llegan cartas

Antes de ser profesionales somos seres humanos

ANA. CALLE LAS HERAS DE MARÍA SELVA

Leyendo la carta que salió en el diario el 22 del corriente, del que en lugar de señor se llama a sí mismo ingeniero, de apellido González, pienso que en este caso, el estudio universitario que tan orgullosamente muestra no le dio inteligencia ni sensibilidad, como mínimo. La gente de la Protectora está tratando de paliar lo que el daño y la indiferencia humanas permitieron que exista el abandono de estos animales. La gente de la Protectora -infórmese González- hace no sólo beneficencia directa con los perros abandonados, sino que enseña y demuestra a muchos jóvenes -porque son muchos, gracias a Dios- los que acompañan a los de la Sociedad Protectora y les muestran lo importante que es la tenencia responsable de animales; lo necesario que es la organización para ayudar y sacar de las calles a estos animales, no solamente por ellos y los ciudadanos. Ahí también está usted dentro de estos ciudadanos que caminan las calles, así pueden caminar tranquilos si no encontrasen tantos perros. Haga la prueba, González, de ayudar a un ser necesitado y verá que a partir de ahí quizás usted prefiera presentarse como señor y no como ingeniero, y preferirá colaborar con los que ayudan en cualquier misión, antes de hacer una lista de prioridades en cuanto a urgencias. Gracias al diario.