EN EL RETABLO
Títeres para grandes
En la sala de Moreno 2441, el grupo de titiriteros de El Retablo de las Maravillas estrena el sábado “Fausto y Cía.”. El espectáculo está integrado por obras para adultos de Javier Villafañe. “Era algo pendiente” dicen los hacedores. Foto: Gentileza El Retablo de las Maravillas
Juan Ignacio Novak
“El espectáculo es complejo en el sentido de que es un mecanismo de relojería para los tres”. Los tres son María Cristina Pepe, Oscar Caamaño y Ruy Acevedo, integrantes de El Retablo de las Maravillas. El espectáculo es “Fausto y Cía.”, propuesta en la que este reconocido grupo de titiriteros santafesinos viene trabajando desde el año pasado y estrenará este sábado a las 21 en la sala cultural de El Retablo, Moreno 2441, con el objetivo de llegar a un público adulto, tras muchos años de orientar esfuerzos hacia el infantil, en sus habituales funciones vespertinas.
“Fausto y Cía.” está integrada por tres obras de Javier Villafañe, destinadas a adultos: “El Fantasma”; “Fábula con moraleja” y “Fausto”. Allí, el autor despliega “con humor e ironía los juegos de relaciones amorosas entre mujeres y hombres”, explican los realizadores. “El Fantasma” es una farsa irónica sobre el clásico tema del marido engañado y burlado por un fantasma demasiado terrenal. “Fábula con moraleja” contiene un diálogo desopilante entre tío y sobrina sobre las consecuencias del amor sin control y en “Fausto”, Villafañe reelabora el mito del viejo que vende su alma por conseguir la juventud y el amor de una muchacha. “Villafañe ha logrado, en poco tiempo, condensar el tema del ‘Fausto'. Es una mirada diferente, pero con sus elementos”, explicó María Cristina Pepe.
“Dónde está verdaderamente el amor, tal vez en ninguno de los tres planteos de dichas obras. Ya sea por ingenuidad, por descaro o por deseo de posesiones, el amor se escurre como agua en la cestilla. Y quien cree saber del amor, Fausto, sólo conoce libros y se pierde entre ellos sin alcanzar a la que desea y cree amar. Visión nocturna de Villafañe sobre las relaciones adultas. Visión que se vuelve luminosa y esperanzada cuando se trata de contarles historias a los niños”. Esas palabras eligen los realizadores para resumir la propuesta escénica con la que renovarán el repertorio este fin de semana.
Estar en los detalles
Hay que resaltar que, para el trío creativo que hay detrás de cada puesta de El Retablo de las Maravillas, implicó un arduo trabajo que esta iniciativa pudiera ver la luz. “Hace muchos años que queremos hacer nuevamente una puesta para adultos. Nos quedó pendiente. Como Oscar y yo somos docentes, hasta que pudimos estar un poco más libres, jubilados los dos, no se pudo concretar. Hace muchos años que queremos hacer una obra para adultos. Por otro lado, nos interesaba mucho el ‘Fausto' de Villafañe, el planteo, la poesía, es una obra escrita prácticamente en verso. Pero fuimos viendo que la obra sola no cubría el tiempo necesario para un espectáculo. Ahí, agregamos la fábula con moraleja, que hemos hecho otras veces en forma más simple. Y finalmente ‘El Fantasma'”, contó Cristina.
Lo que más tiempo llevó es el desarrollo de “Fausto”. “Es una obra ambientada en la época medieval. Son muñecos más grandes, especiales, que tienen varillas en las manos, se manejan con un dispositivo interno que tiene una bolita que maneja la cabeza, son más pesados y tienen un vestuario muy importante. Eso lo hizo Oscar, desde el año pasado. Ruy participó en parte en los muñecos y juntos hicieron la escenografía. Cada cosa, que parece simple en escena, lleva bastante tiempo idearla, que sea práctica y la podamos manejar. Todo está combinado con una selección musical importante en los tres casos y tiene un sistema de luces exacto para cada parte”, añadió.
Para llegar
Los titiriteros combinarán las técnicas de guantes y varillas. “El trabajo de guantes los hacemos siempre, el de varilla también pero en estos títeres nos lleva más tiempo, ya que son más complejos”, afirmó Cristina. Y detalló el proceso que demandó “Fausto y Cía.”. “Partimos de lo que queremos decir y buscamos el texto, porque somos gente de Letras. Y Villafañe es fantástico. Estas obras son en verso casi todas. Tienen un humor, una ironía, una forma de decir. A partir de eso se idea la puesta. En el arte de los títeres, confluyen varias cosas: la plástica, la música, la luz y la interpretación. Después de idear y armar todo eso, le dedicamos mucho a los ensayos”.
La aspiración de estos titiriteros, que llevan más de tres décadas y media como parte de esa mágica profesión, es llegar con esta nueva propuesta a un público eminentemente adulto. “Vemos que en las puestas para niños el público adulto reacciona de modo impresionante. Pero le cuesta entender que puede ir solo, sin niños. Siempre las puestas tienen lecturas para todos, nunca son para niños y nada más, eso no tiene sentido”, finalizó.
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