Los gestos, los discursos y los símbolos en la transición

Ahora discuten sobre el tamaño de la puerta por la que se irá Cristina

Aníbal Fernández salió al cruce de las afirmaciones de ayer de Mauricio Macri y defendió el decreto que suspendió el descuento de coparticipación a todas las provincias. Sigue el tironeo por los atributos del mando.

Rodeado de gran parte de su gabinete, el presidente electo Mauricio Macri participó de la cena de fin de año del instituto Hannah Arendt, que dirige Elisa Carrió, a la que asistieron los socios de la UCR. Fue la primera foto de Macri junto a Carrió; el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, y gran parte de los futuros ministros, que se sacó tras el triunfo en el balotaje. Foto: DyN

De la redacción de El Litoral

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El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, replicó hoy al presidente electo, Mauricio Macri, al afirmar que “los argentinos tienen una visión muy distinta” sobre la salida del poder de Cristina Fernández, luego de que el actual alcalde porteño dijera que ella se quiere ir del Gobierno “por la puerta chica”.

La propia presidente, en tanto, apuntó ayer contra los “sectores que han ascendido socialmente” que critican los planes sociales y “los subsidios” del Estado, al tiempo que caracterizó los doce años de kirchnerismo como el período de “mayor estabilidad política, económica y social”.

En un discurso con fuerte tono de despedida, al inaugurar un nuevo edificio en el Espacio de la Memoria (Ex Esma) donde funcionará la Secretaría de Derechos Humanos, la presidente saliente advirtió que “la auténtica gobernabilidad” no es la que se da “entre dirigentes” sino “en la inclusión social” y “en las calles” y lanzó veladas críticas a un eventual ajuste económico de su sucesor, Mauricio Macri, aunque sin mencionarlo.

A una semana de culminar su mandato, la presidente volvió a denunciar la existencia de un “plan de comunicación no sólo en Argentina sino a nivel regional para convencer a los sectores que han ascendido socialmente, que el resto si no lo ha hecho es porque no quiere trabajar, no sirve y los que han ascendido es producto de esfuerzo propio, no de políticas públicas que los han acompañado”, señaló.

Por su parte, el jefe de Gabinete volvió a aludir a uno de los temas más meneados de la transición, al afirmar que “al momento de la jura, los atributos (de mando) van a estar en el Congreso, si él (por Macri) no los quiere recibir en el Congreso, que no los reciba”, ante el reclamo del mandatario electo de que tal ceremonia se realice en la Casa de Gobierno.

Sin rechifla

Pero, en el habitual contacto con la prensa en Balcarce 50, afirmó que es “imposible” que el líder del PRO reciba un abucheo por parte de adherentes kirchneristas, si se realiza el traspaso en ese escenario. “Eso sería imposible, se lo garantizo”, aseguró el jefe de Gabinete, ante versiones de que Macri buscaría evitar una eventual rechifla de militantes K que accedan a los palcos del Parlamento.

“El puede decir lo que quiera, pero ya se cursaron las invitaciones para que sea en el Congreso de la Nación”, acotó y razonó: “Entregar los atributos de mando son segundos, dos minutos para exagerar, y se agotó el tema”, por lo que “venirse hasta acá (a la Casa de Gobierno) para perder dos minutos en entregar los atributos de mando no tiene ningún sentido”.

El ministro coordinador remarcó que la jefa de Estado “no busca perjudicar a nadie” con medidas como el decreto sobre la coparticipación federal de las provincias. En respuesta a que Fernández de Kirchner se retirará “por la puerta chica” el 10 de diciembre, replicó: “Me parece que los argentinos tienen una visión muy distinta al respecto. La presidente se retira por una puerta muy grande, con decisiones que satisfacen o que no satisfacen, pero de beneficio directo para los argentinos”.

Respecto de las decretos económicos, que extendieron el fallo del máximo tribunal a todas las provincias, y que desfinanciarían el sistema previsional, advirtió que “estamos hablando de una decisión de la Corte, que se acata, y que no hay forma de discutirla”.

Sostuvo que “era condenarlas a tener un montón de conflictos” a las provincias, si no se extendía el cese de la quita del 15 por ciento de las retenciones, por lo que concluyó que “no se busca perjudicar a nadie” con tal decisión.

De Boca a la AFI

• El escribano y representante de futbolistas Gustavo Arribas será el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri, se confirmó oficialmente esta mañana.

“El escribano Gustavo Arribas fue designado por el presidente electo, Mauricio Macri, como nuevo titular de la Agencia Federal de Inteligencia”, indicó en un comunicado la oficina de prensa de Cambiemos. Además, recordó que “Arribas acompañó durante años a Macri, en especial en la gestión como titular del club Atlético Boca Juniors”.

El futuro jefe del área de inteligencia civil de la Argentina es amigo personal de Macri y su nombramiento está en línea a lo anticipado ayer por el propio presidente electo, que declaró ante los periodistas que el titular de la AFI sería “una persona de extrema confianza”.

Arribas, representante por ejemplo del delantero argentino Lisandro López, quien juega en Inter de Brasil, reemplazará a Oscar Parrilli, director de Inteligencia desde diciembre del año pasado. También ayer se había designado a la diputada del PRO Silvia Majdalani como segunda jefa de la AFI, cargo que desempeñaba Francisco “Paco” Larcher, un hombre que fue colocado en la ex Side por el fallecido presidente Néstor Kirchner. Ayer, Macri remarcó que el organismo de inteligencia estará “al servicio de la seguridad nacional” y “no para hostigar y espiar a los ciudadanos”.

 

análisis

por Emerio Agretti

Atributos

• Macri quiere recibir los atributos del mando en la Casa Rosada, después de hacer a pie por la Avenida de Mayo el trayecto que separa su futuro lugar de trabajo del Congreso de la Nación. El gobierno no quiere ceder el escenario al que prevé tener copado con barra propia, e invoca una cláusula constitucional (el art. 93) que en realidad no menciona ese momento, sino que se agota en la disposición referida al juramento. El macrista Monzó desafía a Cristina a dejar el bastón y la banda en la Corte Suprema, mientras el inefable Aníbal Fernández ratifica la voluntad de depositarlo en el Congreso, y que el nuevo mandatario los vaya a buscar. Al calor que está tomando la discusión, ya no sería extraño que alguien se despache con una grosería, a modo de sugerencia sobre qué hacer con esos tironeados elementos.

La cuestión parece irrelevante. Por un lado, frente a la magnitud de los problemas que debe afrontar el próximo gobierno y de cuyo desempeño al respecto depende la suerte de millones de argentinos. Por el otro, porque tampoco es particularmente reveladora, en la medida en que refleja actitudes, temperamentos y disposiciones ya conocidos de antemano (y, por si hiciera falta, vueltos a poner de manifiesto casi minuto a minuto en los últimos días, y en cuestiones que además sí inciden fuertemente sobre el ítem anterior).

Pero para la sociedad argentina, y el sector político lo sabe sobradamente, el lenguaje de los símbolos tiene una trascendencia fundamental, incluso en términos históricos. Y si no, ahí están los saludos en el balcón de la Casa de Gobierno y las salidas en helicóptero para demostrarlo; en ambos extremos de un nutrido muestrario de ejemplos.

Por eso, por las características que definieron la pasada década en materia política, y también por los actos y palabras que están jalonando la transición, no es exagerado pensar que buena parte de la población estará pendiente, como en una monumental puesta en escena de suspenso, de lo que pase el 10 de diciembre a la mañana. Ausencias y presencias, ubicaciones, palabras, gestos, contexto. Todo será cuidadosamente escudriñado en ese momento, y dará pie a análisis inmediatos y diferidos. Incluyendo, naturalmente, cómo termina el lastimoso juego de malabares que involucran la banda y el bastón. Y también, en términos metafóricos y literales, por dónde entra el presidente entrante y por dónde sale la presidente saliente. Parece demasiado, pero es muy probable que ahí estén algunas de las claves de lo que la población puede esperar de la dirigencia en el futuro inminente.

Diplomacia. La futura canciller Susana Malcorra compartió foto con el recién nominado embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau. El ex ministro del gabinete de Cristina enfrentó al macrismo en las urnas, por la jefatura porteña. Foto: DyN

"Voy a tener una tarea amplia, volver a establecer relaciones maduras, que no sean adolescentes, que no sean el enamoramiento de los ‘90 ni el enojo de estos tiempos”.

Martín Lousteau,

futuro embajador en EE.UU.