editorial

  • Obras públicas que prevén la incorporación de bicisendas y otras en las que todavía no se contemplaron forman parte de un debate necesario.

Espacios seguros para los ciclistas

Bicisendas, una red de bicicletas en préstamo impulsada por el gobierno de la ciudad, rodados como parte de la beca de estudio universitaria, obras públicas que incorporan en su diseño un espacio para la circulación de estos vehículos son todos avances en procura de favorecer y estimular una forma mucho más económica y sustentable de movilidad urbana.

La alternativa de vincular puntos estratégicos de la ciudad en la modalidad de dos ruedas va tomando forma de a poco a través de las distintas iniciativas -algunas ya materializadas y otras en proyecto- oficiales y privadas. Así fue como se demarcaron algo más de tres kilómetros de bicisendas en barrio Candioti y se prevé incorporar cuatro kilómetros más en el marco de la remodelación de la avenida Blas Parera. En este punto es importante destacar el trabajo desarrollado por vecinos y Ongs que vienen sosteniendo una fuerte tarea de concientización sobre la importancia de fortalecer y estimular el uso de un vehículo que aporta claramente a una mejor calidad de vida; como también es para valorar la recepción positiva que estas propuestas encuentran en los ámbitos de decisión. Sobre todo si se tiene en cuenta el reciente aumento en las tarifas de los servicios de transporte público, con lo cual la búsqueda de alternativas económicas de circulación se vuelve prioritaria.

Más allá de los avances señalados y de las obras cuyo inicio se anuncia para un futuro inmediato, los vecinos que residen en la zona de la Costa santafesina presentaron un petitorio con más de 1.700 firmas para que la remodelación de la Ruta Provincial Nº 1 contemple un espacio para la circulación segura de ciclistas y peatones. El pedido fue formulado ante el Ministerio de Obras Públicas de la provincia, en atención a la cantidad de personas que utilizan la bicicleta para concurrir a su trabajo, o como actividad deportiva y de esparcimiento.

Por otra parte, la demarcación de tramos reservados para bicicletas en barrio Candioti Sur derivó en algunos reclamos, sobre todo vinculados con el estacionamiento frente a las escuelas que funcionan en ese sector y los vecinos que se ven imposibilitados de detener sus vehículos frente a sus viviendas. Todos los cambios suponen un reacomodamiento de hábitos y una negociación entre pérdida y ganancia. También hubo críticas cuando se habilitó el carril rápido sobre Rivadavia, aunque se priorizó la posibilidad de dotar con mayor fluidez al tránsito en una arteria de alta densidad vehicular.

En el caso de las bicisendas, sin dudas se deberán seguir debatiendo ventajas y desventajas a la hora de priorizar una u otra forma de transporte, y para ello será fundamental contar con un plan que sustente cada decisión, en un marco de coherencia con la política que se quiere poner en práctica. Es decir que si se fomenta el uso de bicicletas, es indispensable generar las condiciones para que éstas puedan circular en condiciones seguras; más todavía si -como se dijo- constituyen el principal medio de transporte laboral o académico para sectores vulnerables a los que el pago de varios boletos diarios les representa un gasto imposible de afrontar.

En cualquier caso, y mientras se dirimen obras faltantes y se debaten ajustes o acuerdos en las ya realizadas, es necesario insistir en la necesaria convivencia y mutuo respeto que exigen todas las formas de movilizarse por la ciudad, de manera que así como es vital garantizar a ciclistas un espacio seguro para circular, es indispensable exigirles el mismo celo por las normas que rigen para todas las personas que comparten el mismo espacio público.

Si se fomenta el uso de bicicletas, es indispensable generar las condiciones para que éstas puedan circular en condiciones seguras.