editorial

EE.UU.: empresarios y dos mujeres en la carrera presidencial

  • Hace ocho años, los norteamericanos eligieron al primer presidente negro de la historia... Ahora, el interrogante es si el nuevo presidente de los EE.UU. será una mujer.

Hace ocho años, los norteamericanos eligieron al primer presidente negro de la historia. Lo que parecía impensable se hizo realidad. Las gestiones de Obama incluyen aciertos y errores pero en el país donde el racismo llegó a ser una tragedia cotidiana, una mayoría de votantes decidió romper con ese prejuicio racista y criminal. El hombre elegido se pareció más al Sidney Poitier de “¿Sabes quién viene a cenar?” es decir, un negro culto, inteligente, buen mozo, refinado y de movimientos elegantes que a un rencoroso militante de los “Panteras Negras”.

El interrogante abierto hacia el futuro es si el nuevo presidente de los EE.UU. será una mujer. Por lo pronto todo parece indicar que la dirigente con más chances para ser promovida hacia la Casa Blanca por el Partido Demócrata sea Hillary Clinton, alguien que en su momento disputó la precandidatura a la presidencia con Obama y luego ocupó cargos ministeriales, funciones en las que puso en evidencia sus reconocidas condiciones políticas.

En el Partido Republicano hasta la fecha el candidato más conocido es el ultraconservador Donald Trump, un empresario multimillonario que salió a disputar la candidatura a la presidencia con el vigor de un cowboy decidido a llevarse todo por delante. La actual visibilidad de Trump no quiere decir que necesariamente vaya a ser el candidato de los republicanos; es más, existe entre los astutos caciques republicanos la preocupación por un candidato que los distancia de los latinos, los negros y, de acuerdo con sus recientes declaraciones, de las mujeres.

Por lo tanto, y a pesar de los fuegos artificiales a su favor, la alternativa republicana no parece ser Trump sino la empresaria Carly Fiorina que suma a sus condiciones de mujer, las de empresaria competente y exitosa. En efecto, Fiorina fue CEO de la empresa Hewlatt-Packard, una corporación con sede en Silicon Valley que da trabajo a 300.000 personas, está extendida por todo el mundo y su liquidación anual es de 110.000 millones de dólares, una suma que supera con creces el PBI de varios países periféricos.

Conviene destacar las condiciones de dirigente empresaria de Fiorina, ya que a la hora de evaluar la performance de un presidente negro o de una posible presidente mujer, habría que tener en cuenta que hasta la fecha en los EE.UU. no ha habido mandatarios con un perfil empresario de gran escala como lo son, en este caso, Trump y Fiorina. Se ha dicho al respecto que un empresario tiene serias dificultades para atender el bien común, una afirmación que tiene más de prejuicio que de verdad.

¿Fiorina o Clinton? ¿Carly o Hillary? Habrá que esperar por lo pronto que las candidatas se pongan a prueba en las exigentes elecciones internas. Importa recordar al respecto que esta exigencia se cumple sin excepciones. A diferencia de la Argentina, en que la condición de esposa o la capacidad para controlar los aparatos del Estado permitieron que la actual presidente fuera candidata, en los EE.UU. este requisito es inexcusable. Hillary Clinton lo vivió en carne propia cuando fue derrotada por Obama hace ocho años y, seguramente, Fiorina deberá exigirse y mucho para poder imponerse a un búfalo descontrolado pero carismático como Trump o a un político de raza y linaje como Jeb Bush.

¿Carly o Hillary? Habrá que esperar que las candidatas se pongan a prueba en las exigentes elecciones internas.