El balance que nos deja la Copa América...

La selección y la diferencia entre frustración y fracaso

Algunos apuntes para que, entre todos, nos ayudemos a digerir y analizar de la manera más justa este segundo puesto.

La selección y la diferencia entre frustración y fracaso

Lionel Messi pasa frente a la Copa América, como hace menos de un año pasó lo mismo con la del Mundial. Foto: Efe

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial

a Santiago de Chile)

Las voces lo apuntan y buscan, impiadosamente, su “exterminio”. Una locura muy propia de un país marcado a fuego por el exitismo. Así, como todo el mundo opina de fútbol y cada uno lo hace desde su lugar, hoy por ejemplo se pudo escuchar a un periodista porteño decir: “¡Basta de salir segundos!, yo quiero ganar, aunque sea con un gol con la mano”. La victoria ante todo, sobre todo y a cualquier precio. Eso no. Aunque admito que es cierto cuando se dice que a “las finales no hay que jugarlas, hay que ganarlas”. Seguramente, si la pelota de Higuaín entraba en el final del tiempo reglamentario o si en la lotería de los penales la suerte era distinta y favorable a nosotros, se hubiese dicho y escrito otra cosa. Hoy Messi, a quien muchos quieren “exterminar”, sería “Gardel, Lepera y los guitarristas”. Propio del fútbol, propio del argentino.

De todos modos, la final del sábado y el segundo puesto dejan cuestiones para un balance, en el que inevitablemente hay que incluir a Messi, por supuesto.

* 1) ¿Es prioridad 1 la selección para estos jugadores?. Ninguno dirá que no, pero está claro que ellos se preparan y planifican la temporada sabiendo que el compromiso con la selección —probablemente no sea tan así en el Mundial— es la frutilla del postre, que si está suma, pero si no está, al postre se lo van a devorar igual. La gran mayoría de estos jugadores tuvieron sus torneos locales, sus copas europeas y la copa local. Llegaron a la Copa América con una acumulación notable de partidos, porque así están planteados los calendarios y los compromisos. Es posible que Barcelona —quien no le niega a Messi que juegue para la selección— no piense tanto en que Messi tiene que disputar la Copa América en el cierre de su año futbolístico. Arma el calendario en función de sus propios intereses sabiendo que es el dueño del jugador y el que le paga. ¿Es un argumento que con muchos chilenos pasa lo mismo?, a medias. Chile fue el organizador y es posible que haya existido un nivel de motivación distinto. Ellos nunca habían ganado y desde el momento en que llegaron a su país, percibieron el clima nacionalista y triunfalista que había en torno a esta Copa América.

* 2) ¿Por qué Messi, que había hecho 57 goles en 58 partidos con el Barcelona, haya convertido sólo uno en 6 de la Copa, y de penal?. Es llamativo, a pesar de que nadie discute, por ejemplo, el gran partido que disputó ante los paraguayos o algunos pasajes muy buenos contra Uruguay y Colombia. Messi es un jugador notable, cuyo parentesco y sintonía con el gol es tan notable como él mismo. Messi puede usar la “10” pero es, básicamente, un delantero. Su desequilibrio y su capacidad para definir en los últimos 30 metros de la cancha no tienen parangón. Pero aquí entra a tallar algo que mucha gente piensa y con razón: la forma en que lo marcan en Sudamérica. Chile lo hizo muy bien, apostando a que el segundo hombre dispuesto para la marca, sea más importante que el primero. Se escalonaron, pero lo hicieron con la premisa de no andar saliéndole de a uno, sino que la segunda referencia a sortear, por parte de Messi, esté allí nomás, muy cerquita de la primera.

* 3) ¿Está bien que Martino piense y diga que va a seguir con estos jugadores a muerte?. El Tata lo dice porque lo piensa y también porque no se discute que es una generación muy buena. Argentina tiene un plantel muy rico de jugadores y no cabe ninguna duda que somos la envidia de todos, hasta incluidos los propios chilenos campeones. Este plantel, alternativamente porque no todos tienen la misma edad, han conseguido logros mundiales a nivel de juveniles y dos Juegos Olímpicos. El problema es que cuando llegaron a mayores, se quedaron a las puertas. Fracaso fue lo de la Copa América de 2011 en la Argentina, cuando quedamos afuera en cuartos de final y esto motivó que Grondona hiciera lo que muy pocas veces (o casi nunca) hizo: echó al técnico (Batista). No es fracaso llegar a la final del Mundial, tampoco lo es jugar la final de la Copa América y perderla por penales. Es una frustración, grande pero frustración al fin. No un fracaso. Fracaso es el de Brasil, en el Mundial anterior y también ahora. Nosotros llegamos al objetivo de jugar el último partido, pero nos estamos quedando ahí, a las puertas de la gloria. Y esta es la gran mochila que le está pesando a esta generación. Martino no debería encerrarse en ese concepto, el de seguir “a muerte” con este plantel. Se lo conoce y supone un técnico inteligente y justo, que abrirá el juego para que la llegada de otros jugadores le pueda dar un poco de aire fresco a un plantel que está lastimado por las dos finales perdidas en menos de un año.

* 4) ¿Por qué cambió en la final?. Habrá sido respeto o quizás una estrategia para endulzar a Chile y liquidarlo con la rapidez de los de arriba. Pero Argentina no tuvo en la final esa capacidad para apretar al rival y quitarle la pelota en su salida, sin dejarlo armar. La idea de contragolpear estaba muy firme. Y con Pastore ausente, el equipo no tuvo capacidad de juego. Messi no es conductor. El que debía crear juego era Pastore. y si bien la pidió, no tuvo claridad.

* 5) ¿Qué le pasó a Messi en la final?. Como primera medida, no hay dudas que lo marcaron bien. Después, tuvo algunas actitudes adentro de la cancha que no son nuevas, que se han repetido —muy poquito es cierto— en algunas otras ocasiones, inclusive en el Barcelona. Martino lo dijo antes de empezar el torneo, cuando declaró, ante la pregunta de qué era lo que le preocupaba de Messi, que “me preocupa cuando mira al piso”. Y en la final, Messi miró mucho al piso, algo que se dio durante todo el segundo tiempo del partido con Jamaica en Viña del Mar, cuando se convirtió en un simple pasador de pelota. Personalmente, me llama más la atención que un jugador con un promedio anual de casi un gol por año, cuando llegue el momento de hacerlo para la selección, sólo haya convertido uno en seis partidos. Hasta él mismo se lo preguntaba y se lo cuestionaba, de alguna manera, cuando hizo declaraciones después del partido con los paraguayos, sobre todo, tras haber participado en cinco de los seis goles.

Este es un pueblo exitista y la historia, para la gran mayoría, la escriben los que ganan. El exitismo muchas veces lleva a cometer errores de análisis, porque no puede ser que el segundo no sirva. Esta generación de futbolistas enarbola el poderío argentino a nivel mundial. Veníamos de muchísimos años en los que nos íbamos de los mundiales en cuartos de final, hasta que este mismo grupo nos llevó a jugar el último partido. Sé que para muchos, esto tiene un valor secundario. Parece mentira. Porque la diferencia entre todo esto y la gloria, que hubiese cambiado absolutamente la opinión de todos los que hoy despotrican contra Messi y compañía, fue una pelota de Higuaín a la que le faltaron 10 centímetros de diferencia para ser gol o una serie de penales.

La selección y la diferencia entre frustración y fracaso

Javier Mascherano, un “león herido” que jugó buena parte del encuentro lesionado. Todo un referente. Foto: Efe

Tres en el equipo ideal

Lionel Messi, Javier Mascherano y Nicolás Otamendi son los argentinos incluidos dentro del once ideal de la Copa América que se disputó en Chile, donde el seleccionado local se consagró campeón tras derrotar por penales al equipo conducido por Gerardo Martino.

El resto del once ideal, según la elección llevada a cabo por la organización del máximo certamen continental, lo completan cinco chilenos, dos peruanos y un colombiano.

Asimismo, como el mejor entrenador fue elegido el argentino Jorge Sampaoli, quien llevó al seleccionado chileno a la obtención de su primer tí¡tulo continental.

El equipo ideal, para el que se usó la táctica de 3-4-3, quedó conformado con Claudio Bravo (Chile) en el arco; Nicolás Otamendi (Argentina), Gary Medel (Chile) y Jeison Murillo (Colombia) en la defensa. El mediocampo quedó compuesto por Arturo Vidal (Chile), Javier Mascherano (Argentina), Marcelo Díaz (Chile) y Christian Cueva (Perú); mientras que en la delantera figuran Lionel Messi (Argentina), Paolo Guerrero (Perú) y Eduardo Vargas (Chile).

La selección y la diferencia entre frustración y fracaso

Gerardo Martino y un rostro que lo dice todo, en el momento de los penales y muy cerca de Luis Segura, el presidente de la Afa. Foto: Efe

“No sentimos frustración”

  • El zaguero rosarino Ezequiel Garay aseguró hoy que no hay “frustración” en el seleccionado argentino por haberse quedado sin alzar la Copa América y destacó haber alcanzado dos finales “en menos de un año”.

“Tenemos mucha bronca pero tenemos que estar orgullosos de esta selección. Nosotros no sentimos frustración, no es fácil llegar en menos de un año a dos finales, creando lo que creamos en la gente”, afirmó Garay al hablar con los periodistas en el aeropuerto de Ezeiza antes de partir a Rusia para sumarse al Zenit de San Petersburgo.

Garay, titular en el equipo hasta los cuartos de final, se perdió la semifinal y la final por un cuadro de gastroenteritis. Sin la menor autocrítica, el zaguero dijo que “no le damos bola lo que hablan los demás. Sabemos que nos faltó el último pasito pero tenemos que confiar en este proyecto y jugadores y sabemos que nos van a dar una satisfacción en algún momento”, afirmó.

Sobre el cambio de juego en la final ante Chile, evaluó que “ningún partido es igual a otro y todos los partidos son difíciles, más una final, pero tenemos que estar tranquilo que dimos todo por esta camiseta y defendimos los colores como debimos hacerlo”.

Roberto Perfumo, otrora zaguero central del seleccionado argentino, advirtió hoy que solicitarle a Ezequiel Lavezzi que desarrolle las funciones de un volante “es como pedírmelo a mí en mi tiempo de jugador”.

La referencia del denominado ‘Mariscal’, hoy comentarista deportivo en Radio Nacional y ESPN, tiene relación directa con el cambio que formuló el DT Gerardo Martino haciendo ingresar a Lavezzi en lugar de Angel Di María, cuando el ex Rosario Central se lesionó en el primer tiempo de la final de la Copa América Chile 2015. “Tapar la subida del lateral derecho (de Chile) significaba hacer el recorrido por afuera por la izquierda. Para Lavezzi, muy difícil”.

Por su lado, el otrora goleador del seleccionado argentino, José Francisco Sanfilippo, remarcó que en la final jugada en la tarde del sábado en Santiago, Chile cumplió su propósito de que “Messi jugara incómodo y golpeado. Argentina no tuvo alternativa de juego con un Messi muy cercado”, remarcó el otrora delantero de San Lorenzo, autor de 21 goles en 29 partidos con la camiseta celeste y blanca de la Selección. “Los chilenos tuvieron licencia para pegar”, completó el Nene Sanfilippo, de 80 años.