Javier López en Café con Fútbol...

“No tengo rencores con nadie”

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Javier López en Café con Fútbol, hablando de todo lo que le pasó en Colón. Foto: Mauricio Garín

 

Enrique Cruz (h)

Dirigió al equipo en 14 partidos, le tiraron un “fierro caliente” después del alejamiento intempestivo de Mostaza Merlo y sin la posibilidad ya de traer refuerzos, sacó 17 puntos (hizo mejor campaña que Franco, que lleva 11 en 13 partidos) y cuando llegó el receso, dio un paso al costado. Javier López se fue del club —su promesa había sido la de no volver a inferiores— y se mantuvo al margen de exposiciones públicas. Anoche estuvo en Café con Fútbol, el programa que se emite en vivo por Cable y Diario, y habló. No sin antes contar una de las tantas anécdotas de tantos años en Colón.

“Yo debuté en el 84, jugué con Palma y con Claudio Gugnali, con el que tengo una gran relación. Un par de años después no venía jugando de titular, eran momentos en los que los documentos volaban de acá para allá en el club, no sé qué problema tenía Bachino, le habían sacado el auto y le dijo a Trigilli que se iba a quedar en la calle. Entonces, Trigilli me puso y un par de horas antes del partido con Huracán, vino Bachino y le dijo que su problema estaba todo arreglado. Trigilli le dijo que iba a jugar yo, que había practicado conmigo. Y me puso con Huracán, metí dos goles ese día y ganamos”.

—Y después llegaste una vez que empezó el torneo del ascenso del 95, ¿te acordás?

—Le fui a tocar el timbre a Vignatti, que vivía a seis o siete cuadras de mi casa. El que se portó bárbaro conmigo fue el profesor Quito Chávez. Durante todo diciembre nos hizo un trabajo especial, todos los días, a mí y a Chupete Marini, que venía de aquél accidente. Arrancamos en enero cero kilómetro los dos.

—Vamos a lo actual. ¿Qué sensaciones tenés a tres o cuatro meses de haberte ido?

—De tranquilidad. Los primeros cinco partidos fueron bravos, perdimos con Tigre y Racing, empatamos con Boca y arrancamos con Central. Jugamos a partir de allí 9 partidos, o sea 27 puntos y sacamos 14. Un técnico tiene que tomar decisiones del primer momento al último. Y en ese cúmulo de cosas, me fui tranquilo.

—¿Te queda algún rencor o algún enojo por algo o con alguien?

—No me queda ningún rencor con nadie, conozco el ambiente de Santa Fe y sabía que me iba a pasar. El detonante fue la Copa Argentina y ese partido con Acasusso, pero yo no quería perder con Estudiantes a los pocos días y empatamos. ¿Qué hubiese pasado hoy si no nos traíamos un punto de La Plata con esta realidad?

—Entonces, ¿por qué te fuiste?

—A mí no me devoró la política, pero sé que el dirigente escucha lo que dice la calle, lo que dice la prensa y me dí cuenta que tenía que decirle a los dirigentes que iba a dar un paso al costado para sacarles la presión. También te reconozco que me permitió conocer a la gente y darme cuenta que había gente que yo pensaba que me quería y en realidad no me quería tanto.

—Pero a la luz de los resultados, lo tuyo fue mejor que lo de Franco en los resultados...

—¿Y si hacía la pretemporada y arrancaba empatando con Chicago...? No iba a ser fácil para mí. Es cierto que, a diferencia de Franco, no pude hacer la pretemporada ni traer los refuerzos, sólo a mi favor tuve el hecho de que conocía el plantel porque hacía 12 años que estaba en el club.

—¿Te enojaste con el Bicho Godano?

—El Gringo Trossero siempre me decía que el fútbol te deja uno o dos amigos, no más que eso. Y el Bicho es uno de esos amigos. ¡Pero él no me trajo al club!. Para él, yo también era un problema. Parecía que tenía que estar dando explicaciones de todo, si entrenaba porque entrenaba y si no entrenaba porque no entrenaba.

—Trullet siempre dice que ser de la ciudad es un problema...

—Lo comparto plenamente... Es difícil Colón, Gareca duró ocho o nueve partidos acá y es un técnico excepcional. Yo soy un loco, me pongo a cortar el césped en la puerta de mi casa o a hablar con los muchachos que van al club Banco Provincial, lo único que me falta es que eso me juegue en contra. ¡Hasta lleguyé a escuchar que tenía mi propia empresa y que no le dedicaba al fútbol lo que debía dedicarle, como si los otros técnicos no tuviesen sus propios emprendimientos!. A mí no me afectaba tanto, pero a veces me llamaba mi tía y me preguntaba: “¿vos estás bien?”, por todo lo que escuchaba.

—¿Algo que decir de los jugadores?

—Nada, al contrario. Eguren había jugado mundiales, Ledesma, Clemente, los chicos del club como Alario, a todos les estoy agradecidos. Inclusive, me pidieron que me quedara cuando se enteraron que me iba.