Hipertensión: el enemigo del corazón y la mente

Hipertensión: el enemigo  del corazón y la mente

El 29 de septiembre pasado se celebró el Día Mundial del Corazón y la Federación Argentina de Cardiología (FAC) invita a reflexionar sobre la hipertensión, uno de uno de los factores de riesgo que puede afectar severamente el normal funcionamiento del corazón.

 

FUENTE. PRENSA FEDERACIÓN ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA (FAC).

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en nuestro país el 80% de las causas de muertes son las denominadas enfermedades crónicas no transmisibles, siendo más del 60% de ellas de origen cardiovascular y, en el 90% de los casos, la hipertensión arterial está involucrada.

Por este motivo, la Federación Argentina de Cardiología (FAC) invitó a reflexionar sobre la hipertensión, uno de uno de los factores de riesgo que puede afectar severamente el normal funcionamiento del corazón. En este contexto, advierte que el plan alimentario es uno de los pilares básicos del tratamiento de distintas enfermedades y en particular de la hipertensión arterial. Y dentro de él, el consumo de sodio es clave.

En la medida en que se incrementa la ingesta de sal, la presión sistólica y diastólica puede aumentar. Asimismo, en investigaciones médicas controladas de más de 5 semanas de duración, una reducción de la ingesta diaria de sal de mesa equivalente a 3 gramos (lo que es fácilmente alcanzable con un moderado control de la dieta) podría reducir la presión arterial máxima y mínima.

Si esta reducción en la ingesta diaria de sal de mesa se pudiera extender en forma masiva a la población, la incidencia de infartos cerebrales se lograría disminuir en un 26% y la de enfermedad coronaria en un 15%.

QUÉ SE LOGRARÍA

A pesar de que el consumo diario de sal varía de país en país, inclusive dentro del mismo, de región a región, y aun dependiendo del sexo y de la edad, se puede estimar que el consumo diario promedio de sal de mesa en Argentina oscilaría entre 8 grs hasta 15 grs.

Reducir el consumo de sal a menos de 9 grs. por día evitaría en nuestro país cerca de 6.000 muertes por enfermedad cardiovascular y ataques cerebrales, y aproximadamente 60.000 eventos cada año.

Diversos estudios permiten sospechar que entre el 25 % y el 50 % del consumo de sodio en la dieta de los países occidentales proviene del uso discrecional de sal de mesa en la cocción de los alimentos o el agregado de sal en la mesa a los productos ya elaborados y servidos para su consumo.

Tanto en los alimentos sólidos envasados como en las distintos tipos de bebidas existen distintas concentraciones de sodio. La carne, por ejemplo, contiene 65 mg de sal en 100g, una rodaja de pan 114 mg, cuatro fetas de panceta 548 mg y tres medialunas tienen toda la cantidad de sal que una persona con hipertensión arterial puede consumir en una semana.

Incluso el agua tiene sodio. Las aguas de mesa tienen diferente contenido de este mineral y esta diferencia puede ser muy significativa de una a otra. En aguas de alto contenido de sodio para un consumo de dos litros por día podría llegar a 256 mg por día, mientras que el de las bajas en sodio alcanzaría 20 mg por día.

Por este motivo, leer las etiquetas nutricionales para conocer la composición de alimentos y bebidas nos permite seleccionar mejor lo que consumimos y cuidar -de este modo- nuestro corazón.

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