Editorial

  • Argentina elegirá 43 representantes para un organismo que no cumple con ninguna función trascendental.

La entelequia del Parlasur

Durante el proceso electoral que se avecina en el país, los argentinos no sólo elegirán autoridades nacionales, -en algunos casos, también provinciales y municipales. Además, habrá que votar por una nueva categoría electoral que será la de parlamentario del Mercosur o, dicho de otra manera, integrantes del Parlasur.

En realidad, poco se sabe sobre este punto. Tanto es así que, en los últimos días, se generó una verdadera polémica en el país luego de que el programa Periodismo Para Todos, que se emite por Canal 13 de Buenos Aires, hiciera hincapié en el tema e informara, entre otros detalles, cuánto cobrarán los futuros miembros de este organismo.

El Parlamento del Mercosur fue constituido el 6 de diciembre 2006 y, según reza en su acta de creación, se trata del órgano representativo de los intereses de los ciudadanos de los Estados parte (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y, más recientemente, Venezuela).

Sin embargo, este órgano -cuya sede se encuentra en Montevideo, Uruguay- hasta el momento funcionó de manera irregular y actuó como una suerte de entelequia política que no realizó ningún tipo de aporte real al Mercosur. Tanto es así que, en lo que va de este año, los miembros del Parlasur no se reunieron siquiera una vez.

Actualmente, la presidencia está en manos de Venezuela, uno de los últimos países en ingresar al bloque del Mercosur. Y desde Uruguay, por ejemplo, ya se levantaron quejas porque el organismo se negó a debatir sobre cuestiones fundamentales como, por ejemplo, el respeto por los derechos humanos o la libertad de prensa, fuertemente afectada en tierras bolivarianas.

El Parlamento del Mercosur es una asamblea parlamentaria, pero que funciona como órgano no legislativo. Esto significa que sus miembros no tienen la potestad de fijar disposiciones concretas que deban ser acatadas por los países miembro.

Paraguay fue el primer país que se ocupó de designar a sus representantes para este organismo. Lo hizo en 2008 y, a la fecha, lleva gastados nueve millones de dólares en sueldos para sus parlamentarios.

La Argentina elegirá a 43 representantes. Cada uno de ellos cobrará aproximadamente siete mil dólares mensuales -lo mismo que un diputado nacional-, lo que representará un gasto total de tres millones de dólares anuales.

Uruguay es caso distinto. Es que, si bien existen representantes de ese país en el Parlasur, los mismos fueron elegidos entre los legisladores nacionales en funciones y no cobran un solo peso extra por la actividad que realizan como integrantes del organismo.

Quizá pueda resultar importante la existencia de un órgano de esta naturaleza. Sin embargo, los antecedentes indican que hasta el momento sus integrantes no realizaron ninguna tarea de relevancia.

¿Era necesario generar una nueva estructura, que representara mayores erogaciones del Estado argentino para sostener un Parlamento cuyas funciones parecen ser apenas simbólicas? ¿No hubiese sido suficiente con destinar dicha tarea a un grupo de legisladores nacionales? ¿Alguien escuchó alguna propuesta de los candidatos argentinos al Parlasur?

Lamentablemente, y sobre todo al analizar algunos nombres que aparecen entre los candidatos, queda la sensación de que el único objetivo es repartir 43 puestos a modo de premio político. Un nuevo paso en falso para este bastardeado Mercosur que, en definitiva, termina reflejando las miserias y debilidades de cada uno de sus Estados miembro.

Cada uno de ellos cobrará aproximadamente siete mil dólares mensuales -lo mismo que un diputado nacional.