El viernes

La Sinfónica junto a Marcelo Ramos y Luis Rossi

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El director brasileño y el clarinetista argentino compartieron el Concierto para Clarinete y Orquesta en La mayor KV 622 de Mozart. Foto: Manuel Fabatía

 

El viernes a la noche, en el Centro Cultural Provincial Francisco Paco Urondo, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura, actuó en otro concierto de su Temporada, dirigida en esa oportunidad por el maestro brasileño Marcelo Ramos como invitado, con la participación del clarinetista argentino -radicado en Chile- Luis Rossi como solista.

Las obras

La velada musical, que fue en adhesión a los 35 años del Centro Cultural, comenzó con un video que relató, brevemente, la historia de la sala. A su fin, se pudo escuchar la contingencia y seguidamente la afinación de rigor. Ése fue el pie para que el maestro Marcelo Ramos ingrese al escenario y ocupe su lugar en el podio.

La primera obra de la noche fue la Obertura de la opera “Tancredi” de Rossini. Su interpretación fue limpia y de tempo preciso. En el corto tiempo que dura la obra, Ramos pudo mostrarle al público su elevado nivel artístico, preparándolos para las dos piezas siguientes en el programa.

Al finalizar la obertura, fue el turno de escuchar el Concierto para Clarinete y Orquesta en La mayor KV 622 de Mozart. En esa oportunidad, acompañó a la Sinfónica y al maestro, el clarinetista Luis Rossi. Los dos artistas invitados se desempeñaron excepcionalmente. Las notas de las partituras escritas en Viena en 1791 sonaron haciendo honor a su autor. Rossi, quien utilizó un clarinete de su propio diseño, puso sobre el escenario todos sus años de experiencia, dejando en claro por qué ocupa un lugar de reconocimiento entre los clarinetistas mundiales. Los aplausos del público se dejaron oír fuertemente en la platea.

Luego de un breve intervalo, comenzaron a sonar las notas de la Sinfonía Nº 4 “Italiana” de Mendelssohn. La manera en que el maestro Ramos condujo a la orquesta en la ejecución de la obra, completada en 1833 y estrenada en Londres en un concierto de la Royal Philharmonic Society, logró transportar a la sala a la Italia del mil ochocientos, con sus colores y su atmósfera tan típica y clásica, inspiración original de su autor al momento de la escritura primigenia. Una vez más fue el turno de los aplausos del público, que despedía con gran calidez a los dos invitados de la Sinfónica santafesina, agradeciéndoles un concierto de excelente nivel.