Distinción made in argentina

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Un análisis del don que tiene Juliana Awada, la nueva primera dama argentina, para combinar prendas. Todo desde la mirada experta de los conocedores y hacedores de la moda.

TEXTOS. GEORGINA LACUBE.

 

A veces basta muy poco para conseguir un estilo auténtico, y esto es lo que muestra Juliana Awada, la nueva primera dama de la Argentina cuya estética chic, natural y sin esfuerzo acapara la atención de los medios y de los especialistas en moda.

“Me encanta cómo se viste. Posee buen gusto y sus looks muestran a una mujer joven, moderna y viajada que no busca parecerse a nadie”, dispara la diseñadora Maureene Dinar.

“Su estilo, fresco y con pocos accesorios se cimenta sobre la base de trajecitos monocromáticos, vestidos con caídas impecables y, por supuesto, con la armonía de colores que actualmente utiliza: blanco, nude, azul, gris, negro y pasteles”, dice la asesora de imagen Claudia Lombardi. Y agrega: “su elegancia no sólo tiene que ver con la ropa que usa, sino con su forma de caminar, de reír y de moverse”.

En este sentido, la licenciada Yamila Pica, Directora de Plushlamour y experta en Marketing Político, añade: “cuando una persona no sobreactúa a la hora de vestirse, se nota. Y esto ocurre con Juliana, quien se muestra auténtica ya sea al lado de su marido o caminando por la calle en una situación común. Poco maquillaje, cabello recogido mayormente, o suelto pero muy cuidado, son las claves de su estilo para verse siempre impecable y sofisticada”.

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Finalmente, Rubén Troilo y Constanza von Niederhäusern, la dupla mentora de la marca Garza Lobos, aportan: “Juliana tiene un brillo natural ya incorporado, es ese tipo de mujeres a las que a uno le cuesta separarla de su look. Parece no haberse tomado mucho tiempo en pensar qué ponerse porque confía en lo que irradia, por esa misma razón elige prendas delicadas y simples que no nos distraen de su belleza”.

“Creo que no existen los ideales de moda, me gusta cuando una mujer es fiel a su propio estilo”, declaró al respecto la mismísima Juliana a la revista Hola Argentina.

SOBRE ELLA

Se sabe, la imagen no es todo. Juliana (41) es una empresaria de la moda que trabaja como creativa desde los 18 años en la firma fundada por su familia. Fue ella la encargada de actualizar los diseños de la casa con sus creaciones trendy y cancheras, esas que tanto usa a la hora de componer estilismos netos. Semejante desafío no tuvo nada de improvisación. Es que esta amante de la equitación, la natación y el golf estudió diseño de indumentaria en Inglaterra e hizo de sus viajes a París, Nueva York y Milán su capacitación permanente.

Cultora del bajo perfil y de la vida sana, se dice que fue ella quien inició a Mauricio (Macri) en la práctica de la meditación y hasta que lo convenció para que se rasure el bigote. Lleva seis años casada con quien fue proclamado como el nuevo presidente de los argentinos en las pasadas elecciones y, fruto de esa relación nació Antonia (4), la debilidad del papá a quien le llegó a sus 50 años.

Esta morocha de 1,73 metros jugó un papel fundamental en la imagen de campaña de su marido. “No fue casualidad ver siempre a ambos candidatos acompañados de sus esposas. Este gesto los vuelve “más humanos”, o bien, más cercanos, algo que la sociedad viene reclamando por parte de los políticos”, opina Pica. Y amplía: “Desde el primer momento, Macri se mostró con Awada y su hija Antonia, quienes en algún punto sensibilizaron la campaña de Cambiemos. También hay que decir que la diferencia entre Karina Rabolini y Juliana es importante. Awada siempre se mantuvo fiel a su esencia y no modificó su estilo para apegarse a una regla de marketing de campaña. Todo el tiempo se mostró tal cual es, beneficiando a su marido”.

En relación con lo expuesto, Lombardi instruye: “la imagen no sólo está conformada por la indumentaria, los accesorios y los colores. La comunicación no verbal dice más de los candidatos que sus palabras, por eso, la manera en que se presentan ante nosotros es un mensaje claro de quiénes y cómo son. Junto a su familia también están comunicando algo. Claro, a veces nos pueden engañar pero es muy difícil mantener un disfraz en el tiempo. Considero que una imagen habla de tu esencia, de tus valores y de tus objetivos en la vida muy claramente”.

Quizá el gran mérito de Juliana Awada haya sido ese, entender las reglas del juego a la perfección: estar presente pero sin llamar la atención, acompañar pero sabiendo que el protagonismo no era suyo.

EN SU ROL

Ya consagrada primera dama abundan las voces que se la imaginan radiante en situaciones protocolares. “Me la imagino luciendo ropa de diseño argentino pero siguiendo las pautas de lo que ella encarna: una mujer moderna y descontracturada”, opina Mónica Socolosvky para Sathya.

Entretanto, los diseñadores de Garza Lobos vislumbran un nuevo rumbo. “Nos gustaría verla como lo que ya es, inclusive sin temor a alejarse del protocolo. La transgresión es buena cuando se la puede acompañar de semejante elegancia natural. Teniendo en cuenta su exposición pública, ella sería capaz de provocar importantes influencias en la moda que podrían marcar una época”.

La perfecta habilidad que tiene Juliana para combinar prendas en diferentes circunstancias y ocasiones se pone de manifiesto en cada una de sus presentaciones públicas. Por ejemplo, para ir a votar -y al igual que el día del debate presidencial-, optó por un look total white con unas franciscanas bien planas. Para una entrevista con Viviana Canosa eligió una camisa azul lavanda con jeans apenas gastados que coordinó con las tan de moda zapatillas blancas. Si hay alguien que sabe que con buenos básicos se consiguen buenos resultados es ella. Los trajes holgados, los blazers y las blusas sin estampas en tonos neutros suelen ser sus favoritos. Adora los pantalones en todas sus versiones, desde los chupines y oxford hasta jeans o capris, en general, en tonos monocromos en distintos tintes.

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De día. En el acto de asunción de Mauricio Macri como presidente.

LO QUE ELLA QUIERE

Entre las marcas predilectas de la primera dama argentina sobresalen nombres nacionales como el de Evangelina Bomparola, Churba, María Cher, Lupe, Cora Groppo, Ménage a Trois y El Camarín (la marca de su amiga Yanina Solnicki, quien le hizo el vestido bien vintage del civil). Entre las firmas extranjeras figuran Valentino, Chanel, Hermès, Céline, Louis Vuitton y hasta la democrática H&M.

A los pies, habitualmente hay lugar para los stilettos de Manolo Blahnick. Siempre pero siempre confía todos sus peinados a Carmen de Cerini y, a la hora de perfumarse elige una fragancia fresca, con aroma a flores. Todo un acierto.

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De noche. En la gala del Teatro Colón.