Los efectos de la crecida en la Costa

Los Zapallos: un joven, mordido por una yarará

Tiene 19 años, está internado en el Cullen y fuera de peligro. Preocupa la presencia de estas serpientes peligrosas en cercanías de Arroyo Leyes.

 

De la redacción de El Litoral

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Joel Oporto (19), un joven de Los Zapallos —en cercanías de Arroyo Leyes—, estaba ayudando a un vecino a fijar unas chapas del techo, porque la tormenta que se abatió a primera hora de ayer despertó la desesperación en ese distrito costero. Eran las tres de la mañana. Volvió a su casa y ahí, al mover un nylon, sintió el dolor de la mordedura: era una yarará, la temible víbora de la cruz.

Hoy está internado en Neurotoxicología del Hospital Cullen y “fuera de peligro”, según relató a El Litoral su madre, Miriam Asogaray. Cuando Joel es mordido “inmediatamente fuimos hasta el destacamento policial, los efectivos nos llevaron hasta el Samco de Santa Rosa de Calchines, y desde ahí derivaron a mi hijo en ambulancia hasta el Cullen”, contó.

El adolescente recibió el suero antiofídico. “Está internado y tiene para varios días, porque según nos dijeron los médicos, tiene que pasar las 72 horas. Eso no quiere decir que luego recibe el alta: puede quedarse unos días más bajo observación”, explicó la madre.

Preocupación

“Hay muchas yararás en Los Zapallos, adonde viven unas 100 familias”, aseguró Asogaray. “Entre los vecinos que quedamos en el barrio (porque la mayoría de las familias ya se evacuó a la vera del puente de Arroyo Leyes, o a Santa Rosa de Calchines), ya matamos 17 de estas serpientes. Esto se debe a la crecida del río, y la última lluvia complicó todo más”.

“Estamos muy preocupados porque son muy venenosas y peligrosas”, cerró la madre del joven. De las familias que quedan en Los Zapallos, hay niños muy chicos y ancianos.

 

Lo importante

Bothrops alternatus

  • es el nombre científico de la yarayá. Es un tipo de serpiente venenosa endémica en Argentina, Brasil y Bolivia, entre otros. Sus mordeduras son raramente fatales, pero es necesario aplicarse suero antiofídico porque pueden causar severos daños. Los síntomas son dolor, hematomas, sensación de ardor abrasivo, dolor de cabeza, vómitos, diarrea, hasta convulsiones.