Una ley promulgada este año instauró la conmemoración

Por primera vez, hoy los argentinos celebran el Día Nacional del Mate

  • Compañero de solitarios, excusa para compartir, el mate tiene propiedades que benefician la salud. Se eligió esta fecha para recordar el nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, el primer gobernador indígena argentino.
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Francisco toma mate. Muchos sudamericanos que visitan al papa en el Vaticano le ofrecen mate y él lo toma, como lo muestra esta fotografía. No aceptar un mate puede ser entendido como un gesto de desprecio.

Foto: EFE (Archivo)

 

De la Redacción de El Litoral

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Télam

Poner la pava a calentar, echar yerba en el mate, quitarle el polvillo, dejar la yerba acumulada a un costado y minutos después cebar un chorro de agua tibia, en la zona donde queda un agujerito; ensillar la bombilla en la zona recién humedecida del mate, y después de unos minutos verter el agua caliente en el termo; taparlo y cebar el primer mate, bien espumoso, que cuando se comparte es para quien acompaña. Este sencillo acto que inicia la ronda del mate es un símbolo cotidiano de argentinidad que se repite a diario en todo el país, como así también en países vecinos.

También es una forma de estar cerca del terruño para los argentinos diseminados en distintas ciudades del mundo. El mate despierta la curiosidad de turistas y muchas veces no se animan a descubrir sus encantos.

El mate se toma en cualquier momento del día y está profundamente arraigado en las costumbres y tradiciones. Es compañero de solitarios y una excusa para el encuentro, en la Costanera junto al río o donde uno se encuentre. Tomar mate implica mucho más que beber una infusión, es un gesto de amistad y de cordialidad por lo que, asociado a los beneficios que genera para la salud, este año fue instaurado por ley que todos los 30 de noviembre se celebre su día.

La ley, publicada en el Boletín Oficial en enero, hace mención a que se eligió esa fecha en conmemoración del nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, también conocido como Andresito, el primer gobernador de origen indígena en la historia argentina. Durante su gobierno, en 1816, “se eliminaron del territorio bajo su jurisdicción todos los símbolos, escudos y emblemas que pervivían de la colonización española, y recobraron su vigor los cabildos de los pueblos originarios que tenían una función central en la administración del territorio fomentando la producción y comercialización de la yerba mate”, cuenta el historiador Felipe Pigna.

Beneficios

De acuerdo con el Instituto Nacional de la Yerba Mate, la infusión tiene propiedades antioxidantes y energizantes, por lo que tomarla también implica incorporar al cuerpo una serie de beneficios para la salud.

“Su consumo, bajo la forma de mate tradicional, aporta al organismo gran cantidad de polifenoles, vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas. Los polifenoles actúan como un poderoso antioxidante, que ayudan a aumentar las defensas y a disminuir el envejecimiento celular”, destacó el organismo.

Además, “las vitaminas del complejo B ayudan al cuerpo a aprovechar mejor la energía de los alimentos ingeridos. El potasio y el magnesio son sustancias indispensables para el correcto funcionamiento del corazón y las xantinas (cafeína, teobromina) son compuestos que estimulan el sistema nervioso central; es decir, apuntalan al esfuerzo físico e intelectual”, subrayó.

Algo de esto debían percibir los indios guaraníes, que utilizaban las hojas de la planta de yerba mate como bebida, ya que eran tanto objeto de culto y ritual, como moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos como los incas, los charrúas y aun los araucanos que, a través de los pampas, la recibían ya elaborada.

Beber la selva

Caá en lengua guaraní significa “yerba”, pero también significa planta y selva. Para el guaraní, el árbol de la yerba era el árbol por excelencia, un regalo de los dioses. Tomar la savia de sus hojas era para ellos beber la selva misma.

Los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate, e hicieron que su consumo se difundiera de forma extraordinaria, al punto de organizarse un intenso tráfico desde su zona de origen a todo el Virreinato del Río de la Plata.

Más tarde los religiosos jesuitas introdujeron el cultivo en reducciones distribuidas en el norte de la Argentina, Sur de Paraguay y Sudoeste brasileño. Fueron los grandes responsables de que la Yerba Mate fuera conocida en el mundo civilizado, en donde llegó a llamársela como el “té de los jesuitas”.

Los guaraníes lo disfrutaban en rondas alrededor de un “fuego sagrado” y fue éste el mismo legado que llegó a nuestros días, convirtiendo a la ronda de mate en un rito social significativo.

Valeria Trapaga, primera sommelier del mundo especializada en cata de yerba mate, aseguró que el mate “es un elemento que aparece en el medio de todas las diferencias, acercándonos y rompiendo el hielo. Cualquier distancia que existe se va diluyendo con cada cebada, porque frente al mate somos todos iguales”. Estas líneas fueron escritas tomando mate, como cada mañana, en la redacción.

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Amargo. “Con azúcar son los bombones”, aseguran los defensores del mate. Así piensa el narrador Luis Landriscina, quien asegura que los que lo endulzan “no toman mate”. Sin embargo, muchos lo “cortan” con un poco de azúcar.

Foto: Pablo Aguirre (Archivo)

El dato

Tereré

Entre las variantes del mate se encuentra el que se ceba frío, bien helado, y se denomina tereré. Éste se prepara con agua con hielos, jugos o limonada, y es refrescante. Es el elegido de los chicos y puede ser una puerta abierta al mundo del mate.

256

millones

de kilos de yerba mate se toman en el país, lo que implica un consumo anual per cápita de unos 6,4 kilos. La yerba mate está presente en más del 90% de los hogares, según cifras del Instituto Nacional de la Yerba Mate.