Expectativa en el interior del país

Por ahora, es sólo para porteños la Emergencia Energética Nacional

El gobierno nacional no tocó aún los cuantiosos subsidios que reciben los usuarios de la capital y el Gran Buenos Aires, y que pagan todos los argentinos.

De la redacción de El Litoral

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La decisión del gobierno de Mauricio Macri de declarar la Emergencia Energética Nacional no tiene -al menos por ahora- impacto fuera de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, donde actúan las empresas Edenor y Edesur.

Fuentes de la Empresa Provincial de la Energía santafesina explicaron a El Litoral que si se evalúan sólo los anuncios de ayer, no hay efectos en el orden local. Pero destacaron que además de las declaraciones periodísticas y “el título de la medida” habrá que conocer qué resoluciones se publican en el Boletín Oficial de la Nación, así como en los números de los resúmenes de Cammesa, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico.

De acuerdo con el contenido de la conferencia de prensa que ayer ofreció el ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren, la crisis que justifica la emergencia por dos años tiene como centro de preocupación la desinversión en infraestructura en las redes del mayor conglomerado urbano del país.

Todos los analistas coinciden en sostener que también debe esperarse tanto un retiro de los subsidios a los usuarios porteños y bonaerenses, así como una actualización del precio de la energía eléctrica en el nivel mayorista. Esto último es lo que realmente importa en la EPE (y en el resto del país).

Si la generación de energía deja de ser subsidiada (por vía de los combustibles) subirá el precio del kilovatio mayorista, es decir, el valor que pagan las empresas que distribuyen la energía, como la EPE.

Aquí, las tarifas (contra lo ocurrido en Buenos Aires) se han actualizado para incluir los costos operativos y de buena parte de las inversiones para responder al crecimiento de la demanda.

“Todo al revés”

Respecto del costo mayorista de la energía, Aranguren deslizó: “En Argentina, hacemos todo al revés: importamos energía y subsidiamos el consumo”.

Sobre los números de las tarifas, de los consumos, de los subsidios y de los cortes en el servicio que conforman el panorama eléctrico de porteños y bonaerenses del conurbano, ayer, se exhibieron a todo el país de manera descarnada.

Con datos, Aranguren mostró que deben repartirse -con cortes rotativos y programados y medidas que bajen el consumo- los efectos de la desinversión en Edenor y Edesur.

En ambas empresas privadas, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se hizo cargo de pagar (mínimas) mejoras en el sistema de distribución, de los gastos operativos y hasta de los aumentos salariales.

A cambio, las tarifas de los usuarios de la capital y el conurbano quedaron congeladas a valores que en el resto del país lucen ridículamente bajos: la tarifa bimestral promedio en ambas empresas es de apenas 35 pesos. (Ese valor es parte de los cuestionables cálculos que usaba el Indec para la inflación).

En cuanto a la calidad del servicio, el ministro advirtió que en 2003 -en promedio- cada usuario sufría unas 6 horas de cortes de energía, y en 2014 esa interrupción fue de 33 horas anuales.

El dato

Fundelec

La Fundación para el Desarrollo Eléctrico señaló hoy que “hay una crisis en la distribución energética en el área Metropolitana, a diferencia de hace veinte años cuando el problema era la generación de energía”.