Otra vez en barrio Mariano Comas

Violento asalto en una carnicería

Ocurrió en el negocio El Duende (M. Comas y Saavedra). Delincuentes maniataron a las encargadas del comercio y les robaron la recaudación. También se llevaron el dinero de un cliente que terminaba de cobrar su sueldo.

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“Nos hicieron tirar al piso y nos maniataron con precintos. También gatillaron dos veces y el disparo no salió”, recordó Gisela, una de la víctimas.

Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Momentos de terror se vivieron anoche en una carnicería de barrio Mariano Comas donde irrumpieron delincuentes, maniataron a las encargadas y hasta realizaron simulacros de ejecución.

Fue poco antes de las 20.30 cuando dos sujetos entraron a la carnicería El Duende, ubicada en Mariano Comas al 3200, esquina con Saavedra.

“Pidieron carne pero ni bien me disponía a atenderlos sacaron a relucir armas de fuego y nos encañonaron a todos”, comentó esta mañana en diálogo con este diario Gisela, quien regentea el comercio junto a su madre.

La joven agregó que un cliente que se encontraba en el lugar cuando estalló el robo, resultó un involuntario compañero en la odisea.

De los malvivientes se supo que son dos muchachos de entre 26 a 30 años, los que actuaron a cara descubierta. Si bien no golpearon a las víctimas se mostraron sumamente nerviosos e irascibles.

Primero fueron contra las mujeres a quienes las obligaron a tirarse al suelo. Una vez allí las maniataron con precintos plásticos.

Acto seguido arremetieron contra el cliente a quien despojaron de una importante suma de dinero. El hombre terminaba de cobrar su sueldo.

Los rufianes se hicieron de la recaudación del negocio pero no se dieron por satisfechos. Fue entonces cuando decidieron aumentar la presión contra sus víctimas.

Madre e hija fueron hostigadas con frases amenazantes aunque lo peor llegó cuando los cacos gatillaron sus armas “en falso”. Por fortuna los proyectiles no salieron.

“Querían cortar la luz”

“A las 20.30 entraron dos tipos armados. Justo había un cliente. Primero pidieron carne pero luego sacaron armas y nos dijeron que nos tiremos al suelo. A nosotras nos ataron con precintos y nos gatillaron dos veces”, dijo Gisela.

“Se llevaron el dinero de la caja y también lo del cliente que justo había cobrado el sueldo. Les decíamos que no teníamos más, pero ellos no se iban. Sustrajeron también los teléfonos celulares.

Todo el tiempo querían cortar la luz. Insistieron mucho con eso de quedarnos sin luz, no sé por qué. Por suerte no nos golpearon. Aunque dos veces nos gatillaron en la cabeza..., todo eso fue muy feo.

Finalmente se fueron porque se conformaron con la plata que le sacaron al cliente. Nos encerraron con llave y se la llevaron.

Uno de los tipos ya había venido a comprar varias veces y el otro aparecía para pedir algo. Se ve que hicieron trabajo de inteligencia”, comentó la mujer.

Sentimos miedo

Más adelante la joven explicó que “todo esto te deja una sensación de miedo terrible. Hace poco sufrimos por lo que pasó al otro carnicero aquí cerca (Francisco Lazzarini, el joven que fue baleado en su negocio de Saavedra y Domingo Silva). Y ahora nos tocó a nosotros.

Hace 13 años que estamos acá. Esto es un negocio familiar y siempre trabajamos con recaudos, como tener la puerta cerrada. Pero esto ya es algo que supera cualquier previsión.

Realmente sentís terror no sólo por lo que pasó, sino también por lo que pudo pasar. Uno nunca sabe cómo van a reaccionar. Acá están los cuchillos... no sé... todo pudo terminar en una tragedia”, culminó.