Un experto dice que hay que aprender a convivir con ellos

Mejillones chinos, los “polizones” acuáticos que nunca se irán del río

  • Llegaron en los ‘90 con los buques de carga que venían desde Asia. Alteran la alimentación de especies autóctonas, generan desechos, tapan tuberías y conductos principales. La cervecería realiza limpiezas periódicas en su toma de agua del riacho.
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Bellos, pero... En épocas de bajante del río se pueden ver en las costas. Los mejillones generan problemas en los conductos de agua y alteran la alimentación de la fauna acuática local.

Foto: Archivo El Litoral / Flavio Raina

 

Luciano Andreychuk

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Twitter: @landreychuk

Llegaron como polizones sin papeles desde una tierra remota y se quedaron. Engañan por lo bello y exótico: dorados, de exportación, asiáticos. Pero no son tan buenos con los ríos de estas tierras: generan desechos, alteran la alimentación natural de peces, tapan conductos y tomas de agua. Son los mejillones dorados (Limnoperna fortunei para los científicos) una especie invasora que nunca se irá de Santa Fe.

Vinieron con las aguas de lastre —empleadas en la navegación marítima para procurar la estabilidad de una embarcación— que traían los buques de carga que llegaban de los ríos de China. Los primeros registros son de 1991 en la playa de Bagliardi de la ciudad de Beriso (Buenos Aires). Al poco tiempo, esta especie invasora se diseminó por el río Paraná hasta llegar a muchos otros lugares de la cuenca del Plata. También venían las larvas.

“Cada larva, cuando pasa a ser considerada un adulto juvenil, va al fondo del río y se transforma en lo que comúnmente vemos: mejillones fijos (aunque de especies distintas parecidas a aquellos que se observan en las escolleras de Mar del Plata) en rocas, troncos, plantas y tuberías. Es decir, cualquier cosa que le sirva de sustrato”, explicó a El Litoral Pablo Collins, director del Instituto Nacional de Limnología (Inali, UNL-Conicet).

Los problemas

“Este mejillón trae varios problemas: en primer lugar, cuando son de vida libre o planctones (que viven flotando en el agua) y se alimentan de lo mismo o muy parecido que los planctontes originarios. Por lo tanto, compiten con ellos y les sacan el alimento al plancton y a los animales más grandes que se alimentan del plancton”, dijo el especialista.

Cuando se fijan en cualquier lugar que les sirva de sustrato —sobre cualquier superficie—, forman estructuras densamente pobladas que limitan o modifican las obras que el hombre ha hecho. Por ejemplo, “limitando la entrada de agua por tener menor diámetro libre las secciones de las tuberías, o limitando la eficiencia de las turbinas, entre otros problemas”, agregó.

A esto hay que sumar que, como todo organismo vivo, los mejillones se alimentan y producen desechos, en general nitrogenados, que hay que tratarlos para que las algas no lo utilicen como nutrientes y crezcan más intensamente, desmejorando la calidad del agua de consumo humano.

“Durante mucho tiempo no se había observado que la fauna autóctona utilizará esta especie para alimentarse, pero a través de los monitoreos que varios investigadores han realizado sobre la evolución de esta especie invasora en el río Paraná, se ha detectado que hoy existen varias especies que han ‘aprendido’ a utilizar este mejillón para alimentarse”, precisó Collins.

Algunas de esas especies son peces como bogas, bagres, el sábalo en sus estados larvales, cangrejos y camarones que utilizan tanto las larvas y los adultos. “Esta especie es un integrante que ha decidido quedarse en nuestros ríos, nos guste o no. Y por ello tendremos que ir aprendiendo a convivir con ellos, como ya lo han hecho las especies autóctonas”, cerró el experto.

Los mejillones se alimentan y producen desechos, en general nitrogenados, que hay que tratarlos para que las algas no lo utilicen como nutrientes y crezcan más intensamente, desmejorando la calidad del agua de consumo humano.

La industria cervecera afectada

  • La Cervecería Santa Fe tuvo que agregar tareas de mantenimiento por la invasión de mejillones. Es que éstos tapan la toma de agua que tiene esa industria en el riacho. Si bien desde esa empresa admitieron que no se agravó el problema en comparación con años anteriores, la complicación persiste, y seguirá.

“Una vez por año se realiza una limpieza de la toma de agua, con técnicos y con buzos, porque los mejillones quedan adheridos y reducen el flujo normal de agua en la toma. “Es un problema que viene de años y que seguirá”, indicaron desde la Cervecería a este medio. Y aseguraron que los mejillones “no afectan para nada el proceso de producción de cerveza, ni los sabores de los distintos productos que se realizan”.

"Esta especie es un integrante que ha decidido quedarse en nuestros ríos, nos guste o no. Y por ello tendremos que ir aprendiendo a convivir con ellos, como ya lo han hecho las especies autóctonas”.

Pablo Collins

Director del Instituto Nacional de Limnología (Inali, UNL-Conicet).

Vinieron con las aguas de lastre —empleadas en la navegación marítima para procurar la estabilidad de una embarcación— que traían los buques de carga que llegaban de los ríos de China. Los primeros registros son de 1991 en la playa de Bagliardi de la ciudad de Beriso (Buenos Aires).