A diez años de prisión

Confirman condena para el ladrón que fue arrollado por el padre de la víctima

  • Sergio Zabala quedó detenido el 19 de agosto de 2013, luego de que junto con otro delincuente intentaran robar a tres jóvenes en la esquina de bulevar Pellegrini y pasaje Lassaga.
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El padre de una de las víctimas advirtió la maniobra y lo arrolló con un Mercedes Benz. Foto: Archivo/ Luis Cetraro

 

Juliano Salierno

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La Cámara de Apelación Penal de Santa Fe confirmó esta semana la condena a diez años de prisión para Sergio Gustavo Zabala (35), cuya detención se produjo en un episodio de características espectaculares, al quedar atrapado debajo del auto del padre de una joven que estaba siendo asaltada.

El 21 de noviembre del año pasado el juez de Sentencia Nº 3, Cristian Fiz, condenó a Zabala como autor responsable de los delitos de “robo calificado por el uso de arma de fuego y homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, ambos “en grado de tentativa en concurso real entre sí” y fijó el alcance de la pena hasta el 19 de agosto de 2023.

El Dr. Fiz responsabilizó a Zabala por el hecho ocurrido el 19 de agosto de 2013, en la esquina de bulevar Pellegrini y pasaje Lassaga, cuando en horas de la tarde él junto a su cómplice intentaron asaltar a mano armada a tres jóvenes que se encontraban en las inmediaciones. Pero la maniobra fue advertida por el padre de una de las víctimas, que al ver que su hija estaba siendo apuntada a la cabeza, subió a la vereda y enfiló directo a donde estaban los delincuentes.

Dos disparos

Uno de ellos alcanzó a escapar por el pasaje Lassaga y Zabala, en cambio, fue arrollado junto con la moto en la que se conducían y para detenerlo hubo que sacarlo de abajo del tren delantero del Mercedes Benz del padre de la víctima.

Pero lejos de entregarse mansamente, Zabala desenfundó un arma de corto calibre y gatilló dos veces al cuerpo de su oponente, que lo tenía tomado del cuello. Afortunadamente el arma falló y los proyectiles -que luego se constató que fueron percutados- no salieron.

Por ese hecho, el magistrado le atribuyó la tentativa de homicidio, dado que todos los testigos coinciden en la reacción del delincuente, que en cambio insistió en que sólo pasaba por el lugar cuando quedó envuelto en medio de semejante desorden.

La sentencia, que implica además la declaración de reincidencia del imputado, fue apelada por el defensor de Zabala. El abogado Néstor Darío Pereyra argumentó “que se trató de una confusión de persona” y que su pupilo “regresaba de la costanera y al advertir movimientos extraños se hizo presente en el lugar como ‘curioso’ y fue embestido por el automóvil” de manera equivocada.

No hubo dudas

Sin embargo, este martes los camaristas Roberto Reyes y Oscar Burtnik, junto con el conjuez Romeo Díaz Duarte que completó el tribunal en representación del Colegio de Jueces de Cámara de Apelación en lo Penal, rechazó el recurso interpuesto por la defensa y confirmó el fallo condenatorio en todos sus términos.

“No existe el menor resquicio de duda acerca de la identidad de Zabala con la persona que intentó perpetrar el atraco a las tres jóvenes que se hallaban en las inmediaciones de Bv. Pellegrini y Pje. Lassaga”, sostuvo el Dr. Reyes en su voto.

En cuanto a la conducta del conductor del auto, el camarista lo justificó al decir que “tal vez porque el vehículo se le descontroló al percibir que su hija estaba siendo apuntada con un arma de fuego, o por otro motivo como sería su estado emocional, embistió a los sujetos”.

“Lo querían linchar”

“No fue justicia por mano propia. Fue la reacción de un padre que ve a su hija a merced a dos delincuentes que le estaban apuntando con una arma a la cabeza”, relató entonces el padre de la víctima.

Tal como lo reflejó la crónica policial del caso, el entrevistado contó que “estaba en la zona de bulevar y Francia. Mi hija había estacionado su automóvil en pasaje Lassaga. Ella se baja del vehículo y ahí es donde veo que se le acercan dos tipos en una moto que habían estacionado al lado de ella”.

“A uno lo veo que estaba armado. Al otro que estaba tironeándole las cosas a mi hija. Cuando yo veo al tipo armado, apuntándole a la cabeza de mi hija, me mando con todo. No vi semáforo ni nada. Me subí al cantero central con la intención de llevarlos (a los ladrones) por delante”.

“Cuando los tipos ven que yo me subo al cantero empiezan a correr hacia la moto. Entonces llevé por delante la moto, el auto de mi hija, en fin... todo un desastre. Uno de los tipos quedó abajo de la moto y la moto debajo de mi auto. El otro salió corriendo con un arma en la mano”.

“Con el que quedó atrapado mi mujer se interpone y dice, ‘por favor sáquenlo’. Cuando lo sacan de abajo del auto el tipo intenta escapar. Entonces saca un revólver que tenía en la cintura. Me gatilló dos veces pero el tiro no le salió”.

“Fue entonces cuando nos trabamos en lucha y nos caímos al suelo. Allí, recién pude sacarle el arma. La gente estaba como loca. Lo querían linchar. Hubo unos tipos que le patearon la cabeza. Entones ahí me interpuse yo y dije: basta porque lo van a matar”.