Bigger

Contra viento y marea

  • La agrupación liderada por Luciano Villacé, que pasó recientemente por Santa Fe, presentará este sábado su disco “Contraviento” en La Trastienda de Buenos Aires. Acá, un recorrido por su presente artístico.
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La formación actual, con el “Negro” Villacé siempre al frente.

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Desde 2006 Luciano “Negro” Villacé (guitarra y voz) viene sosteniendo el proyecto de Bigger, que pasó por varias formaciones y ahora asentó su alineación con Oliver Knox (guitarra y coros), Manuel José Fernández (batería) y Pablo Inda (bajo y coros). Con ellos editó recientemente “Contraviento”, que tendrá su presentación este sábado en La Trastienda de Buenos Aires, luego de un paso reciente por Santa Fe.

En la previa, Villacé le contó a El Litoral sobre el desarrollo de esta etapa de la banda y el balance de lo hecho.

—¿Cómo viviste la fecha en el festival Ciudad Emergente?

—¡Fue buenísima! La verdad que fue una grata sorpresa la cantidad de gente que fue a vernos en ese horario. Por otra parte compartimos el escenario con grandes amigos. Y además formar parte de la grilla fue un buen reconocimiento al laburo que viene haciendo la banda. Este año para nosotros arrancó en el Teatro Vorterix tocando con Cirse, después fuimos por primera vez al Cosquín Rock, y ahora el festival Emergente y La Trastienda. ¡Un 2015 lleno de emociones!

—¿De qué forma se está preparando la presentación de “Contraviento” en La Trastienda?

—Estamos muy entusiasmados, es una fecha muy importante para Bigger. Estamos preparando un show extenso. Vamos a pasar por todo “Contraviento” y habrá un repaso de todo lo anterior también. Le estamos poniendo mucho y seguro va a haber alguna que otra sorpresa. Por otra parte estamos resolviendo cómo grabarlo y filmarlo, va a ser un show muy ensayado y detallista musical y visualmente.

Rearmados

—Es el primer disco realizado por esta formación. ¿Cómo se sintió hacerlo?

—La verdad que muy bien. Fue una experiencia nueva para los cuatro. Pero creo que en general nos entendimos muy bien entre nosotros y con Javi Robledo (productor del disco). Teníamos muchas ganas de entrar al estudio. Nuestro disco anterior, “Humano”, nos dio un empujón importante y nos llevó a tocar muchísimo más de lo que hubiésemos imaginado. Entonces después de tanto girarlo ya teníamos una necesidad importante de mostrar lo que estábamos haciendo con esta formación de cuarteto. Es un disco fresco, con aires y colores nuevos... creo que así lo sentimos nosotros.

Por otra parte la pasamos muy bien grabando, tanto en Romaphonic las baterías, como el resto en el calor de nuestro propio Estudio Humano. Contamos con la ayuda y el laburo de grandes amigos como Nikko Taranto de drum doctor, Orestes Di Vruno de guitar doctor, Augusto Arias quien compuso las cuerdas para “Al Final”, el “Tano” (Luciano) Farelli en “magias”, Javi Robledo que ya a esta altura es un hermano y Luciano Lucerna, técnico del disco, quien estuvo del día uno al último.

—¿Cómo salió lo de invitarlo a Luciano Farelli (Parteplaneta) a aportar programaciones y sintetizadores?

—A medida que fuimos avanzando en la grabación se nos ocurrió que en algunos temas podíamos sumar algo de electrónica. ¡Y quién mejor que el Tanito! Es un músico y productor que respetamos y admiramos muchísimo, y como si fuera poco es un tipazo. Los Parteplaneta son de esos amigos que nos ha regalado este camino y que uno quiere mucho. ¡Así como un montón de otra gente de Santa Fe! Martín Zaragozi (Mambonegro) por ejemplo, un tipo que hace años atrás sin conocernos nos recibió con las puertas abiertas de su casa para un asado, ritual que seguimos religiosamente cada vez que visitamos esta ciudad. El Negro (Rodrigo) González también, los Éxodo, etc.; bueno, ¡todo ese grupo de gente talentosa que tiene esta ciudad!

Creación

—¿Cómo se trabaja la composición adentro del grupo?

—Este disco tiene fórmulas compositivas muy variadas. Hay temas de Manu, de Oli, de los chicos como trío (en 2013 estuve un tiempo sin ensayar porque estaba construyendo el estudio de grabación), míos, otros todos juntos. Lo que sí es importante es que todos los temas los terminamos en banda en los ensayos. Generalmente alguien cae con alguna idea y la vamos desarrollando. Y también tres o cuatro canciones del disco las compusimos todos juntos en la sala, 15 días antes de entrar a grabar. Laburamos bien bajo presión... (risas).

—Contabas en otras notas que buena parte del disco se compuso en el mes previo a la grabación. ¿Esto lo hace más representativo del momento que vive la banda?

—Sin dudas. Algunas canciones son fotografías de momentos. Hay algunas canciones que salieron muy rápido y muy naturales entre todos y eso habla de un buen momento como banda.

—¿Puede ser que haya un giro más cancionero en este disco?

—La canción en sí, es desde hace tiempo nuestra mayor preocupación como músicos. El cómo la orquestemos o cómo la produzcamos importa también, pero lo que más necesitamos sentir es que la canción es “linda” o “funciona” o como sea... digo como sea porque hablar de lindo o feo en la música para mí es difícil. El arte en general conlleva un grado muy alto de subjetividad del receptor. Lo que a uno le gusta al otro no y así...

Específicamente para “Contraviento” nos propusimos que las canciones que entren al disco se puedan tocar con una guitarra criolla, que desmenuzándolas todas sigan siendo música y letra al servicio de un concepto único de obra/canción. Tratamos de no darle mayor relevancia a cada instrumento por separado y también tendemos a simplificar los materiales para que la música sea sólida.

—¿Cómo se mixtura la formación académica en composición con la esencia de una banda de rock?

—Uno incorpora conceptos muy interesantes en diferentes ámbitos y después los puede entrelazar, consciente o inconscientemente. Ambos mundos pueden convivir. La música académica y la música popular históricamente se han influenciado de una u otra manera, y los resultados pueden ser muy diversos. Hablamos de influencias de todo tipo... desde cuestiones que tienen que ver con las formas o la armonía hasta modos de ejecutar instrumentos (como es en el caso del jazz que incorporó a la música académica un sinfín de técnicas nuevas para la familia de los metales).

En este caso por ejemplo Oliver ayudó mucho en la composición de las cuerdas de “Al Final” a Augusto (ambos también ex compañeros de la Universidad de Quilmes donde se formó la banda). Ése es un ejemplo perfecto de un músico de una banda de rock surfeando con total naturalidad las partituras que escribe un compositor y director de orquesta de música académica.

Caminos

—Se van acercando los diez años de andadura de Bigger, con diferentes alineaciones. ¿Qué balance hacés del recorrido?

—El balance siempre es positivo. Siempre traté de mirar para adelante. Recordando con muchísimo afecto cada paso que se fue dando y cada persona con la que tuve la suerte de transitar estos años.

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La portada del flamante disco.

Fotos: Gentileza producción