Hoy Daniela cumpliría 17 años

Les mataron a su hija, se fueron del barrio y el caso está impune

  • El suceso ocurrió en diciembre en barrio San Lorenzo. Una adolescente fue asesinada en medio de una balacera. La pérdida les cambió la vida para siempre.
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Recuerdo. Esta mañana, sus padres, junto a otros familiares y amigos, realizaron una suelta de globos para recordarla. Eligieron el puerto, lugar donde a ella le gustaba ir a pasear.

Foto: Pablo Aguirre

 

De la Redacción de El Litoral

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Daniela Agostina Álvarez cumpliría hoy 17 años. Cumpliría, porque una bala que la alcanzó por la espalda acabó con su vida durante un tiroteo entre bandas ocurrido el 18 de diciembre último, en Santiago de Chile al 1400, en el corazón de barrio San Lorenzo. Daniela regresaba a su casa, en esa cuadra copada por la Banda del Pasillo, tras realizar una compra en el almacén vecino. Pero al regresar malherida murió en los brazos de Carlos, su padre.

Esta mañana sus padres, Karina y Carlos, realizaron una suelta de globos para recordarla. Convocaron a sus amigos y familiares y se encontraron en el Dique I del Puerto de Santa Fe, desde donde zarpa el catamarán, “porque ése era el lugar que elegía Daniela para ir a pasear por la ciudad con sus amigas”, contó Karina emocionada. A las 10.30, inflaron los globos con helio, les ataron un cordón y pegaron un papelito con su nombre en cada uno. Al dorso, cada amigo o familiar le escribió un mensaje. Los soltaron. Y se los llevó el viento ante la fija mirada de sus padres. Luego hubo un silencio de miradas tristes.

El calvario de los Álvarez

Desde aquel 18 de diciembre, todo cambió en la familia Álvarez. Debieron escapar del barrio, Karina perdió el trabajo que tenía en un comedor, pero lo más duro es que perdió su apoyo en la vida, porque Daniela la ayudaba a criar a sus dos hermanitos discapacitados. Hoy Carlos trabaja “en negro” en un taller metalúrgico y gana 700 pesos por semana. Con ese dinero más la pensión que recibe la familia por sus hijos discapacitados apenas subsisten. “A mí, no vino Bonfatti ni Lamberto a preguntarme si necesito algo; Justicia no hay para el pobre”, se quejó Karina.

Al día siguiente del asesinato de Daniela, su familia se fue a la provincia de Córdoba y ahora no quieren decir adónde viven porque tienen miedo. El mismo miedo que frenó a Karina a aportar información a la Justicia para que se esclarezca el crimen que no tiene testigos. “Nunca pude volver a mi barrio”, dijo acongojada la madre de Daniela. Desde el Ministerio Público de la Acusación convocaron a Karina para que identifique al presunto asesino de su hija pero ella se negó. Entonces se frenó la investigación. Esta mamá se siente “impotente” y manifiesta que ya no tiene “expectativas de justicia”. El presunto asesino es un nombre tan conocido como temido en el barrio, y en la actualidad está detenido por otro delito.

Daniela estudiaba en la escuela Santa Lucía y se dedicaba con felicidad a criar a sus hermanitos. “Era alegre, era mi apoyo”, dijo Karina esta mañana tratando de no quebrar su voz, y reflexionó luego: “Mi hija es un número más”. Pese a este calvario, la familia Álvarez le agradece a Dios tener a sus otros hijos, que son discapacitados. “Ellos son mi sostén en la vida”, dijo su madre, antes de partir junto a Carlos hacia el Cementerio Municipal. “Vamos a cantarle el feliz cumpleaños”.


El crimen

  • Daniela Agostina Álvarez fue asesinada el jueves 18 de diciembre del año pasado. La jovencita había salido de su casa para ir hasta el almacén que se ubica casi pegado a su casa, en Santiago de Chile al 1400, esto es, en el corazón de barrio San Lorenzo.

La joven regresaba de hacer el mandado cuando irrumpió en la escena un automóvil, el que detuvo bruscamente su marcha frente a un pasillo donde residen varias familias.

Del vehículo en cuestión descendieron cuatro sujetos, todos con armas de fuego, los que sin más comenzaron a disparar contra el frente de una vivienda.

Sin saberlo, Daniela quedó en medio de una trampa fatal, entre el fuego de los agresores y el domicilio que estaba siendo atacado.

Uno de los disparos impactó a la jovencita en su espalda. Pese a estar ya herida de muerte la niña corrió hasta su casa donde finalmente se desvaneció ante su padre y murió en sus brazos.