DOCUMENTAL SANTAFESINO

Estrenan “Sinfónica”

Es un trabajo del Taller de Cine de la UNL sobre la Orquesta Sinfónica de Santa Fe. La dirección estuvo a cargo de Raúl Beceyro. Se proyectará el viernes 4 de diciembre a las 20.30 en el Foro Cultural de la UNL. “Uno espera que la película muestre cosas muy interesantes y humanas”, afirmó el cineasta.

Estrenan “Sinfónica”

La directora de la Orquesta Sinfónica, Alejandra Urrutia, en un fotograma de la película.

Foto: Gentileza Taller de Cine UNL

 

Juan Ignacio Novak

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Dos momentos que despertaron el interés del cineasta Raúl Beceyro. El primero, cuando la directora titular de la Orquesta Sinfónica de Santa Fe, Alejandra Urrutia, pasó el “examen” que le permitió alcanzar la conducción del ensamble musical, a través de la ejecución de la “5ta. Sinfonía” de Gustav Mahler. El segundo, cuando, en el concierto del 1º de noviembre del año pasado, al producirse un corte de energía, la luz de los teléfonos celulares permitió culminar la velada. Curiosamente, ninguno de los dos aparece en “Sinfónica”, nuevo documental dirigido por el propio Beceyro y producido por el Taller de Cine de la UNL, que se estrenará el viernes 4 de diciembre a las 20.30 en la Sala Saer del Foro Cultural de la UNL, 9 de Julio 2150. Aunque fueron determinantes para la decisión de rodar la película. “Esas dos situaciones no se filmaron, se perdieron para siempre. Pero, inmediatamente después del concierto que terminó a la luz de los celulares, queríamos filmar algo”, admitió Beceyro en dialogo con El Litoral.

La ocasión propicia para iniciar el trabajo no tardó en aparecer. “Justo se presentaba la ‘9na. Sinfonía’ de Beethoven, el 5 de diciembre del año pasado. Esa obra, además de ser el ‘Himno a la Alegría’, es el himno a la música y al cine, se ha usado muchas veces. Así que dijimos: vamos. Y así, medio sobre la marcha, filmamos eso que es la segunda parte de la película, donde seguimos a la directora desde el momento en que llega al Centro Cultural Provincial hasta que se va. Todo pasa por ella, de alguna manera”, recordó el realizador santafesino.

Luego se comenzó a montar ese material y en mayo último el equipo (formado por profesionales del Taller) filmó tres días de ensayo de los músicos, mientras abordaban la “Consagración de la primavera” de Igor Stravinsky. “La filmación no fue fácil. Una orquesta ensayando son muchas personas diversas, que reaccionan de modos diversos, incluso ante la filmación. Además, la directora trabaja, a veces enfrenta dificultades. Y eso es la primera parte de la película”, añadió. En total, “Sinfónica” dura 67 minutos. “Es una mirada que de alguna manera muestra lo que normalmente no se ve, lo que yo como espectador no veía. Nosotros vemos lo que un espectador de un concierto no ve. La vemos ella (Alejandra Urrutia) en acción. Incluso, los momentos previos, la espera, el recorrido por el escenario todavía desierto una hora antes del concierto. Todos momentos que muestran algo interesante”, aseguró el cineasta.

Antecedentes

No es la primera vez que en el seno del Taller de Cine de la UNL se producen películas vinculadas con la música. En 30 años, surgieron de este ámbito “Da capo” (2011) dirigida por Ana Imhof que aborda el trabajo de la Escuela de Música Nº 9901, “Ensamble” (1992), de Pedro Deré y “Jazz. Imágenes de Santa Fe 2”, dirigida por Raúl Beceyro, relacionada con la Santa Fe Jazz Ensamble y la Jazz Ensamble Junior de Santa Fe.

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Raúl Beceyro. Foto: Flavio Raina

“Toda esta experiencia sirvió, pero ésta es una película relativamente larga para lo que el Taller hace. Es de largo aliento. Una película de más de una hora se trabaja de una manera distinta. La cuestión de ritmo no es de punta a punta en una sola dirección, hay que ir variando”, analizó Beceyro. Al trazar una mirada retrospectiva, reflexionó que en el Taller que dirige “hay una cierta tradición de películas de jazz, pero no en música clásica”. “Y no es lo mismo un grupo pequeño que hace jazz movido exclusivamente por su interés en el jazz, que una Orquesta de la Provincia, donde tenemos músicos que además son empleados públicos, de alguna manera. Hay una mezcla difícil de compaginar. En consecuencia es distinto”, destacó.

“La otra cuestión es ‘qué’ mirar de todo eso, como en todo documental. Entonces hay que ver algo, tener algunos principios. En el trabajo de la orquesta, tenemos dos polos: la directora y los integrantes. Y hay algunas situaciones que se producen que son más interesantes que hacen de algunos integrantes de la orquesta pequeños protagonistas de situaciones. En el film, la mirada es más bien sobre eso y todo lo otro pasa por ella. Llegamos con ella y de alguna manera nos vamos con ella. O más bien ella se va, hacia el final. Estábamos buscando el final, la seguimos dos horas y pensamos: dejémosla irse, es el final de la película. Y lo fue”, añadió.

—Ésa es una síntesis de la negociación que debe haber cuando se hacen documentales, para mostrar sin interferir.

—Además no se puede. El control que uno ejerce es inexistente. Las cosas pasan, se las filme o no, y nadie va a volver a repetir ninguna cuestión. Estamos bastante orgullosos del montaje. Tengo la impresión de que en algún momento alguien va a decir: “Ésto ha sido filmado con más de una cámara”. Y no. Salvo dos planos que se ven en el concierto, la parte del ensayo se filmó con una cámara. Parafraseando a Thelonious Monk, demasiados problemas tiene uno con una cámara como para multiplicarlos por dos. Pero como en los ensayos se repiten situaciones, si en la repetición del mismo fragmento, tenés el contraplano, se forma un montaje bárbaro, como uno desearía tener siempre. Y no siempre se puede, porque las situaciones no se repiten en la realidad. Creo que vamos a lograr que alguien se confunda y piense que los ensayos fueron filmados con más de una cámara.

Trabajo

—En relación a las expectativas como realizadores que tuvieron en aquellos primeros conciertos y este producto final, ¿qué reflexión surge?

—Es más fácil ser espectador de un concierto de la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe, que filmar un documental. Cuando uno está enfrentado a los problemas, sólo piensa en cómo hacer. Se contó con la colaboración de Alejandra Urrutia.

Me pregunto la impresión que va a tener cuando vea la película terminada, porque no sé si ella espera una película como ésta, en la que no hay entrevistas, nadie habla, todo se define por lo que la gente hace. Que es el tipo de cine que a uno le interesa más. Si puede definirse a un personaje por lo que hace, es mejor no hacer entrevistas. Y a mí me gusta una película como ésta, en la que no hay entrevista, y cada uno se define por las acciones que hace, cómo las hace, qué dice, cómo se manifiesta, cómo se relaciona con los otros.

Doble humanidad

“Esta película no es ni un institucional ni un publicitario de la orquesta, es una película que uno espera que sea muy interesante. Que muestre cosas muy interesantes y muy humanas. Doblemente, porque las personas que están siendo filmadas son seres humanos que manifiestan su forma de ser y de pensar. Y humanas de este lado, que la mirada sea de una persona, que no sea algo estándar, que cualquiera podría hacer. Esta doble humanidad es lo que uno desearía que estuviera en alguna medida en la propia película”, finalizó Beceyro.