Santiago Grassi

“Sé que puedo mejorar y bajar mis marcas”

  • Habló con El Litoral sobre la sobresaliente actuación en los Panamericanos de Toronto y su posterior presencia en el Mundial de Kazán.
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Santiago Grassi en El Litoral, exhibiendo la medalla plateada y la mascota “Pachi” de Toronto 2015.

Foto: Pablo Aguirre

 

Luis Gudiño

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“No me lo esperaba para nada. Ni la marca ni mucho menos el puesto”, confesó el nadador del Club Atlético Unión, Santiago Grassi, quien es entrenado por el profesor Adrián Tur que acaba de ganar la presea de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto.

A su regreso, visitó la redacción de El Litoral y aseguró: “Fui a Canadá con la idea de buscar una marca para los Juegos Olímpicos; hacer 52.36 no era fácil; estaba a 32 centésimas, pero sabía que había realizado bien las cosas en los entrenamientos y me tenía mucha confianza”.

“Esa mañana, en la eliminatoria me sentía muy bien, me tiré a nadar confiado, tranquilo, relajado. Salió 52.34, dos centésimas por debajo de la marca y sentí que tenía un poquito más para dar todavía”, resaltó.

Lo pensó y lo hizo

“Entré tercero a la final, bajaron a otro chico por doping y quedé segundo. Las posibilidades de una medalla, que antes eran impensadas, se hacían cada vez más grandes”, indicó y agregó que “desde que terminé de nadar la eliminatoria y llegué a la final me llené de confianza para estar tranquilo. Quedé sorprendido por el tiempo: 52 segundos, a seis meses que estaba 53.09; es muy bueno. Después nadé en 52.03 así que creo que estoy próximamente para el 51.00 si la progresión sigue bien”.

“Fui dominando la parte mental con los torneos que tuve. El Mundial Junior, los Juegos Olímpicos de la Juventud...; en esos torneos la pasé mal. Yo me di cuenta de que la experiencia es muy valiosa, suma muchísimo. Cuando entrábamos a la pileta, todos gritaban por el canadiense, eso juega en contra, pero yo por suerte ya lo había vivido y sabía cómo lidiar. Me puse los auriculares, no escuché nada y cuando me los saqué ya largábamos”, puntualizó.

“En mis pensamientos, cuando imagino la carrera, pienso lo que voy a hacer, lo bueno. Cuando surgen cosas como mirá si te largás antes, vuelvo y pienso de nuevo la partida para no cometer errores. Nunca me descalificaron”, dijo luego.

“Somos un grupo muy unido y si bien nadamos solos, físicamente yo sé que en la tribuna hay muchos que me alientan. Cuando nadan los demás, yo hago fuerza. Nos hicimos sentir un equipo muy unido. La relación entre todos es muy buena”, destacó Santiago.

Mayor apoyo

“A los mejores yo trato de copiarles el estilo. No estamos tan lejos como parece”, aseguró.

“Ahora comenzamos a tener más competencia, los resultados de los Panamericanos no son casualidad, sino el producto y consecuencia de que nosotros viajamos antes a México, Estados Unidos, Brasil, a España antes del Mundial de Kazán”, dijo.

“Nos falta más conciencia, que nos den las herramientas para que podamos construir lo que todos queremos. Todos desean que la Argentina esté en los podios, pero por ahí no te ayudan cuando te tienen que sacar un viaje a una copa del mundo, porque afirman que no tenemos posibilidades de podio, que no pueden invertir en nosotros. Grabich demostró que eso no es así, que Argentina tiene porte, que tiene con qué luchar, ahora la perspectiva es otra. Nos tienen que apoyar tanto en los Panamericanos como Juegos Olímpicos y en los Mundiales”, consignó.

“Faltan más piletas en todo el país; más infraestructura y dedicación. No se les da tanta importancia a los entrenadores y ellos deben sentirse cómodos donde trabajan; estar tranquilos que si tienen que viajar se conseguirán los permisos en sus trabajos; que no le descontarán de su sueldo. Falta ponerle ganas, nada más. Invertir en nosotros, así como lo hacen en otros deportes, tenemos las condiciones físicas, nos falta la infraestructura”, aseveró Grassi.

Sus vivencias

“En Canadá me hubiera gustado festejar con mi entrenador Adrián Tur, es una lástima que él no pudo estar ahí y es una de las cosas que hay que tener en cuenta para el futuro, los nadadores necesitamos a nuestros entrenadores cuando competimos, junto a nosotros”, indicó “Santi”.

“Una anécdota divertida fue haber participado en el video de los juegos, junto a otros atletas, me invitaron los chicos de handball. Nos dijeron que bajemos con las medallas y que cantaríamos con Los Totora. Fue gracioso y lindo”, recordó.

“De Toronto me fui a España, ocho días entrenando duramente manteniendo la puesta a punto, la sensación en el agua más que nada. Sentí cansancio, dolores, los primeros días no me sentí bien, raro, los piques no eran los mejores, y a medida que pasaban los días me fui recuperando”, detalló.

“Finalmente, llegué al Mundial muy bien, si bien me molestaban algunos dolores (hombro, espalda) traté de hacerlos a un lado y seguir. El rendimiento fue bueno, no me molestaron al momento de correr, pero por ahí me sacaron un poco de confianza”.

Nuevos horizontes

“Ya clasificado con marca A para los Juegos Olímpicos, viendo nadar a otros nadadores de alto nivel, que son muy buenos mariposistas, se tiran en los 100 libres y te hacen 48 segundos. Me dio ganas de hablar de ello con mi entrenador (Adrián Tur) y plantearle esa posibilidad, si vale la pena ir tocando algún otro estilo”, dijo Grassi.

“Me gustaría comenzar a nadar otros estilos y también luchar por podios. Tengo que corregir mi estilo, sé que podría hacerlo en 200 libres, por ejemplo. En los 200 mariposa también me veo nadando, pero prefiero los 200 libres. Esa carrera me cuesta afrontarla, en pileta corta la disfruto. Antes tenía miedo de entrenarla porque pensaba que era mucho nadar tanto en mariposa. Cambié mi mentalidad sobre los entrenamientos en mi último tiempo y ahora disfruto de nadar”, aseguró.

“Estamos agradecidos con el apoyo que se nos está dando, ya sea del Enard o de las autoridades, pero eso ya nos queda chico. No podemos representar a la Argentina en un Mundial sin la indumentaria adecuada, sin un equipo médico, sin un masajista, sin un delegado que se ocupe de todas las cuestiones técnicas y de organización, sin nuestros entrenadores. Se esperaban resultados para que se den esas condiciones y ahora los resultados ya están”.

Finalmente, Santiago hizo mención a las marcas que debe hacer para estar en las finales de grandes torneos. “Esas 53 centésimas que me separaron de quien ocupó el octavo lugar en la final de Kazán debo lograrlas bajar, mejorar en la parte física y técnica, en el movimiento de cadera para el subacuático, debo hacer un nado máas deslizado, eficiente, más profundo”.

En el Mundial de Rusia

“En Kazán el balance es positivo, pero no tanto como yo hubiese querido. Quería entrar a semifinales, sabía que tenía la posibilidad, 52.34 era mi mejor tiempo de mañana, hice 52.36, para mí es todavía dificil dar el 100% de mañana, me siento como que rompo el hielo y a la tarde ya tengo otra perspectiva. Me pasó también en Toronto”, afirmó.

“Me tocó una serie adonde con mi tiempo tenían que quedar primero o segundo, me hubiera gustado tener que nadar con alguien que sea más rápido, con más exigencia, que lo tuviera que pasar, no se dio, por 7 centésimas quedé afuera. Me quedo contento con la marca. Son cosas que pasan”, explicó.

“Ahora voy a descansar. Un turno por día en agua, de velocidad, gimnasio y dos semanas de vacaciones de pileta”, señaló y acotó que “quiero volver a la pileta, pero sé que necesito descansar también. Después de tanto torneo necesito relajarme, sacarle el estrés, plantearme nuevos objetivos, agarrar más ganas y hambre y darle a la pileta con todo”.