al mArgen de la crónica

¿Revolución rosa?

La flibanserina, más conocida como “el Viagra para mujeres”, es probablemente la píldora más política desde las anticonceptivas. Este medicamento rosa que acaba de ser aprobado en EE.UU. y se comercializará como Addyi sólo ayuda a una parte de las afectadas. Aunque éstas pueden ser millones.

El “Viagra rosa” podría cambiar la vida sexual de incontables mujeres -y sus parejas-, pero pese a su sobrenombre, no se trata de Viagra. La píldora azul que revolucionó la sociedad hace dos décadas actúa directamente sobre el cuerpo ayudando a los hombres a conseguir una erección. Es una cuestión de poder, no de querer, pues en el caso de los hombres, la falta de deseo sexual no parece constituir un problema. Pero con las mujeres, la situación es diferente.

Hay muchas mujeres que rara vez tienen ganas de sexo, o que carecen totalmente de apetito sexual. Esto no sólo las perjudica a ellas, sino también a los hombres, a la relación en general. Hasta ahora, los trastornos de este tipo se trataban en el psicoterapeuta, pero con la Addyi llega también una posible “revolución rosa”.

Sprout Pharmaceuticals compró la patente a la alemana Boeringer Ingelheim. En un principio la píldora estaba destinada a combatir las depresiones, el aumento del deseo sexual llegó después. La compañía alemana calculaba que la flibanserina podría ayudar a un 10% de las mujeres afectadas por la ausencia de apetito sexual, pero a la estadounidense FDA, la Agencia de Alimentos y Medicamentos, le pareció demasiado poco y consideró su éxito demasiado incierto.

Tras el fracaso de los alemanes en 2010 llegó el de los estadounidenses, tres años después. En un estudio realizado a lo largo de un mes, las mujeres que tomaron flibanserina sólo tuvieron relaciones sexuales entre media y una vez más que las que recibieron un placebo. Pero aunque el medicamento sólo sirva para un pequeño porcentaje de mujeres, éstas podrían sumar millones en todo el mundo. Y pagar por ello miles de millones.