UNA PELÍCULA QUE SUBSISTE A 70 AÑOS DE SU ESTRENO

“Hitch” y el psicoanálisis

  • El 31 de octubre de 1945 se estrenó en Nueva York “Cuéntame tu vida”. Dirigida por el “maestro del suspenso”, con Ingrid Bergman y Gregory Peck como protagonistas, fue una de las primeras incursiones del cine en las teorías de Sigmund Freud.
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“Cuéntame tu vida”, título con el que se la conoció en Argentina, es considerado como un trabajo menor dentro de la filmografía de Hitchcock, pero aun así es un trabajo notable. Bergman y Peck demuestran su jerarquía.

Foto: Selznick International Pictures

 

Juan Ignacio Novak

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Figura clave del cine del siglo XX, Alfred Hitchcock era al mismo tiempo poseedor de una personalidad compleja y sobre todo contradictoria, como puso de manifiesto una reciente película titulada con su apellido, con Anthony Hopkins en el rol principal. En 1945, era ya un artista reconocido. Aunque faltaban unos años para la consagración plena y el predominio de su sello personal (que se dio entre 1954 y 1963), y ya había dirigido “Los 39 escalones”, “Rebeca: una mujer inolvidable” -que le reportó su único Oscar, a Mejor Película- y “La sombra de una duda”, decidió indagar en una disciplina que no tenía aún el renombre y la popularidad que obtuvo luego: el psicoanálisis. Esa inquietud fue el germen de “Spellbound”, que se estrenó en Nueva York hace 70 años, el 31 de octubre de 1945.

En Argentina (donde llegó el 23 de mayo de 1946), se la conoció con el desafortunado título “Cuéntame tu vida”, que remite más a un melodrama romántico que a la innovadora película que es en realidad. La dirigió Hithcock y el guión lo hizo Ben Hecht (antiguo periodista y autor “Gilda”, “Duelo al sol” y “Scarface”) basado en una novela de Francis Beeding, que era en realidad el seudónimo de Hilary St. George Saunders y John Palmer. La música la hizo Miklós Rózsa, compositor también de las bandas sonoras de “Quo vadis” y “Ben Hur”. Al elenco lo integraron las estrellas Ingrid Bergman y Gregory Peck junto a Michael Chekhov, Leo G. Carroll (habitual actor de reparto en filmes de Hitchcock) y la seductora Rhonda Fleming. La produjo David O. Selznick y parte de los decorados fueron realizados por Salvador Dalí. Un grupo disímil.

Riesgos

Es probable que la decisión más temeraria de “Hitch” en “Cuéntame tu vida” haya sido justamente la inclusión de Dalí en el proyecto, para las secuencias oníricas, por razones estéticas. “Quería la colaboración de Dalí debido al aspecto agudo de su arquitectura (...), las largas sombras, el infinito de las distancias, las líneas que convergen en la perspectiva, los rostros sin forma”, le aseguró Hitchcock a Francois Truffaut en la célebre entrevista que originó el libro “El cine según Hitchcock”. Pero ese riesgo constituye uno de los rasgos que colaboran a la perdurabilidad del film.

“Yo quería únicamente rodar el primer film de psicoanálisis. Trabajé con Ben Hecht, que consultaba frecuentemente a psicoanalistas célebres”, afirma también “Hitch” en su extensa charla con Truffaut. Y luego utiliza uno de sus habituales argumentos para escamotear su egolatría y deslizar cierta (a todas luces, falsa) modestia respecto a sus producciones: “Se trata, una vez más, de una historia de caza del hombre, sólo que aquí envuelta en pseudopsicoanálisis”.

Pese a todo, tras el velo del arduo temperamento del director se esconde una excelente película, que contiene un argumento intrigante realizado por Hetch, innovaciones visuales, una actriz en la cumbre: Ingrid Bergman, tan hermosa pero menos cándida que cuando interpretó a Ilsa Lundt en “Casablanca” y Gregory Peck en pleno ascenso, a quien pronto le llegarían varios canales para la fama como “Duelo al sol”, “La barrera invisible” y “El proceso Paradine”, también bajo las órdenes de “Hitch”. Pasaron siete décadas desde su arribo a las salas de cine y es cierto que su visión del psicoanálisis es esquemática y primitiva. Pero subsiste como una conjunción única de talentos.

 

El dato

Oscar

  • “Cuéntame tu vida” obtuvo en su año seis nominaciones a los Oscar: Mejor película, Mejor director, Mejor actor de reparto (Michael Chekhov), Mejor fotografía, Mejores efectos especiales y Mejor Banda sonora en Drama o comedia. Este último lo ganó y el compositor Miklós Rózsa se llevó la estatuilla.