MUESTRA FOTOGRÁFICA EN EL MERCADO PROGRESO
El tiempo en sus manos
En el Mercado Progreso (Balcarce 1635), está abierta una muestra de fotografías que integran una instalación de Sergio Stillo. “El tiempo me preocupó siempre. Creo que a todo el mundo le preocupa”, plantea el artista.
“Soy improvisador”. Así se autodefine el autor, Sergio Stillo. El tiempo y su paso inexorable es como una especie de eje temático conductor de la exhibición que montó en el Mercado Progreso. Foto: Pablo Aguirre
Juan Ignacio Novak
Manos, relojes, árboles, cruces, postes, besos, vasos, familias, luces, sombras y caminos. Todo eso está presente y se mezcla de una forma rara pero armoniosa ante la mirada de los visitantes en la muestra titulada -casi enigmáticamente- “El tiempo”, de Sergio Stillo, que está disponible en la sala de exposiciones del Mercado Progreso (Balcarce 1635).
La puesta está erigida con fotografías analógicas en blanco y negro en formato 35 mm, que el autor llama philofotografías y tienen al paso del tiempo como eje. “El concepto de philofotografía es como ser un filósofo de la fotografía. Aquí pensás. Imaginate que tenés algo en la cabeza y de pronto te das cuenta que eso lo tenés que proyectar para comunicarte con el otro”, explica el artista, cuyo itinerario vital, que lo mantuvo muchísimos años en España, lo llevó también a realizar diversos trabajos de producción, dirección; como escritor, director y actor de teatro.
“El tiempo me preocupó siempre. Creo que a todo el mundo le preocupa. Cada vez que te mirás a un espejo estás envejeciendo aunque no te des cuenta. Cuando mirás una foto de cuando eras niño te preguntás ¿Cómo pasó todo esto? Y sí, pasó. También nos vamos a ir y cada uno lo toma de una manera. La libertad existe en la capacidad de elección entre una cosa y otra. Y cuando se elige una se pierde la otra”, asegura el Stillo.
—A partir de todas estas reflexiones es que decidiste realizar estas fotos.
—Sí. De una forma improvisada. Estudié fotografía. Pero el título mío es productor de radio, cine, televisión y espectáculos.
—Para esta muestra tuviste que optar por estas imágenes y no otras ¿Cómo las elegiste?
—Viniendo de la cinematografía, lo que más vi es la secuencia. Me gustan las secuencias. Por eso, están en forma horizontal o vertical, salvo una donde está intercalada. Pero, bajo mi punto de vista, lo más importante es el blanco. Porque si las manos son simplemente la cuenta de un tiempo que nunca se adelanta, ni retrasa, sólo quedará el blanco, el que nunca viste. Porque el tiempo no va a parar, ni parará.
—¿Por qué la elección formal de que las fotos de esta muestra sean en blanco y negro?
—El blanco con negro tiene mucha más fuerza que una foto de color. Es una manera personal de interpretarlo. Pero por otro lado, lo más importante de todo aquí es que la philofotografía. Es para pensar. No ver la foto, si está bien hecha o si está mal hecha. Sino que el concepto está en el deseo, en cómo pasa el tiempo, cómo los relojes cuentan.
—¿Dónde fueron capturadas estas imágenes?
—Todas ellas fueron hechas en España. Hay cuatro que son de 400 asas, con cámara normal, o sea que no sabía lo que iba a aparecer. Las otras son de estudio.
—¿Qué le sugerís a la gente cuando se acerque a ver la muestra?
—Que esté relajada, que tenga ánimo y aproveche el tiempo.
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