Historias de impunidad y muerte

Mono, Chuli y Bazooka, dueños del terror en Playa Norte

El primero tiene 25 años y los restantes son menores. A fuerza de balas, amenazas, robos y muerte tienen en jaque al barrio.

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Perdigonada de escopeta en la puerta de un negocio.

Fotos: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Todos los conocen... todos saben dónde viven.... y todos les temen.

A uno le dicen Mono y tiene cerca de 25 años. Sus compinches son Chuli y Bazooka, y son menores de edad.

La sola mención de sus apodos basta para infundir miedo.

Es que la historia de estos tres “tigres” se escribe a diario al calor de las armas de fuego, a la furia de los robos y los asaltos o, lo que es peor, a hechos que terminan con algún muerto.

“Ellos salen a toda hora y hacen lo que quieren. Empuñan una escopeta y le tiran a cualquiera, no tienen piedad con nadie”, dijeron hoy los angustiados vecinos de Playa Norte.

En diálogo con El Litoral nuestros entrevistados dejaron en claro que ya están al límite. “No podemos seguir viviendo así. Estamos pendientes de lo que pueden hacer alguno de estos tres. Vivimos encerrados o escondidos detrás de las puertas. Y ellos andan lo más tranquilo por las calles haciendo desastres”.

Más adelante el propietario de un comercio señaló que “¿ustedes pueden creer que tuvimos que tirar los colchones al piso para buscar algo de protección? Hace unos días me balearon la puerta del negocio. Quedó marcada con los perdigones de escopeta. Y un día después me tirotearon con un arma de grueso calibre. La marca de los proyectiles quedó en el freezer del negocio”.

“Aquí hay gente de trabajo que está espantada por lo que sucede. Tenemos chicos y es un drama el ir o venir de la escuela, porque esta gente anda a los tiros o te roba”.

“Recién vengo de la seccional 8a. y la respuesta no pudo ser peor. Nos dijeron que ellos no pueden hacer nada, que no tienen los medios suficientes. Y que si vienen y los meten presos el fiscal los libera a las pocas horas”, sentenciaron.

Policías en peligro

La situación de desborde no sólo afecta a los vecinos sino que también perjudica al personal del destacamento Nº 4, ubicado en el extremo norte del lugar.

Sin ir más lejos la noche del sábado se produjeron incidentes que terminaron con una camioneta policial, con su luneta trasera destrozada a piedrazos.

Se sabe que los agentes destinados a dicho lugar ponen en alto riesgo sus vidas. Para colmo de males trascendió que dicho personal no cuenta con los elementos mínimos e indispensables para librar la lucha contra la delincuencia de manera efectiva.

Ejemplo de ello es que dichos uniformados no contarían con los chalecos balísticos, y muchas de las veces ni siquiera tendrían el stock de proyectiles al día, como así el vehículo en condiciones.

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Impactos de bala en un freezer.

Dos crímenes

Tal estado de cosas hizo explosión la semana pasada cuando la zona se vio sacudida por dos hechos de sangre.

El primero ocurrió la noche del miércoles cuando un joven que volvía de cirujear a bordo de un carro tirado por un caballo fue interceptado frente al camping de Luz y Fuerza por dos sujetos.

Éstos últimos efectuaron un tiro que impactó en la base del cuello y le provocó la muerte prácticamente en el acto.

Luego la noche del viernes, en Antonia Godoy al 8200 (a metros del crimen anterior) un hombre fue asesinado de dos tiros de escopeta.

Ambos sucesos guardarían cierto grado de vinculación. No obstante aún están siendo analizados por agentes de la Policía de Investigaciones, que se encuentra tras los pasos de dos individuos que se mantienen en condición de prófugos.

Mientas tanto, Mono, Chuli y Bazooka siguen haciendo de las suyas en Playa Norte, sin que nadie los ponga en su lugar.

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Los vecinos de Playa Norte expresaron su angustia. No comprenden cómo estos “personajes” se “pasean” con total libertad.