Catupecu Machu trae “Madera Microchip”

Entre los bits y la materia

La banda presentará un show distinto, reinterpretando su repertorio. Será este sábado, en Luz y Fuerza.

Entre  los bits  y la materia

Agustín “Búho” Rocino, Sebastián Cáceres, Fernando Ruiz Díaz y Macabre, artífices de esta propuesta renovada.

Foto: Gentileza producción/Quique Ibarra

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Catupecu Machu regresa en un formato diferente. Fernando Ruiz Díaz (ya con 21 años sosteniendo el proyecto), Macabre, Sebastián Cáceres y Agustín “Búho” Rocino subirán a las tablas de Luz y Fuerza (Teatro Luz y Fuerza) para presentar “Madera Microchip”, relectura electroacústica de sus canciones. Se abrirán puertas a las 21, empezando el show a las 21.45. Anticipadas en Ticketway.com.ar o en boletería, de 16 a 20.

El viaje

En la previa, Fernando habló con El Litoral sobre el show y el momento del grupo.

—¿Qué balance hacés del camino recorrido, a través de los cambios, el accidente de Gaby (Ruiz Díaz) y todo lo que fue pasando?

—La verdad es que fueron 20 años impresionantes. Muy intensos, con muchísima música, eternos viajes (20 años de no parar nunca de viajar y de llevar nuestra música a todos lados), la montaña rusa emocional: el suceso más increíble que vivimos fue el de Gabriel. Todo lo que significa eso, y lo que hicimos antes y después: un mismo Catupecu que a la vez son dos.

La verdad es que es muy loco todo lo que vivimos, es alucinante, una película de una eterna búsqueda, y encontrar todo el tiempo cosas y música.

—Cosas que no te imaginabas 22 años atrás.

—No, la verdad que no. Sí teníamos una profunda convicción de lo que hacíamos y de lo que estábamos generando, porque empezamos y ya enseguida empezó a venir gente, y a llamar la atención Catupecu; y a producirse algo que superaba un poco nuestras expectativas. Pero el futuro no está escrito, como decía Joe Strummer; lo demás se fue haciendo, y ahora te das más cuenta de las cosas mirando para atrás, en retrospectiva.

—¿Cómo se armó el box set “El grito después - 20 Años”?

—Salió el box set y también salió la versión reducida que es la película “El grito después”: es un material de tres horas y cuarto, el primer corte fueron siete horas. Yo de entrada filmaba mucho, y había una cámara siempre en la sala. No es como ahora que todo el mundo tiene un celular. Eran como 500 y pico de horas de material de archivo. Fue un momento de reencontrarnos con nuestra historia, con imágenes inéditas. Entendés mucho del ADN de Catupecu, y de cosas que ni me acordaba yo, la gente menos.

El box set tiene dos discos y dos DVD, tiene el último show que filmamos con Gabriel, cuando empezaba la gira de 2006 en Pinamar, en un lugar muy grande.

Relecturas

—Contanos de qué se trata “Madera Microchip”.

—Cuando salió “El grito después” hicimos una gira que duró todo este año, desde el año pasado que cumplimos los 20. Salimos de gira por todos lados, por acá, por el exterior. Después de la parte eléctrica, teníamos ganas de cerrar esta etapa con “Madera Microchip”.

Es un espectáculo que habíamos hecho hace un par de años en Capital, íbamos a salir de gira y después no se dio por los compromisos que teníamos. Es un espectáculo que se hace en teatros, ver a Catupecu de otra forma, resignificamos las canciones. Le pedimos al público que no filme ni saque fotos, que se pierda en el show. Toco la guitarra criolla y la proceso por un iPad y un montón de pedales; se usan muchas máquinas, no usamos equipos sobre el escenario sino que sacamos todo por línea; el Búho toca el cajón peruano y Octapad, tiene una loopera y hace cosas diferentes con esa máquina. Son reversiones de temas nuestros desde otro lado, y al ser en un teatro está el hecho de perderte en el viaje como cuando vas al teatro o a ver cine.

Improvisamos mucho, la estamos pasando muy bien en la gira, y a Santa Fe llegamos con un montón de shows en los cuales fuimos redefiniendo cosas. Empieza otra dinámica cuando estás en la gira, por más que desde el primer show ya sea alucinante, empezar a refinar mucho, y a acomodar.

Lisandro

—En “Breviario de anomalías” sumaron temas que ya habían versionado con algunos nuevos. ¿Cómo eligen en general cuando van a hacer propia una canción ajena?

—Hicimos muchas versiones, en todos los discos, salvo en uno que hicimos una versión de nosotros mismos, “Batalla” lo invitamos a Gillespi en la trompeta. La gente nos preguntaba: “¿En los 20 años van a hacer una versión de alguno para el disco?” No sabíamos, y la verdad es que hacía rato que teníamos ganas de hacer “Para vestirte hoy”, de Lisandro Aristimuño, que además de ser un gran amigo y hermano de la ruta es para mí el músico más increíble de los últimos diez años de la Argentina. Ese tema me había gustado mucho, después se los hice escuchar a los chicos hace años (está en un disco que se llama “39º”) y todos coincidimos en que ése era el que teníamos que hacer.

Lo reversionamos, lo apropiamos cuando vamos a hacer una versión nuestra, y jugamos con eso. A Lisandro le encantó, vino a grabar unas guitarras y terminó grabando voces. Fue genial lo que sucedió, y desembocó en el séptimo trabajo en colaboración con Javier Vázquez, director de nuestros videos. Ahora la estamos tocando, incluso en el show hacemos una reversión de la versión que hicimos nosotros (risas), una versión para “Madera Microchip” diferente a la del disco.

El video tiene una historia hermosa: en realidad era un corto que iba a hacer Javier probando una cámara nueva, y a vez había conocido a Regina, la protagonista, una chamana, en una estación de servicio. Le prometí la música para el corto y después se convirtió en el video del tema.

Nosotros pensábamos ya para este año estar haciendo el disco nuevo pero se extendió mucho, y al anunciar la gira empezaron a pedir de todos lados, porque era un show que quedó como mítico: de Perú, Colombia, México, Estados Unidos, ahora de Europa. Se hizo una bola de nieve hermosa (risas).