Etapa de alegatos

Piden 8 años de condena para el comisario Tognoli

El fiscal Martín Suárez Faisal realizó hoy la acusación final de los cinco imputados en el juicio oral en el que se ventila la relación de connivencia entre el narcotráfico y la estructura policial.

De la Redacción de El Litoral

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El fiscal Martín Suárez Faisal solicitó pena de 8 años de prisión para el ex jefe de policía Hugo Damián Tognoli, por los delitos de encubrimiento triplemente agravado -por ser de un delito especialmente grave, haber actuado con ánimo de lucro y ser funcionario público-; incumplimiento de los deberes de funcionario público e incumplimiento de la obligación de promover la persecución y represión de delincuentes; además le atribuyó el rol de autor por el delito de coacciones perpetradas contra la testigo Norma Castaño.

“Este Ministerio Público Fiscal va a sostener la postura acusatoria” adelantó Suárez Faisal en el comienzo de su alegato que duró una hora con 40 minutos, período en el que repasó lo ocurrido en la sala de audiencias durante el último mes, desde el inicio del juicio el pasado 14 de septiembre.

Pocas palabras destinó al primer imputado, Fernando Norberto Torres, sobre quien sostuvo que el 11 de julio de 2012 “transportó en un remís tres envoltorios con casi dos kilos de cocaína (1,980 kg) desde la casa de Mendoza en Colastiné, hasta el centro de la ciudad”. Por ese delito el fiscal pidió el mínimo previsto por ley, que son 4 años de prisión y multa de $ 4.000.

Cocina de cocaína

Para Daniel Mendoza la fiscalía reclamó la imposición de 8 años de prisión efectivos y multa de $ 15.000, más declaración de reincidencia, puesto que cuenta con una condena por abuso sexual del 2000. A Mendoza se le atribuyeron los delitos de comercialización y fabricación de estupefacientes, tanto por lo relacionado con el coimputado Torres, como por el operativo de secuestro realizado el 12 de julio de 2012, cuando fue desbaratada la cocina de cocaína que funcionaba en su casa de bulevar Los Jazmines y calle Las Encinas de Colastiné. También se le atribuyó la coautoría por las coacciones a Castaño.

Por su parte, el comisario José Luis Baella, quien se desempeñara en puestos claves cuando Tognoli era jefe de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones, fue acusado por los mismos cargos que su superior, aunque el pedido del fiscal fue de 7 años de prisión efectiva. Para ambos -Tognoli y Baella-, la fiscalía pidió embargo de bienes por $ 90.000 y diez años de inhabilitación para ejercer cargos.

La más leve de todas las condenas solicitadas es la relativa al sargento Mauricio Otaduy, acusado de filmar el video con el cual se habrían realizado los aprietes contra Castaño. Para él el fiscal solicitó 3 años de cárcel.

Alegatos defensivos

El Tribunal Oral Federal integrado por los jueces José María Escobar Cello -presidente-, María Ivón Vella y Luciano Lauría, programó para el próximo lunes 19 de octubre por la mañana la continuidad de los alegatos, que de ahora en más estarán a cargo de las defensas de los importados, comenzando por la Dra. Hilda Knaeblein, a cargo de la defensa de Mendoza.

Aunque no fue establecido un orden, ni si culminarán ese mismo día, alegarán el defensor público oficial Martín Gesino, por Torres; los abogados Néstor Oroño y Alejandro María Otte por Otaduy; Andrés Rabinovich por Tognoli; y Claudio y Nicolás Torres del Sel por Baella.

En el juicio a Tognoli se juzgan no sólo delitos de narcotráfico, como los atribuidos a Torres y Mendoza; sino la connivencia policial que le habría permitido a Mendoza desarrollar el emprendimiento delictivo sin riesgos. Además, Mendoza, Tognoli, Baella y Otaduy están siendo juzgados por haber filmado un video para perjudicar a Norma Castaño en su lucha contra los vendedores barriales de droga, que la llevaron a denunciar al propio jefe de Policía de la provincia.

Doce argumentos

• Para sostener los cargos atribuidos al ex jefe de Drogas y de la Policía provincial, Hugo Tognoli, el fiscal Suárez Faisal destacó “doce argumentos” que sirven de guía para entender cómo funcionaba la estructura delictiva, sobre todo “cuando las pruebas no se presentan tan fácilmente”, atento a que se trata de delitos de corrupción y más aún vinculados a la institución policial.

La enumeración de los argumentos comienza bajo el título “Oídos sordos”, referido a una “probada conducta omisiva por parte de Tognoli con relación a la investigación de actividades de narcotráfico que le habrían sido informadas en las denuncias de Norma Castaño”.

Luego se explayó sobre la “Zona liberada para Mendoza”, donde hace coincidir el período de encumbramiento del narco con el período en que Baella y Tognoli ocuparon cargos relevantes en la lucha contra el narcotráfico.

“Mendoza y su prosperidad” es el tercer argumento, y muestra el claro crecimiento patrimonial del hombre que acababa de salir de la cárcel y no se le conoció jamás oficio o trabajo alguno.

El caso de la “Baliza imantada”, en referencia a la sirena policial hallada en el procedimiento de 2012 en Colastiné, también es una muestra de estrecha relación entre policías y delincuentes.

Pero sin dudas el fundamento que más fuerza tiene es el referido a “Mendoza dentro del Corsa champagne” el 3 de marzo de 2012 cuando se produjo el encuentro con Baella y que fue relatado por personal de Asuntos Internos que vigilaban el lugar.

Otros seis elementos fueron evaluados por el fiscal Suárez Faisal, uniendo cada uno de los cabos sueltos que permiten llegar hasta la cúpula del poder policial, en este caso representado por Tognoli.

Para el fiscal existía una “Relación de confianza entre Tognoli y Baella” la cual “superaba al mero vínculo entre jefe y subordinado, era un vínculo estrecho, de confianza y, lamentablemente para la sociedad santafesina también de complicidad criminal”, refirió el fiscal.