Mientras llueven las críticas

Shenzhen: Desesperada búsqueda de sobrevivientes

Agencia EFE

Los equipos de rescate que trabajan en Shenzhen, la ciudad china donde el derrumbe de una montaña de escombros enterró el domingo a decenas de personas, han recuperado por ahora sólo un cadáver, mientras arrecian las críticas por detener las labores de búsqueda anoche.

Las autoridades calculan que unas 76 personas están enterradas en la enorme masa de tierra y escombros que devastó unas 38 hectáreas del parque industrial Hengtaiyu, pero después de más de 48 horas de búsqueda, en la que trabajan unas 3.000 personas, sólo se han encontrado siete supervivientes y un fallecido.

Los familiares de algunos de los desaparecidos, que aguardan angustiados alguna noticia en las inmediaciones del accidente, se quejaron hoy de que las decenas de excavadoras que están en la gran extensión de escombros detuvieron sus trabajos entre las 11 de la noche del lunes y las 4 de la madrugada de hoy martes.

Periodistas en la zona denunciaron que la policía ha bloqueado los accesos por carretera al parque industrial, y por otro lado se retiraron de las redes sociales chinas fotos del lugar del accidente, algo común cuando en China se producen sucesos rodeados de controversia para el Gobierno.

Entre tanto, aumentan las críticas a las autoridades de Shenzhen, ya que el desprendimiento se produjo en una zona de depósito de escombros que por problemas de exceso de capacidad debería haber dejado de usarse. De hecho, los vecinos de la zona se habían quejado meses atrás del continuo flujo de camiones para depositar escombros en la zona, causando ruido, contaminación y poniendo en riesgo el lugar, pero las autoridades jamás escucharon. En octubre de 2014, un artículo del diario Shenzhen Evening News advertía de que la ciudad ya no tenía cabida para las enormes cantidades de escombros que sus grandes planes de construcción generaban (por ejemplo, el proyecto de construir 20 líneas de metro en 30 años).

El diario, de línea oficial, admitía que la ciudad tenía sólo 12 lugares designados para depositar material sobrante de obras, y que al ritmo frenético de construcción que experimenta Shenzhen, éstos iban a quedar saturados este mismo año.

Medios como el Global Times apuntan responsabilidades hacia la firma de construcción Luwei Property, que operaba desde 2013 la escombrera, mientras las autoridades han ordenado inspeccionar otros siete depósitos similares para analizar posibles riesgos. El suceso se produce en una ciudad que durante décadas ha sido mostrada por el Gobierno comunista como ejemplo de rápido y exitoso crecimiento económico. Shenzhen, vecina a Hong Kong y construida a su imagen y semejanza, era hasta los años 70 un pequeño pueblo pesquero hasta que la reforma económica abanderada por Deng Xiaoping la designó como uno de los primeros lugares abiertos a la economía de mercado.

Desde entonces, la ciudad ha crecido hasta ser una metrópoli de rascacielos con 10 millones de habitantes y el centro de la industria tecnológica china.