fútbol básico, sin brillantez, sin explosión, abúlico y desganado.

Ahora, ¿hay que depender por entero de Messi?, es la gran pregunta. Y la respuesta no se tiene que hacer esperar, porque en un deporte como el fútbol, Messi es sólo un eslabón —el más importante de todos, pero apenas uno— de una larga cadena. En esta Copa América se esperaba de los delanteros mucho más de lo que dieron; y en defensa, si bien no hubo tantas dudas durante la fase previa, el equipo terminó rindiendo muy bien en ese aspecto, con una labor prolija y segura de la dupla Demichelis-Otamendi, posiblemente lo mejor en esta final con frustración para la selección.

Messi no puede ni debe jugar solo. Necesita laderos, socios, cómplices de ese buen fútbol que es capaz de desplegar. Se siente a gusto con Agüero, con quien comparte la pieza en las concentraciones y mantienen una excelente relación. “Mientras él duerma bien, no hay problemas, yo me quedo despierto, mirando y cuidando que duerma...”, dijo el Kun cuando le preguntaron, el viernes, si Messi había podido descansar tranquilo después de la jornada de bullicio que se armó frente al hotel céntrico en el que se alojó el seleccionado.

No pasa por tener o no tener huevos. Pasa por estar metido, por rebelarse ante la adversidad, por no caminar con la cabeza gacha haciendo que los rivales se agranden. Parece mentira que uno critique a un futbolista extraordinario, pero ya anda por los 28 años, y teniendo en cuenta sus tiempos, se hace muy complicado que en algún momento pueda volver a ser el que fue en lo individual.

Messi necesita, él más que nadie, sacarse la mochila de no tener un éxito con la selección que se transforma en un estigma para esta generación de grandes futbolistas, con él incluido. No es cuestión de volver a establecer aquella discusión —estéril e improductiva— respecto de sus condiciones, porque es absurdo cuestionar a un jugador de esos que aparecen muy de vez en cuando en el fútbol mundial.

Sacarse la mochila y pararse de una manera diferente ante el horizonte que se viene, es el desafío de un Messi que seguirá conquistando, seguramente, elogios conceptuosos, títulos variados y batiendo los records más difíciles de vencer. Le falta esto que lo desvive y lo perturba, que tiene los colores celeste y blanco.

análisis

por iván zamorano (*)

Vi a Messi sin fuerzas

  • Esfuerzo, perseverancia, trabajo y corazón, es lo que básicamente tiene este equipo. Lo que hace Vidal es extraordinario, con una rodilla maltrecha. Es cierto que algunos futbolistas no juegan mucho en sus clubes, pero cuando se ponen la camiseta de Chile es tremendo lo que hacen.

Nosotros no somos asiduos a estar en estas instancias y más aún ganando. Fue un mérito absoluto de una planificación muy bien orquestada por Sampaoli. Chile coronó una actuación extraordinaria y fue el mejor.

Argentina también jugó bien y la final fue lo más merecido que hubo. El equipo fue de menos a más, hubo momentos muy discretos pero frente a Paraguay marcó una señal de que estaba preparado para ganarla. Fue un partido muy parejo y Argentina pudo ganar el partido en el final de los 90. La historia estaba escrita para que ganara Chile.

¿Messi?, jugó un partido fantástico contra Paraguay, pero en esta final estuvo apagado, sin fuerzas, no desequilibró nunca en el uno contra uno. Pero el gran mérito fue de Chile, que lo marcó muy bien. Vimos un Messi notable en algunos partidos y en otros vimos a un jugador apagado, que desaparece.

Chile vivió momentos muy duros en su historia, con terremotos, aluviones y sin embargo demostramos que podemos organizar sin fallas un torneo de esta naturaleza. Inclusive, nos tomó también la crisis de la Fifa y su repercusión en la Conmebol. Pero supimos salir adelante. Quizás, las cosas que pasan en este país nos lleven a pensar que las prioridades pasan por otro lado. Pero Chile demostró que, organizativamente, puede estar a la altura de los mejores.

(*) Ex delantero de la selección chilena, uno de los grandes ídolos de la historia de este país.