Cordial taxista y muy buen maratonista

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Juan Carlos Pierpauli

Tiene 72 años, su gran motivación es correr maratones pedestres de largo aliento. Fue jugador y árbitro de fútbol y básquetbol masculino y femenino, manejó colectivos y remises, desde hace mas de 20 años que trabaja de taxista.

 

TEXTOS. LUIS GUDIÑO. FOTO. GENTILEZA JUAN CARLOS PIERPAULI.

DESDE CHICO. “Comencé a trabajar desde pequeño, junto a mi padre que era carnicero. A los 7 años ya había aprendido a desarmar la media res parado sobre un cajón de manzanas. A los 8 repartía la carne en el barrio, primero caminando, después en bicicleta. También iba a la escuela República de Bolivia, y como terminaba tarde, mi maestra Gladys Noemí Arteaga de Ortíz de Zárate me recibía igual y me enseñaba. Luego pude tener mi negocio de repuestos, pero con el ‘Rodrigazo’ me fue muy mal y tuve que comenzar de nuevo. Fui remisero, colectivero de la Línea 14 y hasta hoy, taxista”.

CORRER PARA VIVIR. “Corro desde los 60 años, un poco tarde. Yo pesaba 102 kilos, estaba enfermo, seguí los consejos de un amigo, Luis Russo, y comencé a sacrificarme cuidándome en las comidas, haciendo gimnasio, tomé conciencia. Un año después, un compañero me dijo que corriéramos y me anoté en la carrera de Donar de 8 Km. y no dejé nunca más. Trabajando de taxista, cuando afloja el trabajo, entreno. Me marco circuitos para hacer, de distintas distancias. Yo nací en Santa Fe, pero vivo en Rincón desde hace tiempo. El ‘Rodrigazo’‘ o la 1.050 me volteó: tenía mi negocio de repuestos de automotor, pedí créditos, hice locales para alquilarlos y perdí todo. Empecé a manejar colectivos, remises y taxis, ahora por suerte tengo mi auto y dispongo de más horas libres. Me asaltaron 14 veces en la calle, una vez me dieron un tiro en la pierna y estuve 6 meses parado y casi no puedo volver a correr. Correr me hace feliz, es mi vida y lo hago para seguir viviendo y me alegra mucho, lo recomiendo. Gracias al deporte, hoy soy una persona saludable. Así fue como elegí esto y me sienta bien, y voy a seguir peleándola siempre. Vivo solo y no me gusta dejar mi casa sola porque ya me robaron una vez. Cuando viajo a competir le pago a un amigo para que me cuide el taxi y la casa”.

ANÉCDOTAS SOBRE RUEDAS. “Con mis pasajeros siempre hablé mucho, me gusta intercambiar opiniones y sobre todo, que se sientan cómodos. Cuando manejaba un colectivo, en horario nocturno, ponía música y los pasajeros elegían los temas a escuchar. Me cuentan muchas cosas, soy como un psicólogo. Tengo clientes de distintas edades, hasta gente grande que llevo a pasear o grupos de abuelas solas que se juntan para que las lleve a algún lado, o quienes tienen que hacer trámites y necesitan un chofer de confianza. Comencé con esto porque tenía hijos, nietos y no me podía quedar. El vago va a robar, yo siempre trabajé. Tuve muchas anécdotas: hace poco tuve que llevar una embarazada a punto de parir y llegamos justo. Avisé por radio que la llevaba, la ayudé a bajar y de inmediato tuvo familia. Cuando ocurrió lo del balazo la saqué barata: subieron dos pasajeros, me dieron una dirección y yo los llevé. En un momento me pusieron un revólver en la cabeza y me dijeron que los llevara hasta cerca del río Salado. Me jugué y aceleré, di vuelta en una esquina en dos ruedas y comencé a insultarlos. Se pusieron muy nerviosos, me efectuaron un disparo en la pierna por entre medio de los asientos, no dejé de acelerar y comencé a ir hacer ziz zag, parecía que tumbaríamos, les dio miedo y arrojaron el arma por la ventanilla. Después se me tiraron arriba, peleamos y el auto se paró y bajaron. Me fui solo al Iturraspe, sentí un ardor en la pierna y tenía un balazo que entró por la pantorrilla y se alojó en el tobillo”.

VIVENCIAS EN EL DEPORTE. “Siempre me gustaron las ultramaratones, de muchos kilómetros, adonde me siento muy bien. Las planifico, me entreno mucho y hasta hago un preparado especial para ingerir durante la competencia (bebida para deportistas mezclada con banana, naranja y durazno). Tomo cada 10 Km. y me da excelentes resultados. Primero el objetivo era clasificar entre los diez primeros, luego más cerca y hoy le disputo la primera posición a cualquiera en su categoría. Correr maratones es algo que todos deberían hacer porque es muy saludable. El deporte me da muchas satisfacciones: si bien es un entrenamiento duro, que hago a conciencia, me cuesta conseguir los fondos necesarios para viajar y competir. Si bien lo hago porque me gusta, obtengo muy buenos resultados que me motivan a seguir adelante. Hace poco fui a correr a Bolívar y estaba Marcelo Tinelli, y me dijo: ‘Viejo, venite a mi próxima maratón, no te cobro inscripción’. Y yo le dije que estaría presente, aunque es bastante costoso. Cada vez se hace más difícil pero trato de estar en buenas condiciones. Soy de los que piensan que la concentración lo es todo. Pero la realidad es que con todas las nuevas medidas que se están adoptando me quieren retirar. El problema es que somos pocos los que participamos y vamos a todos lados con mas de 70 años; nos van restando importancia. Esto no debería ser así, ya que está estipulado por la Confederación que existe una edad mínima, pero no una máxima y acá en Santa Fe se vienen haciendo competencias con tope hasta 60 años. Es una determinación discriminatoria. Correr a mí me cambió la vida; es una satisfacción para mí. Yo no compito contra nadie, sino conmigo mismo. Eso lo que me hace feliz”.

PERSONAL

Mi familia: tiene cuatro hijos: Adriana Guadalupe, Carlos Alberto, Eduardo Gabriel y Marcela Roxana.

Mascota: “Me gustaría tener un ovejero alemán”.

Comida preferida: “Me gusta hacer el keppe, pero por lo general como con poca carne; sólo una vez por semana como carne. Mucha fruta, verdura y los hidratos de carbono”.

Vacaciones: “No tengo largas, solamente los días que corro maratones y viajo. Me encantó correr en La Falta-Capilla del Monte, en Córdoba”.

Lugar en el mundo: “Correr, es mi vida. Es lo que me gusta, lo encontré y me dio muchas satisfacciones”.

UNA REFLEXION

“En mi vida aprendí que nunca hay que bajar los brazos. Yo siempre tuve que pelearla. Desde chico se me dieron vuelta las cosas pero nunca me rendí. Jugaba en Unión al fútbol y tenía muchas chances de llegar a la primera como Silguero, Toyé, entre otros, y no pude, no aproveché la oportunidad a los 16 años. Era lo que más me gustaba. Me vine abajo. Cuando me ocurrió lo del negocio, luego me echaron de la línea de colectivos, me pegaron un balazo como taxista y seguí para adelante. Todos mis hijos estudiaron en los mejores colegios y les di lo mejor que pude. Nunca me quedé llorando; no me gusta fracasar”.

así soy yo