Editorial

  • La cantidad de asaltos a mano armada, que se registra en lo que va de agosto, resulta sorprendente.

Ola de asaltos

La ciudad de Santa Fe parece estar viviendo un rebrote de casos de asaltos a mano armada. De hecho, en lo que va de agosto, las noticias se multiplican. Sólo la casualidad, la mala puntería de los victimarios o la buena suerte de las víctimas, evitaron que estos hechos terminaran engrosando la lista de víctimas fatales.

El jueves al mediodía, dos delincuentes ingresaron a una distribuidora ubicada en Castelli al 3500, del barrio Don Bosco. Estaban armados y, mientras robaban 500 pesos, celulares y unos cuantos paquetes de cigarrillos, mantuvieron encañonados a la empleada, a una clienta y a su hijo de tan sólo 3 años.

Apenas unas horas antes, en barrio Barranquitas, un comerciante de 33 años resultó baleado por un delincuente que actuó junto a un cómplice que se encontraba armado con un destornillador. Fue un disparo a quemarropa, que sólo por fortuna no afectó ningún órgano vital. La víctima logró recuperarse en el hospital Cullen.

En este contexto, taxistas y remiseros vienen siendo víctimas de una sorprendente seguidilla de asaltos durante este mes. La lista de casos es extensa. Durante la noche del 2 de agosto, un hombre vestido como policía detuvo una unidad de la empresa Radio Taxi Santa Fe. Cuando llegaron al destino, el sujeto sacó un arma de fuego, obligó al chofer a descender del auto y robó la recaudación. Horas después, y en otro punto de la ciudad, un remisero fue asaltado por sus pasajeros, quienes estaban armados con un cuchillo.

El 12 de agosto, otro taxista fue asaltado durante la madrugada. Ocurrió en la esquina de República de Siria e Ituzaingó, del barrio Candioti. En este caso, el delincuente también portaba un arma de fuego. Se llevó la billetera del chofer, su celular y el dinero en efectivo de la recaudación.

Durante la noche siguiente, un remisero de 58 años resultó herido en un asalto ocurrido en barrio Centenario. Otra vez fueron dos delincuentes. Y, en este caso, efectuaron un disparo que hirió a la víctima en su mano derecha.

El último hecho que trascendió públicamente se produjo el pasado jueves por la noche. Un hombre que acababa de ser atendido por una herida de bala en el hospital Cullen tomó, junto con otra persona, un taxi en inmediaciones del nosocomio. Una vez en marcha, encañonaron al conductor y le exigieron ir hasta Colastiné. A la altura de la vía muerta, los delincuentes hicieron detener el coche y le robaron dinero en efectivo, un celular y otras pertenencias.

Pero eso no fue todo. Además, lo hicieron arrodillar y efectuaron disparos contra el suelo. Se trató de un simulacro de fusilamiento.

Durante la última semana, algunos vecinos se reunieron frente a la Casa de Gobierno para pedir seguridad. En la zona de la Costa, la gente marchó hasta la plaza de San José del Rincón para hacer escuchar el mismo reclamo.

Es cierto que, como en otros puntos del país, la inseguridad y la violencia vienen experimentando un crecimiento exponencial durante los últimos años en la ciudad. Sin embargo, y a pesar de estos antecedentes, resulta llamativo que en lo que va de este mes se haya producido esta cantidad de asaltos a mano armada.

Más aún cuando, en el caso de los taxistas y remiseros, hace apenas un mes la policía anunció un incremento de los controles rotativos y sorpresivos.

Lo hicieron arrodillar y efectuaron disparos contra el suelo. Se trató de un simulacro de fusilamiento.