La visión de una meteoróloga

El Niño: “será entre moderado y fuerte, pero no extremo o catastrófico”

La licenciada en ciencias de la atmósfera del INTA Castelar Natalia Gattinoni disertó en la Bolsa de Comercio de Santa Fe y adelantó qué puede ocurrir en los próximos meses. La variabilidad del clima impide plantear certezas.

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Pronóstico. Se esperan -para el trimestre octubre, noviembre y diciembre- precipitaciones 70% superiores en el noreste de la provincia y 50% en el oeste. foto: archivo campolitoral

 

Juan Manuel Fernández

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La variabilidad sigue siendo la característica más importante del clima a nivel mundial. Por lo tanto, las predicciones sobre el modo en que podría impactar el fenómeno El Niño en la región quedan en suspenso hasta que el mismo se manifieste. Así lo explicó la licenciada en ciencias de la atmósfera del área de meteorología del INTA Castelar, Natalia Gattinoni, el pasado lunes 19 de octubre en la Bolsa de Comercio de Santa Fe.

La especialista confirmó el desarrollo de un fenómeno intenso, ya que la anomalía de la temperatura superficial del Pacífico Ecuatorial es grande (2.4ºC superior a la media y El Niño se define a partir de 0.5ºC), tanto que es similar al registro de los años récord. Sin embargo aclaró: “será entre moderado y fuerte, pero no extremo o catastrófico”.

Al referirse a las tendencias que marcan los “pronósticos por consenso”, indicó que se esperan -para el trimestre octubre, noviembre y diciembre- precipitaciones 70% superiores en el noreste de la provincia y 50% en el oeste.

No tan predecible

Campolitoral consultó a la especialista sobre el retraso en el inicio de las lluvias, ya que los pronósticos indicaban el inicio del fenómeno en octubre. Tras explicar que el mismo está confirmado en el calentamiento marítimo, que se han acoplado a la atmósfera y eso dispara circulaciones que favorecen la formación de nubosidad, señaló que “los modelos coinciden altamente, y no es habitual que lo hagan”. Por lo tanto, aseguró que habrá precipitaciones sobre lo normal. “Lo que no sabemos es cómo va a estar distribuida la lluvia, porque todos los Niños tienen una distribución mensual distinta”.

Por ejemplo, se refirió a las lluvias de los últimos meses. Mientras el trimestre julio, agosto, septiembre registra exceso de precipitaciones (sobre todo por el agua caída en agosto), septiembre está 60% abajo de la media y octubre 50%. La perspectiva histórica muestra, además, que en el Niño 97/98 las lluvias de octubre no superaron la media. Todo, acotó, se enmarca en “la naturaleza caótica de la atmósfera”.

 

 
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"Lo que no sabemos es cómo va a estar distribuida la lluvia, porque todos los Niños tienen una distribución mensual distinta”.

 

Además, “la misma variabilidad de la atmósfera” puede ocasionar pronósticos fallidos, como vino ocurriendo en las últimas semanas en el centro provincial. Esto responde a “fenómenos de una escala menor”, con variaciones más cortas en el tiempo. “Tenemos que tratar de entenderla y amoldarnos”, dijo, y aclaró: “el clima no es tan predecible, se hacen muchos esfuerzos científicos pero no tiene certeza”.

Y es que la variabilidad la definen otros fenómenos que interactúan simultáneamente, como los frentes, las altas o bajas presiones atmosféricas, tormentas fuertes, que constituyen “forzantes” que “pueden potenciar o disminuir” el efecto de El Niño. Se incluyen también la corriente de malvinas, que en los análisis de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se mencionó como “amortiguador” del fenómeno pero también hay otros como un bipolo (diferencia de presión) en el Pacífico y una oscilación antártica que inciden en el clima.

Cuestión de suerte

Gattinoni indicó que la permanencia de El Niño llegaría hasta marzo, pero “alternando con períodos secos, que podrían afectar cultivos”. Los modelos coinciden en que la máxima intensidad será en noviembre, diciembre y enero que son los meses más cálidos y se acentúa la nubosidad, y disminuiría para marzo “pero no significa que no haya lluvias”. También estimó que “hasta enero, febrero, marzo hay más certeza, pero no se puede anticipar qué ocurrirá el año próximo”.

En el corto plazo, la meteorológa estimó abundantes precipitaciones en el NEA para fines de octubre, cercanas a los 200 milímetros. Y una de las complicaciones esperables es una menor infiltración, producto de la alta carga en el perfil del suelo, lo que aceleraría los excurrimientos.

“Lo que recomiendo es estar atentos, monitorear continuamente y consultar a los organismos”, recomendó Gattinoni, y agregó que “sí habrá precipitaciones importantes en toda la campaña que pueden favorecer a ciertas áreas”.

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Último trimestre. Se esperan acumulados 70% superiores a la media.

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Primeros meses. La incidencia del fenómeno descendería considerablemente.