“CANTICUÉNTICOS”
“CANTICUÉNTICOS”
En busca del niño interior
Tras una gira por Colombia y distintos puntos del país, el grupo se presenta este jueves en ATE Casa España. Ruth Hillar, una de sus integrantes, reflexionó sobre las estrategias que despliegan para generar empatía con el público y cómo trabajan valiéndose de elementos culturales propios.
El trabajo del grupo demuestra que se pueden hacer cosas tomando elementos culturales de estas latitudes. “Eso también es un valor que chicos y grandes sienten importante”, aseguró Ruth Hillar.
Foto: Gentileza Sebastián Cúneo
Juan Ignacio Novak
El trabajo de Canticuénticos no sabe de fronteras. Sus canciones, elaboradas sobre esa rica base que son los ritmos folclóricos argentinos y latinoamericanos, ya pertenecen a todos aquellos (chicos, grandes, medianos) que estén dispuestos a jugar y divertirse. La reciente gira del grupo por Colombia lo demuestra. Allí, según relató Ruth Hillar, mucha gente se plegó al show entonando los temas. “Es un gran regalo”, señaló a El Litoral.
Este jueves, a las 15, Canticuénticos se presenta en ATE Casa España (Rivadavia 2871) con un doble objetivo: repasar sus canciones más conocidas (para calmar la ansiedad de los pequeños: estará la “Cumbia del monstruo”) y adelantar temas del próximo CD. Que mantendrá ese mandato que guió a estos músicos desde el inicio de su trabajo conjunto: aportar al cancionero infantil composiciones propias sobre ritmos argentinos y latinoamericanos para vincular a los chicos con su patrimonio cultural. Ruth Hillar (voz, flauta y acordeón) charló sobre el presente del grupo y los proyectos.
—Ustedes lograron una notable empatía con el público infantil. ¿Cómo se explica?
—Es bastante de intuición y mucho también de esa cuestión de buscar la empatía. Mirar, ver qué pasa con los chicos cuando uno les canta, juega, propone, a ver qué hay del otro lado. También estar atentos a los chicos que nos rodean, a nuestros hijos, alumnos, sobrinos, a los chicos de nuestro entorno. Es como buscar esa conexión un poco más profunda que lo normal con el niño que llevamos adentro cada uno de nosotros. Ésa fue una búsqueda desde que empezamos, cuando era sólo un proyecto de composición de canciones. Así que fue desde la composición hasta ver después cómo se musicaliza, cómo se trabajan los arreglos en lo musical para que esto pueda ser atractivo, pueda despertar la curiosidad de un chico. Cómo se pone eso después en el escenario, qué claves de juego tiene que haber para que se produzca esa comunicación, para que el que está del otro lado se sienta parte, esté involucrado e interpelado a participar. Es una búsqueda.
—Dijiste una palabra clave: curiosidad. ¿Cómo se hace hoy para despertar la curiosidad de los chicos, dados todos los estímulos que tienen, en relación con otras épocas?
—Nosotros estamos haciendo esto en este momento histórico. Hay como una idea de que es difícil atraer a los chicos ahora por ese acceso que tienen a esta hipercomunicación, a tener todo disponible. Pero creo que hay algo que no se pierde desde la niñez y son las ganas de que una persona, un adulto o varios adultos en este caso estén cantándoles a ellos, estén jugando, estén proponiendo para ellos. Son personas de verdad. Me parece que a los chicos ese contenido de verdad es algo que los atrae, les gusta, los hace sentir bien. La propuesta de Canticuénticos tiene un poco de eso. Un contenido de verdad, es algo que por ahí compensa todo eso otro. Va por otro lado.
—También en el trabajo de ustedes hay un anclaje local.
—Es la idea: trabajar desde nuestra propia cultura, rescatando los ritmos ya sea litoraleños, de nuestro país y hasta de nuestros vecinos de Latinoamérica. Es todo un objetivo en nuestro trabajo. Y es importante para chicos y grandes sentirse parte de algo que nos junta, que nos reúne alrededor de una cultura que se siente nuestra y compartida.
Viaja que viaja
La gente ayuda
No es lo mismo que estar recibiendo música o propuestas culturales desde otro lado, que vienen como bajadas. Esto es una cosa que se está generando acá, con gente que vive cerca. Porque somos parte de ellos también. Es también mostrar que acá se pueden hacer cosas tomando elementos culturales propios. Eso es un valor que chicos y grandes sienten importante.
—Lograron que el público se apropie de los trabajos que hacen.
—Ése es un gran regalo de este trabajo. Cualquiera que se pone a componer canciones, cuando las escucha en boca de muchos chicos y grandes es maravilloso. Eso ha pasado. Los grandes aliados nuestros en ese sentido han sido los docentes y muchos padres. Nuestras canciones son parte del cancionero de escuelas y Jardines del país y otros países. Que las canciones hayan tomado ese vuelo propio de la mano de maestros, padres y chicos es maravilloso. Y lo comprobamos cuando tocamos en diferentes lugares. Hasta pasó en Bogotá, donde muchísima gente ya cantaba las canciones.
—¿En qué instancia está el tercer disco de Canticuénticos?
—Ya está casi listo. Como tenemos muchas presentaciones, es difícil darle los últimos toquecitos. Pero en septiembre va a estar editándose.
—¿Se van a reiterar las ideas que ustedes volcaron en los discos anteriores?
—Es el mismo sello, pero siempre apostamos a alguna cosa más. Hay arreglos más pretenciosos. Pensamos que lo nuestro va por el mismo lado, pero siempre buscando cosas nuevas. Habrá ritmos argentinos y latinoamericanos, bastantes canciones para bailar. Estamos muy contentos con lo que va sonando en el disco nuevo. No vemos la hora de que esté listo.
La clave