Unión y Colón empataron en un partido para el olvido

Un punto para cada uno, no le hace mal a ninguno

La segunda edición del clásico santafesino terminó 0 a 0 como la primera. Lo único positivo para ambos fue que no perdieron, acaso lo más importante en esta clase de cotejos.

Alberto “Nene” Sánchez

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Dado que de un clásico a otro sólo pasaron tres semanas, luego de la revancha es casi imposible analizar solamente el de vuelta. El recuerdo del primer 0-0 en el Brigadier Estanislao López está tan fresco, que para comentar el segundo 0-0 registrado en la víspera en el 15 de Abril, indefectiblemente surgen hilos conductores entre uno y otro.

Lo primero que hay que mencionar (ojalá no debamos hacerlo cada vez que se juegue una edición del derby de nuestra ciudad, sería una señal de que por fin, estaríamos madurando) es el espectáculo brindado por las hinchadas, la “sabalera” en el Centenario y la “tatengue” en la avenida. Al cabo de los pocos más de 180 minutos, fue lo que más emoción transmitió. Sin dudas, entre sus comportamientos y la fiesta que armaron, estuvo lo atractivo y fascinante. Otra de las cuestiones a destacar (y tiene que ver con lo anterior) es la efectividad de ambos operativos policiales dispuestos.

Pasando a lo estrictamente futbolístico, la verdad es que desde ese punto de vista, ninguno de los dos encuentros dejó que los distinga. Sobre todo el de ayer. Recordemos que tras el del jugado en Colón, sin ser un buen partido, por lo menos decíamos que había tenido algunas emociones. En cambio el de la víspera fue decididamente malo.

El primer tiempo no tuvo ni siquiera alguna aproximación a los arcos, mucho menos alguna situación de peligro. El susto mayor lo tuvo el elenco rojinegro por una falta de Ballini a Malcorra a 25 metros de la valla de Broun. Sólo porque se sabe que un tiro libre para Unión desde esa distancia, es por demás de peligroso, pero el remate finalmente se fue un par de metros sobre el travesaño. Fue a los 12 minutos y nada más para contar.

El complemento fue un poco menos malo. Un par de situaciones favorables a Unión antes de la expulsión de Britez, ocurrida a los 13 minutos; otras tantas para Colón antes de cumplirse la media hora; y una contra para el Tate originada por un error de Llama cuando terminaba el cotejo, fueron las causas por las cuales la mayoría de los cerca de 30.000 espectadores, no repitan los bostezos que se vieron durante la primera etapa.

Pobre, muy pobre, lo mostrado por ambos conjuntos. Si hasta cuesta mucho encontrar algún jugador que se haya destacado. No es casual que, por el lado del local, como viene siendo una costumbre, la seguridad de Leonardo Sánchez en la zaga, con el correcto acompañamiento del paraguayo Rolando García Guerreño, haya sido lo “mejorcito”. Y por el lado de la visita, como viene siendo una costumbre, la seguridad de Germán Conti en la zaga, con el correcto desempeño del paraguayo Ismael Benegas, haya sido lo “mejorcito”.

Con respecto a lo que a priori se hablaba con los cambios implementados por ambos entrenadores, no dieron resultados. Tanto Affranchino como Montero no lograron hacer olvidar a Villar y Matías Sánchez respectivamente. Como tampoco la inclusión de Ledesma en el mediocampo rojinegro en lugar de Vegetti, para liberar a Ruiz, pudo darle a Colón lo que pretendía Darío Franco.

Acaso de acá en más habrá que cambiar el discurso de casi todos los que tienen la oportunidad de disputar este tipo de compromiso. Es verdad que de nada sirve tener en cuenta los antecedentes ni las actualidades o realidades de cada uno de los equipos; pero ya basta de “los clásicos se ganan”; de ahora en adelante, “los clásicos no se pierden”; estaríamos más cerca de la autenticidad y la sinceridad.

Al fin y al cabo, luego de las dos ediciones tan seguidas del derby ciudadano, los dos terminaron conformes con el empate en cada una de ellas. Y sobre todo ayer, porque fue tan malo lo brindado desde dentro del campo de juego, que la unidad cosechada fue demasiado premio para ambos. Por eso: un punto para cada uno, no le hace mal a ninguno.

La más peligrosa para Unión. Affranchino no resolvió bien. A los nueve minutos del segundo tiempo, Montero presionó a Broun, la pelota le cayó a Benegas, y Affranchino hizo lo mismo con el defensor paraguayo, le ganó el balón, desbordó por derecha y se demoró tanto en lanzar el centro, que terminó encerrado y finalmente su envío al medio del área culminó en las manos del arquero colonista, cuando Montero y Riaño esperaban en inmejorables posiciones para definir. Foto: Mauricio Garín