Antes del mediodía de ayer

Una disputa familiar terminó en un crimen

Ocurrió en calle Avellaneda al 5000. Un hombre fue asesinado de tres tiros. El homicida se entregó poco después en la comisaría 5a.

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La víctima, en gravísimo estado, fue trasladada al hospital Cullen en un móvil policial. Falleció poco después.

Foto: Archivo/Flavio Raina

 

Joaquín Fidalgo

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Las calles de barrio Sargento Cabral fueron escenario ayer, poco antes del mediodía, de un “relato salvaje” que terminó de la peor manera.

Rodrigo Alberto Saracino tenía 32 años y se ganaba la vida como “fletero”. Vivía en calle Gutiérrez al 1200 y mantenía una fuerte disputa con un familiar suyo, un sujeto de 65 años que tiene domicilio en calle Avellaneda al 5000.

Hasta allí llegó Saracino en su camioneta, aproximadamente a las 11 de este jueves. Algunas versiones indican que fue para volver a discutir con su pariente, con quien lo enfrentaban diferencias añejas por una herencia. Otros testimonios manifiestan que sólo pasó por ahí de casualidad, pero se encontró con su “rival” parado en la vereda.

La pelea fue más dura de lo habitual y fue subiendo de tono hasta que el hombre mayor tomó un arma de fuego que llevaba oculta y comenzó a disparar contra su familiar. Saracino recibió tres balazos en la zona torácica, dos en la zona intercostal y otro en la abdominal.

Malherido, trató de alejarse del lugar, pero cayó desplomado en la vereda de enfrente, mientras el agresor escapaba.

En pocos minutos, un móvil policial llegó y los uniformados tomaron la decisión de no esperar a la ambulancia para trasladar a la víctima -que agonizaba- hasta el hospital Cullen.

Saracino llegó al centro público de salud en estado desesperante y murió cuando era intervenido quirúrgicamente.

Peritos encontraron en el lugar del hecho tres vainas servidas calibre 22.

Especialistas de Homicidios de la Policía de Investigaciones se lanzaron inmediatamente tras los pasos del asesino, pero pocas horas después éste se entregó en la comisaría 5a. Allí fue detenido y puesto a disposición de la fiscal que interviene en el caso, la doctora Cristina Ferraro. La causa fue caratulada como “homicidio agravado por el empleo de arma de fuego”.

Al cierre de esta edición, los investigadores trataban de hallar la pistola utilizada para cometer el crimen, la que fue “extraviada” por su propietario.